Me llamo Chloe Graham y dejé de creer en los finales felices el día que mi madre murió y tuve que asumir la tutela de mi hermano pequeño, ahora convertido en un adolescente huraño y conflictivo. Tampoco creo en las princesas encantadas. Al menos, yo no lo soy. Me considero una mujer moderna, fuerte, independiente, capaz de salvarse a sí misma. ¿Y los cuentos de hadas? Solo son eso: cuentos. La vida es otra cosa, aunque yo no me quejo de la mía. Soy estilista en una de las revistas femeninas más importantes del país y tengo como mejor amiga a una mujer maravillosa a la que quiero como una hermana. Lo confieso, soy escéptica en muchos aspectos y, como no podía ser de otra manera, también lo soy en el amor. No busco príncipes azules ni caballeros de brillante armadura. Yo lo que busco es un hombre que me empotre contra una pared y me haga ver las estrellas. Mi lema en la vida es huir de las complicaciones. ¿El problema? Desde que mi mejor amiga se casó he sido adoptada por su familia política, los MacKinnon. Y no es que los MacKinnon supongan un problema por sí mismos. Al contrario. Son geniales. Son dueños de uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de la ciudad y son tan populares que todo el mundo se dirige a ellos como Los highlanders de Nueva York, por su origen escocés. El problema tiene nombre propio, se llama William MacKinnon y me vuelve loca. William MacKinnon es serio, formal y sexy. Se sonroja con mis provocaciones y me hace sentir segura y en casa cuando estamos juntos. William MacKinnon es el problema porque desde que nos vemos forzados a pasar tiempo juntos he empezado a creer en los finales felices y ese es un lujo que no puedo permitirme. Hola antes de que reporten la cuenta la cierren y eliminen las historias, por favor en la primera parte donde dice ACLARIONES les explico todo lo que paso para que no reporten la cuenta
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