¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 29/3

⁛     ⁛     ⁛     ⁛     ⁛

— Sabes que significa esto Meme. ¡Oportunidad de entrenar a una guardiana!—.

— Disculpa. Pero dije que esto sería momentáneo, Norte. No podría ser una guardiana aunque quisiéramos—.

— Quiera saber de que hablan. Claro si no es molestia explicarme todo este asunto de guardianes, magia y portales mágicos—. Sonrió con inocencia.

— Claro, majestad. Pero algunos de nosotros tenemos trabajo que hacer. Me despido. Vamos Tooth—. Habla Conejo listo para saltar desde la ventana al patio.

— Si, debemos irnos. Fue un gusto conocerlas, espero volver a verlas en otra ocasión. Una buena por supuesto. ¡Suerte con tus clases de arena!—. Chillaba mientras llegaba a la primera planta.

— ¡Adiós y buen viaje!. Un segundo... ¿Clases de qué?—.

— Ahora majestad, es portadora de magia. Agregando las continuas amenazas que recibirán tendrá que saber usarlos. Meme es uno de las guardianes más poderosos; sus poderes pueden crear todo lo que formule su mente—. 

Entre las raras señas del barbudo al explicar y los signos fugaces del hombrecito dorado; estaba mas confundida de antes. Había estrujado sus manos por la frustración, escuchando e intentando comprender las coordenadas que enviaban para que estuviera junto a ellos.

— Significa que por lo tanto ¿Contaré con poderes para proteger a mi nación y a mi hermana?—. Preguntó esperando una agradable respuesta. ¿Era esta la oportunidad que había esperado por toda su vida?. Tendría que obedecer al destino para averiguarlo.

— Claro, acepto—.

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Tomó la camisa blanca y el pantalón marrón de su armario. Conjunto que hubiera querido ocupar para alguna aventura o en este caso, un raro entrenamiento. 

El par de guardianes estaban esperándola en el jardín tras el castillo, más bien para no ser vista hablando a la nada o siendo arrojada lejos rodeada de brillo dorado. Con una coleta baja, llegó a la primera planta y observó a los guardianes sacando algunas cosas de un gran trineo.

— ¿Ese es el trineo de Santa?—. Chilló emocionada al verlo, miró a cada reno, de lejos por supuesto.

— Te dije que todos aman el trineo—. Murmuró con orgullo el robusto. El pequeño solo puso los ojos en blanco pero siguió a la castaña más allá.

— ¿Es momento de comenzar mi clase?—. Descifra Anna unos segundos, siendo felicitada por Sandman.

El doradito la hizo dar pasos hacia atrás, mientras demostraba lo más fácil de crear; un pequeño látigo extraído de su palma. Mostró lentamente dando oportunidad de intentarlo a la reina. Esta sonrió confiada creyendo que era demasiado sencillo para ella.