¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 16

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Yo soy Mérida. Heredera al clan Dumbroch. Mis padres son el rey Fergus y la reina Elinor. Tengo tres hermanos menores; Harris, Hubert y Hamish que son unos trillizos idénticos, soy la única que sabe quién es quién.

Hoy me desperté con la idea de salir a andar con Angus. Pero mi madre me detuvo a la salida de la cocina para llevarme al gran salón.

Llegué de mala gana, y lancé la manzana que comía antes de entrar; mi madre me regaño por mi acción. Me senté en la silla dejando mi arco bajo la mesa para que no me vuelvan a reprender.

Mis tres hermanos estaban sentados frente a mi, sorprendentemente tranquilos. O tratando de estarlo, se veía que estaban algo raros porque sus pies bajo la mesa no se detenían y sus manos jugaban con la comida; eso dentro de lo habitual.

Mamá carraspeó para que papá dejara de comer. Pero se molestó cuando papá se levantó para lanzarle restos de carne a los perros. Y empezó a hablar ella:

— Mérida, niños. Tengo que informarles que saldremos de viaje—. Informó haciéndome prestar más atención a lo que decía. No siempre salían, ya que mis hermanos no son de comportarse. Y yo no soy una buena elección como para gobernar en su ausencia.

— Pero solo dos miembros de nuestra familia irán. Su padre y yo ya lo hemos decidido—. Dijo mirándome de reojo. Sonreí incómoda esperando la ansiada respuesta. Sabía cuál era, pero vale la pena esforzarse por no llamar la atención.

 — Tu y yo, Mérida. Iremos a Arendelle, a recibir a un nuevo socio comerciante—.

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Abrí los ojos. Sorprendida.

No pensé en que sería yo. Sinceramente esperé que Hamish sería el elegido con mamá. Pero no... ¡Iré de viaje sin estos diablillos!

Yo, con mi mamá iremos de viaje. Llevaré a Angus para recorrer sus paisajes. Mi arco para probarme en los bosques. Y mis... increíbles cordialidades para estar con mi madre.

Estaba tirada entre las hiervas de una colina. Con mi caballo a unos metros de mi, comiendo pasto. Tomé mi arco y coloqué una flecha para lanzar. Levanté mi espalda, y disparé a una rama lejana.

— Hola, mamá. ¿Qué te trae por aquí?—. Bufé a lo que ella se asomaba tras el árbol. Con su caballo tras ella.

— Pensé que estabas bebiendo fuego de las cataratas...—. Dijo sentándose a mi lado. Con tono graciosa.

Luego de nuestro incidente... Las dos hemos sido mas tolerantes la una con la otra. Nos llevamos mejor que nunca. Me deja salir con permiso, y yo me encargo de mis responsabilidades sin quejarme tanto. A veces sale del castillo para hacer lo mismo que yo. Relajarce de tantas cosas. Hace muchas más cosas que yo; aún me sorprende que no explotara tan seguido...