Capítulo 12

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Astrid:

Hiccup y yo despertamos por el toque de las campanas del pueblo. A las ocho de la mañana.

Nos colocamos nuestro otro cambio formal y un sirviente nos dirigió hasta el comedor, donde ya estaba la familia real con la mesa servida.

— Buenos días, espero hayan pasado buena noche—. Nos saludó la princesa Elsa al pasar por nuestro costado con un vaso. Para sentarse junto a la reina.

— Logramos descansar, muchas gracias por su hospitalidad—. Afirmo Hiccup separándose de mi, Kristoff le indicó donde sentarse y a mi me guio la reina.

Quedamos sentados frente a frente. Hiccup al lado del rey, la reina a la punta, luego la princesa Elsa y yo. Al rato una chica rubia se sentó a mi derecha y un castaño con el muñeco de nieve de anoche junto a Hiccup.

— Ellos son Rapunzel y Eugene, príncipe y princesa de Corona. Ya conocieron a Olaf—. Presentó  la reina Anna sonriéndonos a ambos.

— ¡Oh!, no nos hemos presentado. Yo soy Olaf, ¡y adoro los abrazos!—. Habló el mequetrefe yendo junto a Hiccup para estrecharle su mano, reí al verlo algo asustado cuando tocó su mano de ramitas.

— Es un gusto conocerlo de forma mas formal, señor Olaf—. Hablé sentándome de lado en la silla para saludarle y acariciarle la cabeza.

— Quizá ya quieran recorrer el reino, mientras hablamos de nuestros recursos comerciables—. Mencionó el rey Kristoff.

Me enderecé probando un bocado de pan y leche de cabra. Fingiendo una sonrisa, no me gusta mucho hablar sobre eso; creo que lo único en que él piensa es en los negocios para su monarquía. Es mejor que Hicc se encargue de esas cosas.



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— Sería mejor dejarlos descansar un poco, cielo—. Respondió la cobriza acariciando el brazo de su esposo.

— Estoy de acuerdo con la reina. Estamos algo exhaustos por el viaje, y en el reino anterior les mencioné que no fueron muy agradables—. Dijo el ojiverde sosteniendo su vaso con su mano derecha.

— Me parece mejor esperar hasta esta tarde, si no es molestia—. Espetó apoyando a su esposo.

— No es ninguna molestia—. Tranquilizó Anna a sus huéspedes.

— Perdonen, debo retirarme. Quedé con unos... quehaceres de anoche. Hasta pronto—. Mintió la platinada para salir calmada hasta la puerta más cercana.


Se cambió su vestido de tela por su cómodo vestido blanco. Se desató su peinado y se cepillo el cabello dejándolo suelto. Salió por la parte de atrás del castillo y llamó al Nøkk para cabalgar hasta el bosque.

¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? ||  ᴶᵉˡˢᵃWhere stories live. Discover now