¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 29/4

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~Semanas después*

~Cumpleaños de la princesa Elsa~

°° Vi a mis amigos contentos corriendo a la orilla de un lago, el día estaba fresco y nosotros gozábamos entre todos. Hiccup y yo bebíamos zumo de  manzana mientras Anna y los demás jugaban en el agua. Me sentía cómoda en una corta conversación con el castaño, riendo de vez en cuando con las locuras que hacia el resto.

¿Esto ya era todo?

Era hora de almorzar y llamamos a los chicos para comer unos sándwiches. Jack se sentaba a un lado besando mi mejilla, Anna me abrazaba junto con Punzie, Mérida, y Astrid. 

Al observar los ojos de Jack, se volvieron negros y ese color empezó a rodearme. Perdí el aire...°°

Me levanté de pronto, observé mis manos con un rastro de escarcha sobre mis muñecas. Solté risas volviendo a sentir mi sueño. 

— Elsa. Estas despierta. ¡Feliz cumpleaños!—. Oí a mi hermana entrando a mi habitación con una bandeja de plata. Mi desayuno al parecer.

— Buenos días, Anna. Acabo de soñar algo espléndido—. Dije aceptando la comida.

— ¡Excelente!. Empezaste bien el día. Los chicos están abajo esperándote. Será mejor que comiences a preparar tu vestido si quieres estar lista antes de mi cumpleaños—. 

— Que curioso que digas eso—. Comenté al levantarme y tomar el par de flores lila de la bandeja.

Alcé los brazos y creé un vestido color celeste grisáceo con caídas de aquellas flores, las mangas eran hasta el codo con cristales traslúcidos y en mi trenza coloqué escarcha y copos de nieve. Simple pero hermoso.

— Es precioso. Pero vamos abajo—.

— Sabes que no me gustan las fiestas...—.

— Y por eso solo están tus amigos más queridos, además de tu guardián y el resto de ellos—. 

— ¿Resto?—.

Las risas de mi hermana me rodearon al igual que sus manos en mis hombros. Me tironeaba sin dejar de sonreírme. A los segundos llegamos a las puertas del gran salón. 

— No te molestes, es algo pequeño—. Susurró antes de empujarlas.

— Nunca me molestaría contigo—. Respondo con obviedad.

— Genial. Ahora. ¡A llegado la cumpleañera!—.

Me lanzó hacia delante mientras una persona me sujetaba para no caer. Todos gritaron al recibirme y yo solo levanté la mirada para saber quien me había salvado.

— Felices 26, mi reina—. 

Quedé perdida en su mirada. Era la misma que me había dedicado en mi sueño. Me levantó y guio a los demás, que me esperaban con algunos obsequios. Alcancé a ver a los demás guardianes recién llegados por la ventana del lugar.