Capítulo 24

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*Hagamos como si Anna tuviera la corona en la foto; 

con su vestidito y todo lo demás. 

¿Ok?. Ok*


~Semanas después~

~Minutos antes~


— Dile a Varian que nos notifique al verlos entrar al fiordo—. Ordenó la reina a un hombre apoyado en el marco de la puerta.

— Quiero las cocinas encendidas en cuanto pisen tierra. ¡Nadie comerá comida fría!—.

— ¡Kristoff!. Sven a los establos junto a Olaf. No quiero incidentes—.

— ¿Demasiadas labores, su alteza?—. Se acercó la platinada, burlándose de la situación.

— Te haz juntado demasiado con el canoso. Eres un poco fastidiosa...—. Contraatacó sacando su lengua.

— Estupendo. Venía a ayudarte, pero tienes tiempo hasta para malas bromas. Adiós su excelencia—. Camino hacia atrás fingiendo desinterés. Su hermana abrió los ojos y corrió tras ella para sujetarla de ambos brazos.

— ¡Elsa, No!. Te necesito aquí. No he terminado aquí y aún falta organizar las afueras del castillo. Todo por no comenzar ayer en la tarde—. Se quejó apretando su agarre. Aunque la soltó al oír sus risas.

— Está todo listo hace diez minutos. Te conozco... Por eso decidí encargarme yo misma. Toma el tiempo en cuenta para la próxima vez, Ann—.

Sus palabras tranquilizaron a la menor. Tanto hasta conmoverla y hacerla botar una lágrima, le temblaba el labio pero sonreía.

— ¡No sé que haría sin ti!. No podría encargarme sola; y tuviste aún más obligaciones con las puertas recién abiertas como reina. Eres una diosa, Elsa. Una literalmente hablando...—. Sollozó abalanzándose hacia ella para abrazarla.

— Primero, Anna. Sé que eres capaz de mucho más. Dos. No soy una diosa, solo el quinto espíritu. Y tercer punto. Siempre estaré para ayudarte y cubrirte la espalda. Soy como tu... guardiana—. Rió acariciando la cabellera cobriza en su pecho.

— ¡Anna!. Proble... Mhm. Dificultades en la llegada de barcos, hay demasiados—. Anunció el rubio llegando a la escena, viendo como Elsa acariciaba a su hermana que sufría un pequeño ataque de estrés.

— ¿Qué tal si te encargas de eso y yo continúo aquí?—.

— Sería estupendo. Gracias, Elsa. Nos vemos en unos minutos. Deséame suerte—.

— No la necesitas—. Susurró apretujando su pecho. Borrando la sonrisa en su cara.

La reina se fue corriendo siguiendo a Kristoff. Como había dicho, la albina siguió con lo suyo. Acompañada con las continuas molestias del guardián.

(...)


Mérida:

Un caos total...

Este día a sido un desastre desde que nos subimos a este barco. Literal. Cuando embarcamos todos los lords y los demás nos despedían y eso. Metros adentro se escuchó un ruido terrible y todo explotó. En todas partes del muelle se podían ver las llamas de fuego. Obviamente fueron mis queridos hermanos y el grito segundos después fue mi padre.

Tuve que recostar a mi madre que al ver eso, casi le da un ataque cardiaco. Mientras abanicaba mi mano para que no se desmayase. Quizá no encontremos fuego al volver. Solo cenizas y a todos llenos de quemaduras y rasguños. Quiero llegar pronto.

¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? ||  ᴶᵉˡˢᵃWhere stories live. Discover now