Capítulo 15

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Elsa:

Me tiró del brazo y me separé de él. Me llevó a la puerta y afuera nos esperaba Astrid jugando con Olaf.

— Empecemos. Luego iremos por golosinas—. Dijo Punzie detrás de nosotras.

Enseguida comencé a mover mis manos e hice barrotes de hielo alrededor del lugar, seguí con las torres más altas del castillo y llené de escarcha sus tejados. Finalmente pisé el suelo con fuerza y este se congeló creando una pista de hielo.

Las chicas chillaron emocionadas viendo el pequeño espectáculo al decorar. Y bajé los brazos haciendo que cayera un poco de nieve sobre el castillo.

— Esto es una de las cosas más sorprendentes que he visto—. Confesó Astrid acercándose a mi.

— Ven Olaf. Un toque personalizado de mi parte—. Hablé mientras creaba un pequeño corbatín en su cuello, era transparente con su centro más oscuro y las puntas se cubrían de escarcha.

— ¡Gracias!—. Gritó el muñeco.

— Todo listo... Gerda nos trajo algunos dulces en forma de copos. ¿Quieren algunos?—. Dijo mi hermana dándonos dos a cada una.




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— ¿Qué estarán haciendo los demás?—. Preguntó la rubia con la galleta en su boca.

— Hiccup solía irse a su taller cuando estaba desocupado. Pero ya no está en Berk—. Rió Astrid mordisqueando el trozo en su mano.

— Sé que Kristoff ayuda con las semillas. Debe traer algunas al castillo esta tarde—. Habló la cobriza dándole un ligero golpe en el hombro a su hermana que estaba perdida en sus pensamientos.

— ¿Qué piensas tanto, Elsa?—. Dijo sacando a la platinada de su trance.

— Solo saboreo mi galleta. ¿Puedo, su alteza?—. Respondió sarcástica pero sin tanta emoción de hablar.

— Pensé que un chico volaba en tu mente, Els—. 

Se atragantó con las migajas al oír las palabras de la pelilarga. Tosió un poco tratando de recobrar la compostura. Con sonoras risas rodeándola.

— ¿Qué te sucede con él?—. Preguntó la berkiana terminando de reír.

— No me sucede nada con nadie. Somos amigos bastante cercanos y punto—. Logró decir incómoda dejando su dulce para después.

— No diré nada hasta después de el festival—. Afirmó su hermana riendo. — Dejaré que las demás digan lo que quieran—.

— Te estás enamorando. Ambos lo están—. Confesó la ojiverde jugando con el muñeco en sus brazos.

¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? ||  ᴶᵉˡˢᵃWhere stories live. Discover now