¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 29/6

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Cada niño entró a las nueve con cuarenta y cinco minutos exactos a sus casas. Elsa ganó algunos agradecimientos por parte de los padres; su perfecta puntualidad sorprendió a cada uno.

A un minuto para las diez de la noche doblaban la cuadra. El niño presiona un botón a un lado de la puerta.

- ¿Jamie?-. 

- Hola, mamá. Iré a mi habitación y cenaré luego-. Dijo entrando luego de saludarla con un beso en la mejilla.

- ¿No te despedirás de esta joven?-. Jamie bajo nuevamente por la escalera y se despidió con un cálido abrazo de la peliblanca.

- Dígame Elsa, por favor. Ya nos ah... Ya me voy-.

- Buenas noches, Elsa. Hasta la próxima-.

Se despidió de la mano de la madre y bajó los escalones. Al alejarse Jack se acercó a ella.

- ¿Qué tal todo?-.

- Me encanta. ¿Volveremos verdad?-. Dijo moviendo animadamente sus brazos al caminar. El chico asintió encantado por la albina.

- Estas bolsas son incómodas. ¿Nos iremos ahora?-. Comentó soltando algunas al suelo. Jack las tomó esperando a que ella dejara de caminar.

- No si no quieres-. 

- Descansemos un tiempo. Mereces dejar esas cosas-. Ríe quitándole las bolsas de las manos, arrojándolas a la banca más cercana. Lo empuja amistosamente de los hombros y se sentó junto a él.

- ¿Me amas?-. Susurra Jack mirando su perfil.

- Si lo hago, Jack-. Murmuró de la misma manera girando a verlo.

Jack sonrió de lado con una tímida sonrisa. Pasó su brazo por sus hombros y Elsa se acurrucó en él. Ambos lanzaron un suspiro al aire. Jack miró al cielo y con su cayado disparó hielo a las nubes. Desde lo alto comenzaron a caer copos de nieve.

- Ya era tiempo de hacer mi trabajo. Pero ya tenemos que regresar-. 

- Luego nos vamos. No sé en que otra oportunidad podré venir aquí contigo-. 

- Conozco un lugar en el que podríamos pasar un buen rato-.

(...)

- ¿Es un parque...?-.

- ...De diversiones, cerrado pero igual de divertido. Ahora sube-.

La princesa subió mientras que el chico bajaba la palanca del centro de control que estaba a un lado de los pequeños rieles. Rápidamente voló con ella y aseguró a ambos con la barra de metal. El carro rechinó un poco y empezó a subir por los carriles.

- Esto no me gusta-. Comentó viendo la panorámica de la ciudad. Mirar a Jack riendo ansioso, hizo que confiara un poco en la máquina chirriadora.

Cuando todo se detuvo, el carraspeo del albino interrumpió su duda, e hizo crecer su inseguridad. Al caer soltó un grito desgarrador que hizo reír a carcajadas al chico.