¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 5 2/3

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Anna:

— Estubeconelestatardeluegodedejarteenelcastillo—.

— Wow, dije que lo escupas, no que lo vomitaras—. Comenté echándome a reír. — Perdón por hacerte esto pero era la única forma de que me lo dijeras—.

— ¡¿Qué?! ¡Pensé que te ibas a enojar conmigo, Anna!—. Elsa me miraba un tanto enojada. Sinceramente hacía que me riera mas.

— No te preocupes por eso, no me enojaré contigo. Tu me dejaste estar con Kristoff sin ningún problema, ya me hacía la idea de que salías con un chico... y no uno cualquiera, ¡con un chico que vuela!—.

— No estoy saliendo con nadie, es un amigo. Solo está aquí par... ¡¿Puedes verlo?!—.

— Pues si, está bastante guapo. Pero quiero conocer a tu "A M I G O", si no te molesta—. Dije un tanto burlesca, pero me encontraba feliz de que estuviera conociendo a alguien.

*Se pondrá feliz si sabe que alguien más lo ve* Sonrió.

 — No se si sea una buena idea, pero lo pensaré—. Se levanto mostrando una sonrisa a su hermana.

— ¿Porqué de la nada sonríes?—.

— Por nada, solo ayuda a Punzie con la pijamada, se los mostraré a las dos. Ahora debo irme, no me sigas, le diré ahora mismo—. Dijo algo emocionada.

— No se si es por ese chico pero estás muy emocionada ahora, Elsita—. Mencionó la reina entre risas. 

— Por favor no me llames así, y no, no es por eso Annie. Luego nos vemos—. La princesa salió del cuarto, directo al suyo.

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— ¡Jackson Overland Frost!—. Gritó mientras entraba a su habitación de un portazo.

El guardián se despertó de un salto. Tomo su cayado aún soñoliento y sobre la cama. — Cada vez te pareces mas a mi mamá, solo ella me llamaba así—. Comentó con su blanca sonrisa. —  Aunque solo cuando estaba furiosa. Ahora ¿que sucede?, Elsa Elizabeth Arendell—.

— Jack, es algo serio. Esta noche conocerás a los chicos... formalmente—. Dijo apoyándose de su armario, de brazos cruzados, mirando al peliblanco.

— Pensé que habías dicho que era demasiado pronto. Y eso suena raro—. El chico copio su acción con sus brazos soltando risitas. Mientras comenzaba a flotar cada vez mas alto.

— No te eleves, lo tienes prohibido—.

— ¿Desde cuando?—.

— De ahora en adelante, a no ser que quieras otro abrazo de la pared—. Terminó burlándose son superioridad la platinada. Pero su risa le jugó en contra y no pudo parar de reír, la escena le venía una y otra vez a la mente. Jack no dudo en recordar aquello, sin duda dolió, pero mirándolo de otra manera, si fue gracioso. Comenzó a reírse con la chica. Dentro de unos segundos sus risas se transformando en carcajadas y luego en grandes risotadas, ambos terminaron calmándose con los ojos llenos de lagrimas.