¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 3

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Bostezó y se frotó los ojos, mirando a la ventana, que estaban abiertas.

— Las ventanas no estaban abiertas—. Pensó, esta vez en voz alta. Se levantó de su cama, yendo al balcón.

— Están congeladas—. Sonrió. 

— ¿Pero qu- —. Dijo al ver que tenían dibujos en ellas. Unos copos de nieve, una luna y un castillo, su castillo de hielo.

— Quizá fue Anna—. Dijo sin preocupación. Creía estar sola en su alcoba.

*Ruido de un jarrón cayéndose xd*

— ¿Quien está ahí?—. Se puso en posición de defensa, y miró hacia arriba por reflejo.

En un rincón del techo estaba un chico flotando, con una cara de sorpresa.

— Ah...—. Intentó gritar la chica. Pero el fue mas rápido, voló a ella y le tapó la boca con una mano. — ¿Puedes verme?—. Consiguió decir el peliblanco luego de uno rato, aún con cara de sorprendido. Ella asintió, algo preocupada.

— Bueno, voy a sacar mi mano de tu boca, solo... No grites—. Siguió empezando a retroceder un poco. Cuando tubo, al menos un metro de distancia, la chica gritó. Al sentir la puerta abriéndose, salió por la ventana.

— Elsa, ¿Qué tienes?—. Dijo el muñequito de nieve al entrar.

— Mm... Nada Olaf, me golpeé un dedo del pie, solo eso...—. Respondió insegura.

— Esta bien—. Dijo ahora feliz, y salió.

— Fiuuu—. Se relajó, caminó a la ventana y se apoyó en el barandal.

— ¡Tu nombre es Elsa!—. Apareció de repente el guardián, asustando a la joven causando que se cayera para atrás.

— ¡Ahhh!—. Gritó al caer. — Oh..., lo siento mucho, su alteza—. Dijo acercándose y dándole una mano para ayudarla, sin evitar soltar unas risas.

— ¡¿Que eres? Agh! ¡¿Quién eres?!—. Dijo asustada. — ¡No me hagas nada por favor!—. Rogó cubriéndose la cara con sus manos intentando enfocarlo.

— ¿Mm?, no te haré nada, tranquila—. Intentó calmarla. — Soy Jack Frost, un guardián. Luego te explico—. Completó al ver la cara de confusión de la chica.

— Vamos, levántate, ¿estás bien?—. Le ayudó a levantarse. En seguida ella le soltó la mano con fuerza.

Elsa lo miraba de pies a cabeza, cosa que no se le olvidara ni un detalle sobre él. Ahora estaba mas calmada.

— ¿Como puedes hacer eso?—.

— ¿Que cosa?—.

— ¿Fl- flotar?, eso no es normal—.

— Bueno, en realidad es más normal que los poderes de hielo, ¿Puedes mostrarme los tuyos? ¡quiero ver!—. Dijo emocionado como un niño pequeño.

La muchacha empezó a mover sus manos y creó una nevada sobre él, para luego hacer que desaparezca. Así comenzó a jugar con sus poderes. 

Pasó una hora. Tuvieron tiempo hasta para discutir.