¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? || ᴶᵉˡˢᵃ

Capítulo 13/2

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— Lo lamento mucho. Fue un pequeño susto nada más. Nada grave, cielo—. Habló preocupada la pelinaranja. Acomodando una manta sobre él.

— Anna. Por última vez, ¿que sucedió?—. Preguntó la platinada mirando al rubio que parecía estar petrificado en la silla.

*Flashback*

El joven castaño llamó al rey y a su esposa; que ya venían hacia acá. Mientras Anna escondía a los dragones tras las rocas del riachuelo. Kristoff fue directo a la bajada del agua para beber un poco ("⁓Mala idea⁓" Canturreó oculta, conociendo su rutina al salir de paseo). Esperaba al momento justo para salir y asustarlo un poco. Saltó sobre el dragón negro frente a él. 

Cayó de espaldas dando el grito mas agudo que hasta toda la humanidad hubiera podido escuchar. Anna no se contuvo para reír junto a Chimuelo, luego salió Tormenta, Astrid e Hiccup la montaron para elevarse.

Anna susurró al oído del animal y este tomó al rey de los hombros siguiendo a los demás. No paraba de gritar; al llegar lo más alto posible lo tiraron al aire unos segundos, al comenzar a bajar lo atraparon quedando sentado tras ella, abrazándola con tal fuerza que podría romperle las costillas.

Al llegar a tierra estampó su cara con el suelo. Desmayado. Hiccup fue a ver la cola de Chimuelo, sin percatarse de lo ocurrido. Las chicas se preocuparon de subir a Kristoff a la carreta con ayuda de las criaturas. Que se volvieron a ocultar entre los arboles. Y rápidamente volvieron al castillo.

*Fin del Flashback*

— Solo eso. ¡Pero volé en un dragón!—. Exclamó celebrando la reina.

— No fue divertido para Kristoforo pero me hubiera gustado verlo. Aunque me preocupé al notar de que Gale me llamaba para venir—.

— A- Anna, ¿que fue e-eso?—. Tartamudeó el rubio acurrucándose con su cobija. La sirvienta de más confianza estaba con ellos, le llevó un té tibio para tranquilizarlo.

— Gracias Gerda, te avisaremos si necesitamos otra cosa—. Agradeció la albina. La nombrada asintió.

— Elsa, ¿dónde está Jack?—. Preguntó su hermana tomando su hombro.

— No lo he visto desde que me acompaño con los Northuldra—.

Al momento se escuchó un golpe en al piso de arriba. Y la platinada se retiró negando sonriente.

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