Capítulo 10

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Todos comenzaron a subir al trineo que los esperaba afuera. Pero antes un muñeco de nieve se acerco a ellos saludando animadamente; siendo perseguido por Rapunzel y Eugene. Ambas hermanas sujetaron sus cienes.

— Se está moviendo...—. Dijo Astrid quedándose quieta con cara de espanto.

— ¡Hola, soy Olaf!—.

— ¡Puede hablar!—. Chilló el castaño, dándole una patada con su pierna buena. La cabeza del muñeco salió volando, Kristoff logró alcanzarla.

De inmediato Anna y Elsa se pusieron frente a ellos. Tratando de proteger al muñeco antes de que recibiera otro golpe. El rubio tomó al mequetrefe y le colocó su cabeza.

— Calma..., no les hará daño—. Habló su creadora, mientras movía sus manos.

— Es un amigo de nosotros. De eso les queríamos hablar—. Replicó Anna acercándose a ellos.

— Es un muñeco de nieve parlante. ¿Cómo es posible?—. Interrogó la rubia a ambas chicas.

— Fue creado con magia; don de mi hermana. Digamos que todo es posible...—. Dijo riendo nerviosa.

— Es el talento que me dieron los espíritus del bosque encantado, el lugar más mágico en Arendelle. Soy capaz de controlar el frío. Algo fuera de lo común; pero si lo conocen a fondo... es algo maravilloso—. Respondió pacífica y con una sonrisa tímida.

— Perdónenos, no estamos acostumbrados a las mágicas condiciones del reino. Es raro ver cosas así; ¡No se ofenda, princesa!—. Comentó Hiccup un poco asombrado.

— Eso no es nada. Ella misma construyó un castillo totalmente hecho de hielo. Una de las  historias que hemos vivido—. Explicó el rey atando el reno al trineo.

— Si bueno. No es momento para ello. Mejor recorramos el reino—. Dijo la platinada subiendo al trineo.

Todos excepto Anna subieron. Ella estaba ocupada dando un sermón a la pareja de Corona, a la que le habían encargado cuidar a Olaf para que no causara un alboroto. Ellos se fueron y la reina se subió también.

— ¡Hagámoslo a mi manera!—. Gritó eufórico el rubio, moviendo las riendas. Sin darse cuenta ya tomaba confianza en si mismo.




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Se encontraban en una pequeña feria, repleta de puestos llenos de comida, artesanías, y más cosas. Anna les contaba acerca de sus costumbres a los nuevos, junto al muñequito de nieve y su esposo. La princesa Elsa estaba creando juguetes paro los niños con su magia.

— Este es el mejor chocolate del mundo, directo de Corona, un reino vecino—. Decía esbozando una sonrisa mientras comía un par de trozos.

¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? ||  ᴶᵉˡˢᵃWhere stories live. Discover now