Capítulo 28

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La platinada giró encontrándose al desconocido hombre. Sonriendo con amabilidad.

— Es muy valiente, princesa—. Pronunció chasqueando sus dedos. Tres figuras se le acercaron y la sujetaron firmemente de las muñecas y hombros. Sus pies fueron cubiertos de sombras que le impidieron moverse.

(...)


Al peliblanco se le habían acabado los contrincantes, e iba en busca del principal. Se elevó buscando desesperadamente al hombre. Pasó a un lado de sus amigos que golpeaban le esfera frente a ellos.

— ¡Chicos!. ¿Dónde está Elsa?—. Pronunció agitado apoyándose de la fría capa.

— ¡Se fue por allá, Jack!—. Gritó Rapunzel apareciendo a un lado de Anna. Que seguía recibiendo ayuda para mantenerse parada del castaño.

— ¡Ve a ayudarla!—. Rugió con todo lo que tenía.

Al poder oírla, agitó su cabeza asintiendo. 

(...)


— Hola dulzura~...—.

— ¿Quién eres?—. Respondió secamente.

— Disculpe mis modales, majestad. Me llamo Pitch Black, guardián de las sombras, creador y conservador de miedos y pesadillas... También soy el Coco—. Terminó por decir en tono gracioso. Apareciendo a su lado. Dejándola por un momento sin responder

— ¿Soy tan asombroso que la he dejado muda?—.

— N-No. Quiero decir... ¿Qué quiere de mí?—.

— Nada muy importante. No es vital para ti, ni lo necesitas. Pero a mi me hará invencible—.

— No creo en lo que dice—.

— ¿Crees mas en un mocoso que puedes ver solo si crees en él?—. 

— Lo supuse, alteza—. Habló ya que ella no supo que decir.

Elsa giró dándose tiempo de calmarse y no mostrar debilidad. Aprovechando su jugada fue posicionando sus grisáceas manos a centímetros de su cabeza, sobre sus oídos; al instante comenzó a formar unas viscosas nubes. Las sombras la aprisionaron aún mas. Finalmente causando un bloqueo en su mente. 

Esas espesas masas se acercaban lentamente a ella. Penetrando en su cabeza, y extrayendo un tipo de luz gris. El rostro del hombre se fue moldeando a una tétrica sonrisa, mientras iba aspirando esa energía.

Mantenía sus manos sujetadas a su cabeza con sumo cuidado, anclado a sus cienes comenzando a trabajar.

— ¿Tienes una hermana, verdad?. ¿Haz pensado en tener una gemela?—.

— ¿Q-Qué m-me haces?—. Gruñó con dolor, sin poder moverse, ni abrir sus ojos.

— Eres más fuerte de lo que creí. Despierta mientras extraigo tu benevolencia y control... A dormir pequeña—.

(...)

Jack:


¿𝒴 𝓈𝒾 𝓂𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓈? ||  ᴶᵉˡˢᵃWhere stories live. Discover now