•61• Epílogo

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Capítulo dedicado a:


Xilvi9


Cambiar está a un paso

Narra Beata





Puse el jugo en su mochila rosa de unicornio, su toalla para manos y la muñeca que suele llevar por si se aburre, Dahna es muy coqueta, creo que nos equivocamos de bebé en la clínica porque Jungkook y yo no lo somos, o no tanto al menos.





Beata- Ay, esta niña en dónde se metió, si tardamos un poco más llegaremos tarde.





Fui a mi cuarto y la hallé tumbada en la cama con la mano en la boca, negué enternecida, su cabello creció bastante en los últimos meses, me hubiese gustado que Jungkook viese crecer como yo.





Beata- Amorcito.- Se removió- Vamos que se nos hace tarde.

Dahna- No.- Se acurrucó.

Beata- Te arrugarás el vestido, arriba.- La alcé y ella no abría los ojos- Eres igual a papá, no despiertas ni por casualidad.- Acomodó la cabeza en mi hombro, tomé las cosas, me miré al espejo por última vez y salí, quería que el jean se vea lo más atractivo posible y sé por qué.







Las dos hemos estado muy solas estos dos años, sí, esa edad es la que tiene mi niña, al principio me rompió el corazón esa idea de no tener a Kook conmigo, su familia y la mía nos dio una mano, pero en cuanto conseguí trabajo, más el dinero del sueldo de mi hombre, nos arreglábamos muy bien, sin embargo el vacío se hacía notar, por más permisos que tuviésemos para vernos no compensaba la ausencia diaria, el comer juntos, reír o atesorar las cosas nuevas que nuestra hija podía hacer.

¿A dónde voy con tanto misterio? Hace exactamente dos años atrás le llegó a Jungkook la notificación del servicio militar, Dahna tenía a penas cinco meses de edad, fue un golpe bajo para él saber que tenía que cumplir con el ejército, pensó que no lo llamarían nunca por la fractura que sufrió en la fábrica una vez pero no, era su deber como lo fue de sus hermanos, padre, y así.

En el auto que nos llevaba a la ceremonia ya que mi Kookie terminó su etapa allí, debíamos estar presentes, se me revolvía las entrañas de la felicidad por volverlo a tener, el orgullo de que aguantara tanto en el servicio, él me dijo que era difícil y que se sentía triste, que le dábamos ánimos sabiendo que lo esperábamos.





Beata- Despierta de una vez bella durmiente.- Inspiró abriendo los ojos- ¿Quieres jugó?- Asintió- Bien, no te hagas pipí en el pañal que ya va a empezar.






Le di su biberón con jugo de frutas y la ceremonia empezó, ahí estaba, parado recto oyendo y haciendo lo que le pedían, uniforme, gorro de soldado, me da pensamientos que no debería tener ahora, más allá de las ganas de comerlo que me nacieron, analizaba el sacrificio que hizo por nosotras.

Su mirada se desvió un segundo directo a mí y sonrió fugaz, a lo que se me llenaron los ojos de lágrimas, lo eché tanto de menos, no más separaciones, no más baches en nuestro camino, solo nosotros tres.

Tocó la banda militar, hubo discursos y finalizó la ceremonia, la gente se amontonó para saludar a los militares que iban en busca de su gente, yo perdí de vista a mi soldado.





¿De qué tienes ganas? (Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora