¿De qué tienes ganas? (Jungkook)

•15•

¡No sientas!

Narra Beata

Es de mañana, estoy esperando a que al menos asome la cabeza por alguna ventana de este enorme edificio, miré mi teléfono y justo había respondido mi mensaje.

Jungkook:

Ya salgo, aguarda un segundo.

Lo vi salir por la puerta con su ropa de trabajo, apresurado, sus cabellos rebotaban en cada paso y mis pensamientos... Bueno, solo pienso.

Jungkook– Hola preciosa.– Me dio un breve beso– No me molesta que vengas a verme a la fábrica, es que el jefe no me deja...– Lo corté.

Beata– Lo sé, no te retendré mucho tiempo.

Jungkook– Dio un lindo respingo– ¿De verdad?– Me miró de arriba abajo– ¿No viniste por acción?– Carcajeé de inmediato.

Beata– No, estúpido, vine a traerte el desayuno, ya que me dijiste que no comiste y de pasada te lo alcanzo, tengo que ver un trabajo en un par de minutos.

Jungkook– Oh, qué alegría. Debo parecerte un idiota.– Se rascó la nuca agarrando lo que le daba.

Beata– Tranquilo, no es que no haya considerado lo que dijiste, pero dejaré de lado ese tema por hoy.

Jungkook– Últimamente estás teniendo mucho auto control.

Beata– Sí...– Dejé escapar unos segundos pensando– Bien, eso es todo.

Jungkook– Muchas gracias por lo que hiciste, no te hubieses molestado.+ Metió la mano en el bolsillo– Ten la llave de mi casa, por si quieres estar allá hasta que llegue.

Beata– Bien, deberías hacerme una copia.

Jungkook– No es que no quiero, no tuve tiempo.– Me agarró por la cintura– Bueno, alguien me lo quita.

Beata– Te arrancaría el jodido labio.

Jungkook– Solo espera hasta que estemos en casa...– Carraspeó– En mi casa.

Beata– Si me aburro empezaré sin ti.– Le di un pico– Nos vemos.

Jungkook– Nos vemos, gracias. ¡Suerte!

De allí partí al trabajo por el cual me hicieron esperar una hora, miré mis uñas y un billón de veces la puerta de salida, creyendo que me estaban jugando una broma el tenerme aquí sentada. Conclusión, hice la prueba y como di bien, empiezo mañana, ¡Sí! Tendré dinero para mantenerme como antes.

Nota mental, no seducir al jefe o perderás todo.

Beata– Abrí puertas y ventanas de la casa de Kook– Esto necesita un respiro, barrí los pisos de afuera hasta el fondo, un cuarto pequeño parecía sitio de guardar porquerías, busqué la llave en el llavero– ¿Latas de pintura?– No hay nada del otro mundo, palas, accesorios para arreglar jardines, herramientas, lo que usualmente habría aquí.

Saqué los botes de pintura quitando la tierra con un trapo, su color es un rosa bermellón, había más colores, pinceles con el plástico envueltos, sin estrenar, con polvo sobre cada cosa, en total eran unas ocho latas de pintura, ¿Por qué tenía todo esto guardado aquí? ¿Eran de Alex?