¿De qué tienes ganas? (Jungkook)

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(Escuchen la canción cuando lo crean correcto)

¿De qué otra cosa tendría ganas?

Narra Jungkook

Cenábamos en silencio mirando la televisión, la verdad que había imaginado diferente su comportamiento luego de quedar en libertad, pero esta Beata es distinta, a pesar de eso la estoy acompañando, fue difícil para ella, jamás le reprocharé nada, es más, le llevará un proceso largo superar todo lo vivido.

Beata– Soltó el tenedor sobre el plato y este hizo ruido contra el vidrio— Jungkook.— No entendí pero asentí— Llevo una semana aquí, siete días fuera del hospital.— Con el ceño fruncido.

Jungkook— ¿Y qué pasa?

Beata– Me siento extraña.— Carraspeó— Quiero hacerlo contigo pero algo no me lo permite.

Jungkook– Si esa es tu preocupación, no te molestaré, te daré el tiempo que necesites.

Beata– Negó— Estoy siendo una carga, no avanzo para nada, ¿Te parece vida estar así?

Jungkook– Es por la falta de costum...— Me cortó.

Beata– Costumbre nada, siento que no soy la misma, todo lo haces tú, ¿Qué me falta para ser feliz o normal como antes?— Angustiada.

Jungkook– Solté el tenedor— Bien, no quería llevarte a ese lugar, pero creo que será la solución a lo que te pasa.

Beata– ¿Cuál?

Jungkook– Abrígate.

Beata– Son las diez de la noche, no hay nadie en la calle.

Jungkook– ¿Quieres que deje de ser tan atento? Ve al cuarto, te pones un abrigo que pediré un auto.

Beata– ¿Me mandarás a casa de mamá?

Jungkook– No, haz lo que te digo.— Me levanté de la mesa para llamar a algún taxi disponible.

En el auto iba con la esperanza de que esto la hiciera sentir viva como era esa Beata atrevida que no le temía a nada, que disfrutaba hasta de comer un perro caliente en la calle, de cosas típicas, que recordara lo que compartimos en esos meses antes de ser internada.

No tomó mi mano en el viaje y ni yo, estuve siendo lo más dulce posible, de molestarla para obtener una sonrisa sincera, pero en aquel lugar dejó una pieza fundamental, y si esta era una, entonces le gané de mano a sus males, al menos rezaba por acertar.

Le pedí al taxista que nos dejara en la entrada en un parque, se hicieron casi las once de la noche, gente cero en este sitio.

Beata– Ah, ¿A qué vinimos?— En modo de queja.

Jungkook– ¿No deseas alegrarte? Porque a eso te traje.

Beata– Bien señor Jeon, haga su magia.— Con tinte de sarcasmo.

Jungkook– Rodé los ojos— Estás graciosa, de a poco veo esa vieja Dever, solo que te niegas a soltarte.

Beata– Puede ser.

Jungkook– Me quité el foulard del cuello— Cierra los ojos.— Se los vendé— No acotes nada, ¿Sí?