Lore asustada y sorprendida corre a abrazarme.
—¿Qué hacía Hugo en tu casa? —Entra y se sienta en el sofá.
—Hay algo que no te he contado. —Me mira con una ceja levantada. —Fue Hugo quien me dijo toda la verdad.
—¡¿Qué?! ¡¿Estás loca?! —Se levanta de un salto. —¿Qué coño has hecho Deni?
—Ya, para. —Le cojo de la mano para que se vuelva a sentar. —Solo quedé con él una vez y me enseñó las fotos. Luego fue cuando en el centro comercial me di cuenta de todo.
—Está bien. Pero estas cosas no deberías ocultármelas. Te podría haber hecho algo o yo que sé. Sabes que es capaz de todo. —Me abraza con fuerza. — ¿Cómo estás sobre lo de anoche?
—Bueno, no paro de darle vueltas a todo. —Hago una pausa. —Fue tan raro antes de que entraseis pero luego cuando os vio, se encendió y se fue.
—Lo entiendo Deni. Espero que ese imbécil no se vuelva a acercar a ti.
Charlamos durante un buen rato más y luego se fue. Me ha recordado que mañana tendremos que ir al estudio para saber quien ganó y recoger los premios. De paso, hablaré con la profesora para a ver cuando empiezo a trabajar. Necesito el dinero ya.
Tumbada en el sofá, sigo dándole vueltas a lo de anoche y pienso en nuestra relación. Si él no se hubiera apuntado a ballet no habría pasado nada de esto. Ya está, deja de pensar en él.
Mi tía me toca la cabeza.
—¿Cómo estás? —Si yo te contara...
—Bueno, bien la verdad.
—No mientas. —Bajo la mirada. —Está bien, no pasa nada si no me lo quieres contar.
—Lo que pasa es que ha roto con Iván mamá. —Añade Shaina que acababa de entrar en casa. Mi tía nos mira a ambas.
—¿Es eso cierto? —Asiento con la cabeza. Shaina se sienta a mi lado y me coge la mano.
—Sabía que pasaría. Iván siempre ha sido un imbécil con las chicas y cuando tiene una oportunidad la caga. —Le suelto la mano con asco y me levanto.
—Lo he dejado por lo que pasó con Hugo. Y tú cállate porque lo sabías todo y no tuviste las narices de decirme nada.
—No podía Deni. Bueno que coño, tampoco quería. Me robaste a mi novio.
—Tú "novio" estaba enamorado de mí. —Dicho esto, subo a mi habitación.
No sé ni porque lo sigo defendiendo. Por una parte tiene razón, pero él me dijo que no la quería. "Te ha dicho tantas cosas que son mentira". Respiro hondo y cojo las cosas para meterme en la ducha. Me pongo un chándal y salgo de casa. Corro por toda mi ciudad, por todas las calles que puedan existir hasta llegar al banco. Lo necesitaba. Necesitaba un respiro.
Me siento en el banco y vuelvo a respirar hondo. No me cansaré de repetirlo, las vistas son preciosas. Pasa una media hora y decido volver a ponerme a correr de vuelta, pero ahora tenía otra dirección. Necesito averiguar algo.
Camino con lentitud por la acera de enfrente de la casa de Iván. No veo ninguna luz, ni a nadie. Me escondo entre dos coches que hay aparcados. Ahora veo una luz pero al momento, todo se vuelve oscuro. Me han tapado la cara y la boca. Pataleo pero al ver la cara de Joe me tranquilizo.
¿Qué diablos hace él aquí?
—Deni que sorpresa volver a verte. —Me abraza con fuerza pero rápidamente me separo de él.
—Calla. —Hago que se agache conmigo. —¿Qué haces aquí?
—Mejor dicho. ¿Qué haces tú aquí y así?
—Contesta tú primero. —Se ríe despacio.
—Estamos de vuelta los tres. Pero esta vez nos vamos a quedar un par más de semanas. —Frunzo el ceño.
—¿Y eso? —Se rasca la cabeza con nerviosismo.
—No creo que deba contártelo. —Hace una pausa. —Te lo cuento pero primero dime que haces.
—Estoy intentando averiguar algo. —Levanta una ceja. —Necesito saber de qué palo va. No lo entiendo.
—Si, eso. —Se vuelve a rascar la cabeza. —Lo sé todo. No para de enseñarnos la carta que le dejaste. Está hecho polvo Deni.
—No me lo creo.
—Es la cruda realidad. —Se levanta un poco para mirar a través del cristal del coche. —Mira, allí están mis hermanos. Deberías venir a saludarlos. —Niego repetidamente con la cabeza.
—No puedo. No quiero verle. —Hago una pausa. —¿Y esa novia que tiene? —Se ríe por lo que le doy un manotazo para que se calle. No quiero levantar sospechas.
—Creo que eso deberá contártelo él cuando quieras escucharlo. —Ahora me río yo.
—Mira estoy harta de todo y sobre todo de él. Que sea feliz con quién quiera, que yo también lo seré. —Oímos su nombre a gritos. Lo están llamando.
Se levanta con cuidado de no levantar sospechas.
—¡¿Con quién hablas?! —Grita Zoe.
—¡Con nadie! ¡Se me ha desatado el cordón! —Miro sus zapatos y no tiene cordones. Estupendo. Se agacha de nuevo y me mira fijamente a los ojos. —Nos volveremos a ver muy pronto. —Dicho esto, se va no sin antes guiñarme el ojo.
Espero un rato hasta que se metan dentro de la casa para poder salir de mi escondite y poder así, volver a mi casa. Después de aproximadamente veinte minutos andando, llego a mi casa y me dirijo directamente a la cocina. Tengo muchísima hambre. Preparo un bocadillo rápido para subírmelo a la habitación. Cierro la puerta con pestillo y abro las ventanas. Como se nota que es verano. Me siento en la cama y mientras me como el bocadillo pienso en todo. De nuevo, me como la cabeza con Iván. Esto es un sin fin.
Cuando acabo el bocata, me quito el sudado chándal para quedarme en ropa interior y vuelvo a la cama. Esta vez, me tumbo para relajarme aún más. Solo tengo una cosa clara, este juego aún no ha terminado. Cierro los ojos y dejo que el sueño me invada.
Estaba teniendo una pesadilla. Iván volvía a engañarme de nuevo, con sus mentiras y promesas falsas. Me insultaba y se reía de mi junto a Hugo. Luego aparecía Shaina riéndose para después inclinarse para besar a Iván. Me levanto de golpe sudada y lo veo. Veo a Iván sentado a los pies de la cama. Y no dudo en hablarle. Necesito respuestas.
—¿Por qué me has hecho esto? Éramos felices. —Las lágrimas no cesan. —Yo te quería y tú me la jugaste. —Noto su mirada fija en la mía. Está llorando, se le nota arrepentido. Me acurruco de nuevo en la cama y cierro los ojos. —No puedo vivir sin ti Iván. —Susurro para después caer de nuevo en un profundo sueño.
...
Me despierto desorientada. ¿Qué es lo que pasó anoche? Miro a mi alrededor y no hay nadie, era de esperar. Me levanto y voy directa a la ventana. ¿Todo fue un sueño? Seguro que sí. Cierro la ventana y voy directa a la ducha. Estoy asquerosamente sudada. Cuando salgo, me coloco una camiseta ancha, unos shorts tejanos y mis "Converse" blancas. Bajo a la cocina y mi siento en el taburete para desayunar. No hay nadie en casa, mejor. No quiero encontrarme a nadie con esta cara.
Alguien toca el timbre, por lo que me levanto a abrir. Lore con rapidez, coge mi mano y me saca a rastras fuera de la casa para meterme en el coche de Abel. Lo saludo con un beso en la mejilla y me pongo el cinturón. Menos mal que estaba preparada, si llega a ser otro día, tal vez estaría en pijama. Abel conduce hacia el estudio, ya que hoy es el día de la entrega de premios. Estoy muy pero que muy nerviosa. No estoy acostumbrada a perder pero con lo del tumor en el pie... Puedo decir que no ha sido mi mejor año.
Llegamos al estudio y Abel nos indica que luego nos recoge. Es un cielo de amigo. Entramos haciéndonos hueco entre toda la multitud, empujando a unos y a otros. La pobre mujer de recepción está muy alborotada, los padres de los alumnos se quejan de los resultados y ella no sabe que decirles. Otras se están apuntando en la hoja de preinscripciones. Este nuevo curso habrá más chicos, que bien. Cuando abro la puerta del salón, veo que está más lleno que la recepción. No lo entiendo. La gente se calla al verme.
—Mirad, es Denise Bennet. —Algunos periodistas me abrazan mientras otros solo sacan fotografías. Odio con todas mis ganas este día.
—¡Posa para nosotros Denise! —Sonrío a unas cuantas cámaras y busco mi asiento. Hoy tenían que venir. El día que peor estoy físicamente.
—¡Esperamos que hayas ganado! —Dicen otros. Me siento al lado de Lore y con la mirada busco a Iván. Lo he encontrado. Está sentado al lado de algunas compañeras al principio del salón.
El salón con lo pequeño que es, lo han adornado con sillas para las alumnas y con otras para los familiares. Los periodistas se tendrán que apañar de pie. Iván se encuentra con mi mirada y rápidamente retiro la mía. Seré tonta. Pero como no puedo evitarlo, vuelvo a mirarle a los ojos. Borra su sonrisa de golpe, pero sus ojos ya me transmiten todo aquello que quiere decirme. El estudio entero desaparece de mi vista y solo puedo vernos a nosotros dos.
Después de lo que parecieron horas mirándonos, aparto la mirada. No puede verme tan vulnerable, así solo se hará más fuerte. Al momento, entra nuestra profesora con un micrófono en la mano y con la otra aprovecha para saludar a los periodistas. Se dirige a la parte del salón donde está el pie de micro y su silla. Aplaudimos fuerte antes de que ella empiece su discurso.
—Y ahora, después del sermón que os he dado. —Nos reímos todos. —Empezaremos con la repartición de premios.
Nos grita a cada una de nosotras, incluido Iván, para repartirnos los premios menores que son por participar y poco más. Todas gritamos y aplaudimos cuando salen algunas de nuestras compañeras.
—Chicas e Iván, ¿estáis preparados? —Toda la sala murmura. —El tercer premio es para. —Hace una breve pausa mientras abre el sobre. —¡Lorelei! —Aplaudo muy fuerte. Se lo merece todo. La profesora le da el trofeo y la abraza con mucha fuerza. Coge con cuidado otro sobre y lo mira por encima. Nos mira a cada una de nosotras y carraspea. —Y el primer premio, ganador oficial de las batallas es para. —Hace otra breve pausa. —¡Iván! —Mientras los demás aplauden, yo no puedo disimular mi enfado.
¡Venga ya! Lo hizo genial, pero no merece el primer premio.
—Ganador por la mezcla de estilos de baile, por invitar a una alumna al escenario y por clavarla con la coreografía y la elección de la música. —Le entrega el trofeo y le da dos besos. —Felicidades Iván. —Todo el salón aplaude de nuevo. —Eso quiere decir, que en segundo lugar es para Denise Bennet.
Despacio y disimulando mi felicidad, me levanto de mi asiento para recoger el trofeo. Estoy orgullosa por todo lo que ha conseguido Iván y hasta donde ha llegado, pero jode ver que quien te ha traicionado haya ganado. Cojo el trofeo y le doy un abrazo a la profesora. Le susurro que mañana la llamaré por lo del trabajo y asiente con la cabeza. Vuelvo a mi sitio después de posar para algunos fotógrafos.
—Ahora silencio por favor. —El salón se queda en silencio. —En este nuevo curso, que empezará de aquí poco, tendremos nuevas caras. Tanto de hombres como de mujeres. —Aplaudimos. —Algunas de vuestras compañeras dan por finalizada su estancia aquí con nosotras, es triste pero es gratificante ver hasta donde han llegado. Hasta donde habéis llegado todas y cada una de vosotras. —Mira a directamente a Iván. —Nuestro único alumno, hasta ahora hombre, ha decidido que quiere continuar con nosotras un año más. Felicidades Iván. —Todos aplauden menos yo obviamente.
Es un mentiroso. Me dijo que se iría para poder bailar hip hop que es lo que realmente le gusta. Estoy flipando.
—¡Me niego! —Todo el mundo se gira a mirarme. Siempre me pasa lo mismo, hablo antes de pensar. —Quiero decir, él baila mucho mejor hip hop, debería irse a otro estudio. —Iván me mira con decepción y tristeza. ¿Qué esperaba, qué me iba a alegrar?
—Lo siento Denise, pero eso no entra en nuestra decisión. Iván ha querido continuar aquí ejerciendo ballet. —Lo miro fijamente negando con la cabeza. Estoy muy enfadada.
Cojo mis cosas y salgo dando un portazo. No habré quedado muy bien ante los periodistas, pero él se lo merece.
Editado el 06/10/2020

ESTÁS LEYENDO
Yo ballet y tú hip hop
Teen FictionElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...