Shaina no da crédito a lo sucedido, sus ojos entrecerrados da a entender lo que piensa.
—¡Tú! —Señala a Iván que ya se ha separado de mi unos cuantos pasos. —¡Me dijiste que no lo harías! ¡No ahora!
—¿Cómo? —Shaina me mira fijamente mientras poco a poco me sitúo en la puerta de salida.
—Solo quiere llevarte a la cama, eso es lo que quiere. —Sonríe satisfecha y se va no sin antes acercase a Iván y darle una hostia en la cara.
—Miente, Deni no te creas sus estúpidas palabras. Solo quiere fastidiarnos. —Retrocedo unos pasos más estampando mi espalda en la puerta cerrada, ya que él se acerca a mí. Mis lágrimas gritan por salir.
—Me estás mintiendo. —Niega con la cabeza y se acerca quedando cara a cara.
—Lo que ha dicho Shaina es mentira, solo lo ha dicho para complicar más las cosas. Te quiero Denise. —Abro la boca. —No llores por favor.
—¿Seguro que me quieres? —Empieza a prepararte lo que vas a decir antes de soltarlo por tu gran boca. Me doy un manotazo interno en la cabeza.
—Mucho, te quiero muchísimo. —Sonríe. Por dios como me gusta su sonrisa. Me da un pequeño beso.
—Yo-yo. —Coge un mechón de mi cabello para ponerlo detrás de mi oreja mientras sonríe de lado.
—No hace falta que me digas nada, sé que tu todavía no lo haces y no te voy a obligar a que lo digas. Pero algún día lo harás, de eso estoy seguro.
Juntamos nuestros labios para fundirlos en un beso lento, lleno de amor.
—Voy a hablar con Shaina. —Asiento con la cabeza para luego apartarme de la puerta dejándole paso.
Perfecto, un problema menos. Estas situaciones solo se pueden calmar bailando, necesito pasarme por el estudio ya, ya va siendo hora. Salgo del lavabo dispuesta para pasar por casa a por la bolsa, tendré que ir un poco rápido. Suena mi móvil, es Abel.
—Hola Deni. —Sonrío.
—Hola Abel. ¿Cómo estás? —Se ríe fuertemente.
—Mejor dicho, cómo estás tú. ¿Habéis hablado? —Suspiro bajando las escaleras de la entrada de mi instituto.
—Hemos hablado, a la fuerza. Lo hemos arreglado pero te contaré mejor cuando quedemos.
—Me alegro y a la vez lo siento muchísimo, si yo no hubiera empezado tú no habrías pasado por todo esto.
—Yo creo que gracias a ti hemos aclarado todo. —Nos reímos.
—¿Te va bien quedar mañana?
—Que mañana, vente hoy al estudio.
—Cuando acaben las clases voy.
—Perfecto, pues te espero allí. Te envío ahora la dirección.
—Vale preciosa.
Una vez en casa, me dirijo directamente a la ducha. Cuando salgo me visto con ropa cómoda para luego no tardar tanto en cambiarme, preparo la bolsa de ballet y me peino un poco. Ya es la una del mediodía. Tendría que comer algo antes por eso bajo a la cocina y miro en la nevera para ver que hay. Ruedo los ojos, cada día queda menos comida. Cojo los fideos orientales que ya vienen preparados que solo se tienen que meter durante tres minutos al microondas con un poco de agua. Una vez listos paso a comérmelos, que ricos.
Iván ha quitado sus fotos con Shaina del Instagram, eso significa que va enserio. Se me escapa una sonrisa tonta. Abel me envía un mensaje diciendo que llega en cinco minutos. Mierda, recojo las cosas de la cocina y salgo de casa.
Diez minutos se tardan en llegar desde mi casa, madre mía parece que esté en la otra punta del pueblo. Doblo la esquina y veo a lo lejos a Abel, que me sonríe nada más verme.
—¡Abel! —Le doy un beso en la mejilla. —Vamos.
—Pensaba que sería más difícil encontrar esto. —Nos reímos.
Entramos saludando a la recepcionista y entramos en el vestidor, le indico que se siente en un banco, ya que viene cambiado y también que no mire. Sé que me ha visto medio desnuda pero no hace falta que se vuelva a repetir. Cuando acabo salimos del vestidor para adentrarnos en el salón. Su cara está perpleja.
—¡Uau! ¿Y bailas aquí? Que sitio más pequeño. —Le pego un codazo. Que tonto es, pero sabe sacarme una sonrisa.
—Va, déjate de tonterías. Vamos a calentar.
Colocamos la barra en el centro del salón enfrente del espejo. Le indico como se tiene que colocar y empezamos, bueno él más bien lo intenta. Dejo de calentar para ayudarle, no se le da nada bien al pobre.
La tarde va transcurriendo poco a poco entre risas. Dejamos de bailar "free style" para sentarnos en el suelo, esto de enseñar cansa.
—Muy bien Abel, vas aprendiendo. —Pasa un brazo por mis hombros dejando escapar una leve carcajada.
—Eres una mentirosa, soy tan negado. —Le señalo con un dedo para después darle suaves toques en su pecho.
—Es tu primer día, ya verás como si sigues así algo harás. —Nuestras risas se unen.
—Venga. —Me empuja para que me ponga de pie. —Demuéstrame lo que sabes hacer y bailame tu coreografía. —No dudo en sonreír. Me pongo de pie.
—Está bien.
Me acerco al ordenador para buscar la canción y a continuación ponerla. Preparo la posición inicial para luego dejarme fluir por la música siguiendo los pasos ya previstos que elegí en su día. Unos son más lentos queriendo representar la incertidumbre sobre como veo la vida y otro pues son más rápidos representando que todo va deprisa, que si tardas un poco más te puedes quedar sin ello.
—Ya no tengo más. —Paro la música y me giro para mirar a Abel, pero este no está solo, mi profesora y las chicas están situadas cerca de la entrada aplaudiendo.
—Bravo Denise, lo has hecho genial. —Dice mi profesora. Lore se dirige a mí corriendo para fundirme en un fuerte abrazo.
—Lo has hecho genial Deni. —Me susurra al oído. Sonrío satisfecha. Lore es la única que sé que es sincera pase lo que pase conmigo.
—Gracias, aún tengo que acabarla.
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Yo ballet y tú hip hop
Novela JuvenilElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...