Londres, que maravillosa ciudad. El ambiente, el lugar, sus calles, sus parques. Me he enamorado de esta preciosa ciudad y ojalá no marcharme nunca.
Dos semanas han pasado. Dos putas semanas llorando y destrozada. Pero ya está, se acabó. No pienso derramar ni una sola lágrima más por él. Cuando llegamos, Lore me quitó el móvil, ya que no paraba de recibir mensajes y llamadas de Iván. Decidimos que si quería olvidarlo no podría tener mi móvil, es un arma demasiado peligrosa. Me compré un móvil barato y sencillo para pasar el mes aquí sin estar del todo incomunicada. Cada día dábamos un paseo por las calles cercanas a nuestro apartamento ubicado en "Pentonville", muy cerca del centro de Londres. También, cada día, visitábamos algo nuevo, como "Camden Town", el "Big ben", el "Tower Bridge", algún que otro museo y algunos parques. Mi parque preferido es "St James's Park", es precioso y hay ardillas correteando por allí. Siempre, cuando puedo, intento convencer a Lore para darnos una vuelta por allí, estoy enamorada de ese lugar.
La verdad es que no lo he disfrutado del todo esos lugares, pero ahora que voy a pasar página, voy a empezar a comerme el mundo. Y Abel, es tan bonito. Casi cada día hablamos y me cuenta que tal va por Madrid con su familia. Está muy feliz, pero dice que en menos de un mes volverá e intentará vender su casa para comprarse una más pequeña y empezar de cero en Barcelona. Me hubiera encantado que estuviera aquí con nosotras. Lo echo mucho de menos.
—Deni, Tomás me ha preguntado por ti. Está muy feliz de que estés mucho mejor. —Sonrío un poco. Me levanto de la cama y la abrazo muy fuerte.
—Gracias por haberme cuidado y ayudado, no solo ahora sino toda mi vida. Eres la mejor amiga que alguien pueda tener.
—Te quiero cariño mío. —Nos separamos y se seca la lágrima. —Anda vístete que vamos a celebrar tu vuelta. —Sonreímos de oreja a oreja.
Me ducho rápidamente y me pongo mi mejor vestido. Uno muy parecido al de mi graduación pero más ceñido y más casual. Me coloco mis mejores sandalias con plataforma y mi bolso a juego. Estoy dispuesta a comerme el mundo. Andamos unas calles y paramos en un bar. Es pequeño, oscuro pero tiene buena música y está muy bien decorado. Vamos directas a la barra.
—¿Qué queréis? —Nos pregunta el camarero. Rubio, ojos verdes. Madre mía, que noche me espera.
—Yo quiero un gin-tonic y para mi amiga lo más fuerte que tengáis. —Se apresura a decir Lore. —No me mires así, necesitas una buena copa. —Reímos. Está loca. Es la primera vez en el viaje que la veo tan feliz. Creo que le he estado arruinando el viaje aunque me lo quiera decir.
NARRA LORE:
Estoy tan feliz de verla así. Y también lo digo por mi, no quiero sonar egoísta pero estas dos semanas han sido infernales. La entiendo pero ya va siendo hora de que aproveche esta nueva aventura y se enrolle con todo el mundo. El muy capullo de Iván la ha destrozado pero la ha hecho madurar. Se le nota más sensata y más preparada para lo que le vendrá en un futuro, sea bueno o malo.
Al tener el móvil de Deni, me he enterado de cosas bastante, como decirlo, privadas por parte de Iván. Todos los días la llama y le envía mensajes a cada hora. Siempre diciendo lo mismo. "Perdóname" "Necesito explicarme" "No es lo que parece" Obviamente, no le he contado nada de esto, la mataría aún más. Pero esta mañana cogí la llamada, esa dichosa llamada.
—¿Qué quieres Iván?
—Hablar con ella por favor. Tengo que explicárselo todo.
—Déjala en paz. Hoy es la primera vez desde que estamos aquí que se le ve bien, animada. No vuelvas a llamar nunca más y déjala ser feliz.
—Perfecto. —Suena seco. —Pero si pregunta por mi dile que ya está, que se acabó todo. He conocido a una chica espectacular y es maravillosa, en todos los aspectos claro.
—Eres un completo asqueroso. Sabía que no estabas enamorado de ella, solo era un juego para ti. Lo pagarás caro.
Fue horrible. Enterarme de eso y no poder contárselo me mata muchísimo. Claro está que se lo expliqué a Abel, no podía estarme callada.
Desde que hemos llegado al bar, la veo más animada, con mejor cara. Seguramente también sea efecto del alcohol, quien sabe. Hay un grupo de chicos que no dejan de mirarnos y están bastante, buenos. Sí, buenos. Le hago un gesto a uno para que se acerque.
—Hola, me llamo Ian, ¿vosotras sois?
—Yo no te importo mucho así que te dejo hablando con mi amiga. —La cojo de la mano para acercarla más al chico. —Se llama Deni por cierto.
Es un desconocido, pero por eso no significa que deba ser un asesino.
NARRA DENI:
Juro que mataré a Lore. ¿Cómo me hace esto? El chico no está nada mal. Es muy guapo, tiene una sonrisa preciosa, el cabello castaño claro y esos ojos verdes tan intensos. Dios, estoy mal, verdaderamente mal.
—¿No sois de aquí verdad? —Niego con la cabeza. —Yo tampoco, aunque llevo viviendo aquí dos años ya.
—Somos de Barcelona. Hemos venido de vacaciones. —Sonrío. Estoy muy acalorada, parece que vaya a explotar.
—De Madrid. —Me da la mano como un saludo más formal. Le ofrezco la mía pero con la mirada busco a Lore desesperadamente. —Siento que estés incómoda. No suelo hablar con chicas pero no podía dejarte ir sin al menos haberme presentado y ahora no sé que hacer. —Sonrío. Es muy dulce.
—Lo siento. Es que acabo de salir de una relación y no me siento muy cómoda hablando con otros chicos. No te lo tomes a mal. —Sonríe de oreja a oreja.
—Vamos a bailar. —Me ofrece su mano y me lleva al centro de la pista. Es bar pequeño pero tiene un gran espacio para moverlo todo. Me coge de la cintura y nos movemos al ritmo de la música. Como echo de menos las clases de ballet.
Después de un buen rato bailando nos sentamos en un sofá que hay situado al lado de la barra. Me está interesando mucho conocer a este chico. Es amable, simpático y muy guapo, eso ya lo he dicho antes.
—Bueno, cuéntame cosas de ti. Necesito saber que no eres un psicópata. —Nos reímos.
—Muy graciosa. —Me señala la mesa donde estaba antes de presentarse. —Esos de allí son mis amigos. Patricia y Cameron. Ellos son los que me han insistido en presentarme.
—Pues me alegro mucho de que lo hayas hecho. —Sonríe bastante y se disculpa. Tiene que ir al baño.
Lore me mira desde lejos que se encuentra bailando con otras chicas y hace un gesto para que vaya tras él. Le niego con la cabeza pero ella solo se limita a mover los ojos de forma autoritaria. Sé perfectamente que quiere que me lie con él y creo que no es mala idea. Por qué no. Estoy en mi nueva aventura. Camino entre la gente hasta el baño de chicos. Empujo la puerta y me encuentro con el baño completamente vacío. Me estoy poniendo nerviosa. Cierro la puerta y espero a que salga del su cubículo. Cuando lo hace se sorprende muchísimo.
—¿Qué haces aquí? —Sonrío con picardía. Estoy como un cencerro pero creo que también es cosa del alcohol.
Me acerco a él y le doy un suave beso. Separo nuestros labios y espero una respuesta por su parte. Coge con fuerza mi cintura para acercarme mucho más a él y nos besamos apasionadamente. Aprovecho el momento para subirme encima de él. Nos lleva al cubículo y cierra la puerta con la pierna. Con mi mano libre pongo el seguro para luego continuar besándole.
Esto se está poniendo muy caliente. Beso su cuello y a continuación muerdo su oreja. Eso le hace gemir. Su punto débil encontrado. Me estampa contra la pared para seguir besándome más cómodamente. Me coloca en el suelo un momento y aprovecho para bajarme el vestido. Nuestras respiraciones van a mil, estamos tan excitados. Me observa detenidamente de arriba abajo, cabe decir que solo llevo parte de abajo. No me juzguéis, alguna vez tenía que sé la primera vez. Me acerco poco a poco a él y desabrocho su pantalón, Ian solo me mira con diversión. Bajo lentamente su pantalón y seguidamente su bóxer. Se muerde el labio.
—Deni, ¿estás segura? Es la primera vez que hago esto en un lavabo y no sé si a ti te gustará hacerlo aquí. —Beso sus labios.
—Quiero follar contigo, aquí y ahora. —Susurro en sus labios. No se lo piensa dos veces. Coloca el condón en su miembro y baja mi tanga de un tirón.
Me vuelve a coger en brazos para que sea más cómodo y enrollo mis piernas a su alrededor. Mete despacio su miembro en mi haciéndome gemir de placer. Escuchamos un ruido que viene de fuera pero eso no es motivo para detenernos. Gimiendo en silencio, sigue así durante un buen rato. Hacía tiempo que no me sentía tan viva. Cuando acabamos, vuelve a dejarme en el suelo para recomponernos y vestirnos. Esto ha estado genial.
—Dios. Me encantas Deni. —Sonrío satisfecha. Sacude un poco su cabello para peinarlo.
—Espero que nos volvamos a ver. —Guiño un ojo y salgo del baño para buscar a Lore.
No sé si esto ha sido de locos o qué. Yo no soy así. Dios mío, que he hecho. Ha estado genial pero lo acabo de conocer. Maldita Lore como me ha animado a hacerlo. Pero me siento bien, nueva y refrescante. Obvio que sigo amando a Iván pero ya no estoy con él y eso significa que soy libre para acostarme con quien quiera y él es libre para hacerlo también. Que me duele si lo pienso, sí, porque hace solo dos semanas que estoy separada de él e imaginármelo con otra me duele y me imagino que a él le pasará lo mismo.
...
Lore no para tirarme cojines a la cabeza.
—¡Déjame loca! —Se sienta a mi lado y me zarandea.
—Quiero todo tipo de detalles. Saliste con una cara del baño... —Se ríe. Y luego cuando salió Ian. Que risa. Estuve hablando con sus amigos y hemos quedado con ellos en una hora. —La miro horrorizada.
—¡Lore! Pensaba que no lo volvería a ver nunca más. —Me tapo la cara con el cojín. —Muero de vergüenza.
—Qué te crees. ¿Qué lo iba a dejar marchar así como así? —Niega con la cabeza. —Chica, es hora de darle un buen meneo a tu cuerpo el resto del viaje.
La mato. Voy corriendo a la ducha y luego me visto con un pantalón corto y un top negro de tirantes. Vamos a comer con ellos en un restaurante a dos paradas de metro. Es un restaurante japonés donde hacen todo tipo de sushi, arroces y tallarines. Es uno de los más recomendados en esta ciudad.
Entramos y los veo sentados en una mesa al fondo al lado de una ventana enorme. Nos acercamos con lentitud. Estoy muy pero que muy nerviosa, no creí realmente que lo volvería a ver. Es mucho más guapo de lo que recordaba. Se levanta del sitio y me da dos besos, muy cerca de mi comisura. Disimuladamente muerdo mi labio. Saludo al resto de sus amigos y nos sentamos.
—Bueno chicas. Contadnos algo sobre vosotras. —Nos mira Patricia detenidamente con una sonrisa en su boca. —Ian me ha contado que sois de Barcelona. ¿Y trabajáis?
—No exactamente, hemos acabado de estudiar ahora y empezaremos a buscar algo antes de volver a estudiar de nuevo. —Dice Lore a lo que nos mira levantando una ceja.
—¿Pero qué edad tenéis? —Mis mejillas se ponen rojas. Estoy sudando.
—Yo tengo diecisiete, en nada hago los dieciocho y ella ya los tiene. —Cameron se rasca el cabello.
—Vaya, se os ve más mayores. —Sonríe Cameron.
—Si, Patricia es la más mayor de nosotros, va a hacer veintidós la semana que viene, Cam tiene veinte y yo diecinueve. —Me sonríe. —Tenemos la misma edad casi. —Nos reímos.

ESTÁS LEYENDO
Yo ballet y tú hip hop
Fiksi RemajaElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...