—Estoy embarazada. —Le miro a los ojos mientras quito el abrigo de mi barriga mostrándosela. Iván anonadado pasa de mis ojos a mi vientre y luego vuelve a mirarme. No sabe qué decir. Se levanta y se aleja de mi pasándose una mano por el cabello. Me vuelve a mirar a los ojos y pasa de nuevo a la barriga. —Iván di algo por favor. —Susurro con lágrimas en los ojos. Se acerca lentamente a mi y me acaricia la cara. Cierro los ojos ante su tacto.
—¿De cuánto estás? —Se separa otra vez de mi quedando esta vez cara a cara.
—De cuatro meses.
—El día de tu cumpleaños. —Susurra más para él que para mi. Se vuelve a pasar la mano por la cabeza sin dejar de mirarme. Sus lágrimas empiezan a caer lentamente pero corriendo se las limpia. —¿Seguro que es mío? —Me toco el vientre y retrocedo unos pasos.
—¿Me estás vacilando Iván? —Alzo la voz. —¡Eres el padre! —Limpio mis lágrimas y paseo por la habitación sin saber qué hacer.
—Tienes que abortar. —Dice sin dejar de mirarme.
—Lo siento, pero este niño va a nacer quieras o no quieras. —Se acerca a mi de nuevo.
—Tengo derecho a decidir también sobre él y no quiero tenerlo. —Hace una pausa. —Vamos Deni, ¡somos muy jóvenes! —Dice gritando.
—¡Soy la madre y también tengo derecho a decidir! —Respiro hondo mientras acaricio mi barriga. No es nada bueno que me estrese. Me siento en la cama y le miro. —Iván solo te lo he contado porque eres el padre y tienes derecho a saberlo, pero no creas que después de todo tienes derecho a decidir sobre él porque no es así. —Hago una pausa. —Voy a tenerlo.
Me levanto de la cama dispuesta a salir por la puerta pero me coge la mano para que me detenga.
—Escúchame Deni, no podemos tener a ese niño. No estamos preparados.
—Sé que no te gustan los niños y no te voy a obligar a que cuides de él. Solo quería que lo supieras pero no te tienes que hacer cargo de él, lo haré yo sola. —Me zafo de su agarre y salgo de la habitación.
Bajo las escaleras apresurada y me resbalo en los últimos escalones. Por suerte Iván estaba detrás mío para cogerme. Me ayuda a recomponerme y me abraza dejándome atónita. No me lo esperaba. Nos separamos y coloca su mano con cuidado en mi barriga acariciándola despacio. No puedo evitar cerrar los ojos ante su tacto, no puedo resistirme a él. Al segundo nuestro hijo da una patada e Iván sonríe al notarlo. Me intento separar un poco de él pero al notarlo Iván corriendo junta nuestros labios para fundirnos en un beso nostálgico.
Menos mal que sus primos se habían ido de casa dejándonos así más privacidad, si no no sé que estarían pensando ahora al vernos.
Con cuidado Iván me coge la mano y subimos a su habitación de nuevo. Cierra la puerta detrás de él mientras se quita la camisa. Muerdo mi labio al verle medio desnudo. Sé que esto está mal pero lo echo de menos. Me acerco a él y nos besamos de nuevo, pero esta vez con más fuerza, con más ganas. Me ayuda a quitarme el vestido y me mira de arriba abajo parando su mirada en mi barriga. No está convencido de esto, ni yo tampoco pero no podemos parar, no ahora.
Quitamos el resto de nuestra ropa y me coge a horcajadas para apoyarme contra la pared. Esto cada vez se está volviendo más caliente. Deposita unos cuantos besos por mi cuello para volver de nuevo a mi boca. Con cuidado me tumba en la cama y se introduce dentro de mi haciéndome gemir de placer. Hacía tanto tiempo que no me sentía así.
Cuando acabamos se tumba a mi lado y me mira sonriente.
—Te he echado de menos. —Dice cubriéndonos con la manta. Sonrío como una tonta al escuchar esas palabras. Acaricia lentamente mi barriga repartiendo por todo mi cuerpo electricidad. Pero al momento vuelve a mi la realidad, la cruda realidad. Me muevo un poco incómoda y al momento retira su mano mirándome extrañado. —¿Qué pasa? —Me levanto y empiezo a vestirme.
—Me tengo que ir. —Iván hace lo mismo. Se viste y antes de poder salir por su puerta de nuevo coge mi mano.
—Quiero hacerme cargo del bebé. —Niego con la cabeza. —Deni te sigo amando y quiero cuidar de él, verlo crecer. —Hace una pausa. —Quiero que volvamos a ser los de antes.
—El problema es que yo ya no soy la de antes. —Bueno, aunque como una idiota he vuelto a caer en sus brazos. —Esto ha sido una despedida Iván.
—No me hagas esto por favor. —Susurra sin soltarme la mano.
—No puedo perdonarte Iván. Lo he intentado con todas mis fuerzas, pero cada vez que recuerdo aquel día. —Hago una pausa. —Y tú no estabas. —Retiro su mano y salgo por la puerta con rapidez.
—¡Voy a luchar por ti Deni! —Con lágrimas en los ojos salgo de su casa. Me apoyo en la puerta y lloro sin parar.
Esto va a ser más difícil de lo que esperaba.
Llamo a Abel y le digo que necesito verle, a él y a Lore. Necesito salir de Barcelona por unos días y olvidarme de todo y de todos.
Al llegar a casa de Abel, los dos ya me estaban esperando impacientes. Me siento al lado de Lore y empiezo a llorar de nuevo.
—Se lo he contado. —Los dos me miran sin saber qué decir.
Les cuento todo, incluyendo que follamos. Abel se le nota molesto y decepcionado pero es mi vida, no puedo hacer feliz a todos.
—No voy a dejar que vuelva a entrar en mi vida. No puedo hacerlo.
...
Ya estamos a finales de enero y ahora sí que sí puedo decir que tengo una barriga bastante gorda. Según Lore no tanto pero es increíble cómo me veo de sexy.
Los tres hemos decidido hacer un pequeño viaje de tres días para desconectar de todo e irnos a una pequeña cabaña a la nieve. Recogeremos todo y nos iremos mañana por la mañana, estoy deseándolo. Bueno hay que decir que también vendrá Tomás, el novio de Lore y Daniel, el hermano de Abel. Será un fin de semana genial.
En cuando a Iván, qué puedo decir de él que no me sorprenda. Desapareció de nuevo. Dejé pasar unos días hasta que se tranquilizaran las cosas y volví a su casa pero para mi sorpresa, sus primos me dijeron que había vuelto a Francia, que tenía cosas que hacer y estaría allí por un tiempo. A ellos tampoco les pareció bien la decisión que tomó de volver a dejarme plantada después de todo lo que me dijo. Pero es que es él, Iván siempre ha sido así. Sabía que no se haría cargo de nuestro hijo por mucho que en el fondo tuviera una pequeña esperanza de estar de nuevo juntos.

ESTÁS LEYENDO
Yo ballet y tú hip hop
Teen FictionElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...