Capítulo 16

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Llegamos a la playa y vamos directos al chiringuito donde hay una mesa muy grande reservada para nosotros. Aproximadamente caben entre doce o catorce personas, nos vamos sentando donde queremos y un camarero trae unas cuantas cartas para elegir el desayuno. Mi plato se basa en un combinado de huevos, bacon, churros, tostadas y un par de cosas más, este verano no entraré en la ropa.

El desayuno transcurre con normalidad entre risas y bromas absurdas por parte de los amigos de Iván. Nos decantamos por ir a la playa, ya que hacen actividades físicas programadas por el cumpleañero como es el fútbol, vóley, ping-pong y surf, diría que no me dejo ninguna más.

Empezamos por el vóley, a petición mía debido a que en los demás deportes soy una negada pero este, no se me da nada mal. Creamos dos grupos, uno está dirigido por Iván y el otro por mí, en el de él se encuentran Jorge, Pedro, Ian, Lucas e Iván y en el mío, Lore, Tomás, dos amigos más de Iván y yo. Sinceramente, no tengo mucha fe de que mi equipo vaya a ganar, pero presiento que nos lo vamos a pasar muy bien.

—Buena suerte perdedores. —Dice Lore sin preámbulos.

—Lo mismo digo. —Añade creo que es Ian.

Antes de empezar, Iván y yo hacemos piedra, papel o tijera para ver quien saca, somos muy básicos.

—Has ganado. —Se acerca a mi oído. —Pero el partido lo ganará mi equipo.

Se aleja unos pasos para guiñarme el ojo con una sonrisa triunfal pero antes de que pueda irse, le agarro de la mano para empujarlo hacia mi y darle un beso, un buen beso.

—Que gane el mejor. —Susurro en sus labios.

...

El partido está difícil, los contrincantes son bastante buenos. El marcador da 14/14, empate entre los dos equipos, quien marque esta gana. Pedro saca, la pelota se acerca a nuestro campo, Lore aprovecha para pasármela con mucha fuerza y salto para darle, Iván desde el otro lado intenta pararla empujando a Lucas pero cae junto a él sobre la arena.

Dejamos escapar unos gritos para exclamar nuestra victoria. Somos increíbles aunque no pensé ni un momento que podríamos ganar. Saltamos y nos abrazamos mientras reímos.

—Felicidades chicas. —Dos contrincantes, Pedro y Jorge se acercan para darnos un abrazo amistoso.

—Muchas gracias perdedores. —Añado entre risas.

Miro a lo lejos para buscar a Iván con la mirada, él en cambio mira a Pedro con asco y rabia apretando los puños con fuerza. Lore al darse cuenta se lleva a los chicos de ahí para dejarnos un poco de privacidad. Me acerco a él y le toco la cara con suavidad. Siempre me he preguntado por qué tiene que ser así de celoso y más ahora que estamos juntos, o eso creo.

—Iván. —Susurro. Mi móvil empieza a sonar, que oportuno es a veces.

—¿Si?

—Preciosa, ¿cómo va todo? —Él si que es oportuno.

—¡Abel! Muy bien, te lo habrías pasado muy bien si me hubieras querido acompañar. —Deja escapar una leve carcajada.

—Estás tú que aunque el psicópata de Iván me hubiera invitado yo ni loco habría ido. —Me alejo un poco de Iván para que no lo escuche, lo que le faltaba en estos momentos.

—Que cruel eres. Pues sabes qué, acabamos de ganar un partido de vóley, estoy tan feliz. ¿Y tú qué, como va todo? ¿Y tu hermano?

—Que divertido suena. —Deja escapar otra carcajada. —Ahí va, está mucho mejor por eso y yo ya sabes, aburrido sin ti. —Rectifica al instante. —Sin vosotras.

—Abel te tengo que contar una cosa. —Añado después de una larga pausa.

—¿Qué pasa Deni? —Suena realmente preocupado. Miro hacia atrás donde está Iván esperando con impaciencia.

—Estoy saliendo con Iván. —No dice nada, solo se escucha su respiración. —Dime algo Abel.

—Me alegro Deni, si tú eres feliz yo también lo soy ya lo sabes. Esto era lo que os faltaba, unos días para aclararos.

—Si. —Susurro. No estoy segura si lo que dice va enserio, le he hecho daño. Iván corriendo coge mi móvil para ponérselo en la oreja. Al escuchar hablar a Abel sobre nosotros se tensa.

—¡No vuelvas a acercarte a mi novia capullo! —¿Cómo? Los gritos de Abel se escuchan desde el otro lado. Nada de esto está bien por lo que doy la vuelta para alejarme de Iván. —¡Deni, espérame tengo tu móvil! —Paro en seco y me giro enfadada.

—¡Quédatelo! —Espeto en su cara. Nuestras respiraciones suenan agitadas. —Eres un completo imbécil Iván. Quédate mi móvil así puedes controlar quien me llama y quien no y si te interesa, me lo pasas para saludar. —Quiere tocarme la cara pero me alejo.

—Vamos preciosa, no te enfades conmigo, no era mi intención.

—¡Nunca es tu puta intención pero siempre lo haces! Acabamos de empezar y ya la estás cagando.

—Estamos bien. —Quiere acercarse de nuevo pero me alejo.

—Estábamos. —Dejo escapar un suspiro bien largo. —Si no empiezas a confiar en mí y a dejar los malditos celos a un lado, esta relación o lo que sea no va a funcionar nunca.

—¡Confío en ti! —Mi cara de rabia y asco es notable a kilómetros.

—Por eso le gritabas a Abel, no soy imbécil Iván. Él es mi amigo y le quiero, tienes que empezar a aceptarlo ya o si no. —No me deja terminar la frase. Se acerca a mí para abrazarme con fuerza.

—Lo sé, pero me mata que él esté enamorado de ti y yo. —Ahora soy yo quien no le deja terminar.

—Te he elegido porque estoy enamorada de ti no de él. —Coge mi cara con cuidado para acercarme a sus labios. Al principio no le correspondo, pero no puedo negarme por mucho tiempo.

—Te quiero muchísimo. —Apoya su barbilla en mi cabeza para dejar escapar un suspiro.

—Te quiero Iván.

Yo ballet y tú hip hopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora