Narra Deni
Suena la alarma, levanto un poco la cabeza y miro a mi alrededor, me quedé dormida mierda. Observo a Abel dormido con una mano encima de su cabeza y la otra en mi cintura, que tierno. Con cuidado de no despertarlo, retiro su brazo para ponerme de pie y buscar mi móvil. Levanto mi ropa, su ropa, unas mantas que hay en el suelo pero nada. Me acerco al escritorio donde está mi mochila y efectivamente está aquí. Lo debería de haber pensado antes. Lo desbloqueo y miro los mensajes. ¡Maldición! Tengo mensajes de mi tía.
Tita
23:47 ¿Denise dónde estás?
1:18 Denise, será mejor que contestes o llamaremos a la policía. Estamos muy preocupados.
4:25 Se acabó, estarás castigada de por vida. Shaina nos ha explicado donde estás.
Lore
22:14 Deni, ¿cómo estás? Espero que Abel te esté apoyando mucho. Por cierto, ¿has hablado con Iván?
00:47 Oye, cuando puedas contéstame, estoy preocupada. Abel tampoco me coge el móvil.
Iván
16:13 Deni, perdóname, siento ser así. Te quiero.
17:22 Por favor, contéstame, no te encuentro por ningún lado y me estoy preocupando.
19:58 Deni, necesito verte. Tenemos que hablar.
Dios mío, demasiado para estar recién levantada. De momento ignoraré los mensajes, no quiero agobiarme nada más empezar el día. Necesito irme de esta casa, es demasiado para mí.
Me visto, recojo las cosas y abro la puerta de su habitación no sin antes mirar a ambos lados del pasillo para no encontrarme con su familia. Antes de poder salir, Abel coge mi mano para introducirme dentro de su habitación.
—¿Te vas? —Comienza a vestirse sin dejar de mirarme.
—Si, necesito pensar y aquí, no es por nada, me siento un poco cohibida.
—Vale, si. No te preocupes pero al menos, déjame acompañarte a casa. —Asiento con la cabeza.
Coge las llaves del coche y antes de que salgamos de su habitación deposita un beso en mi cabeza dejándome un poco aturdida. Bajamos las escaleras pero como me imaginaba, está su madre en la cocina desayunando. Se percata de que estoy detrás de Abel por lo que se levanta y viene hacia nosotros.
—Bueno, bueno. Tienes novia y no se lo has dicho a tu madre. —Abel resopla, esto no entraba en sus planes. Ahora me mira a mí. —Hola, soy Ester, la madre de este hombretón.
—Encantada Ester, soy Denise. —Nos damos dos cálidos besos. Esta señora parece agradable, no deja de sonreír de oreja a oreja.
—Mamá, tenemos que irnos. Ya hablaremos más tarde. —Esto último lo susurra.
—Está bien, encantada Denise. —Sonrío como respuesta. Abel parece enfadado, lo sigo a pasos rápidos hasta el coche, nos subimos en silencio.
—Mi madre siempre se tiene que meter en todo, no se lo tengas en cuenta. —Sonríe sin mirarme. Escucho unos toques en la puerta del coche. Abel abre su puerta donde se encuentra un niño muy bonito y clavado a él. —¿Qué quieres ahora?
—Quiero ir contigo, mamá se va a trabajar y no se puede quedar conmigo nadie. —Se frota los ojos como si hace poco se hubiera levantado.
—Muy bien renacuajo, sube al coche y ponte el cinturón. —Eso hace, nos ponemos también nuestros respectivos cinturones para después arrancar. Abel mira a través del retrovisor a su hermano. —Vamos a dejar a mi amiga en su casa, no tardaremos en volver. —El niño asiente con la cabeza. Ahora gira la cabeza hacia mi y se atreve a preguntarme lo que seguro que lleva todo el día deseando.
—¿Cómo estás? Sigues dándole vueltas a lo que pasó ayer ¿verdad? —Deja de mirarme para centrar su vista en la carretera.
—La verdad es que no me lo puedo quitar de la cabeza. Seguramente no seas el indicado para que te diga esto, pero le quiero muchísimo, solo que ahora, después de todo, no sé que hacer.
—Deni, primero todo soy tu amigo y después soy el chico que le gustas. Me puedes contar todo lo que tú quieras siempre, aunque me duela saber que estás enamorada de ese imbécil.
—Abel esa boca. —Replica su hermano. Giro a mirarle.
—Hola, corazón. ¿Cómo te llamas?
—Soy Daniel, ¿y tú quién eres?
—Son Deni, una amiga de tu hermano. Eres más guapo que él, ¿lo sabías? —Sonríe satisfecho.
—Si, soy más guapo que él y más listo. —Nos reímos.
No puedo dejar de observar a Abel, está tan concentrado en la carretera que si siquiera se da cuenta de nada. Es muy guapo, su piel es suave y fina con algún que otro lunar, sus ojos son azules, la nariz pequeña y sus labios finos y delicados. Cómo me gustaría besarle ahora mismo.
Denise Bennet, no pienses ahora mismo en eso. Tengo que solucionar otras cosas antes.
Detiene el coche enfrente de mi casa y se baja para acompañarme a la puerta. Despido con una mano a Daniel y en silencio caminamos hasta mi puerta. Hay un coche en doble fila cerca de mi casa y no lo reconozco, que raro.
—Bueno Abel, muchas gracias por todo enserio. —No duda en abrazarme, lentamente posa sus labios en mi oreja.
—Preciosa, gracias a ti por ser como eres. —Poco a poco se va acercando más a mis labios, debo de pararlo pero no quiero. Nos besamos, el beso es suave y delicado, lo que estábamos esperando.
No puedo hacer esto, no quiero hacerle daño. Con cuidado me separo de él dejando una distancia entre los dos.
—Abel. —Susurro. —Sabes que no puedo, no quiero crearte falsas ilusiones.
—Está bien preciosa. —Deja escapar un suspiro. —Será mejor que me vaya. Te llamaré en unas horas.

ESTÁS LEYENDO
Yo ballet y tú hip hop
Teen FictionElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...