—Gracias por estos días tan increíbles. Nunca me arrepentiré de sentir vergüenza el primer día al presentarnos. —Sonríe. —Pero luego todo eso se me quitó al salir del baño. —Se ríe fuertemente a lo que le doy un codazo.
—Serás imbécil. —Nos reímos. Se pone serio.
—Déjame que os acompañemos al aeropuerto. Quiero despedirme bien de ti, no aquí ni ahora. —Asiento con la cabeza.
...
Hacemos las maletas en silencio. En cinco horas sale el vuelo pero iremos con tiempo, así nos podremos despedir bien y con calma. Me acerco a ella y le ayudo con la suya. Está rara, muy rara.
—¿Qué te pasa? —Me mira extrañada.
—¿A mí? Nada. —Se está poniendo nerviosa. La paro y hago que se siente.
—Dímelo ya.
—Vale, pero no quiero que te pongas nerviosa. —Asiento con la cabeza mientras me siento a su lado. —Iván tiene novia. —¡¿Qué, qué?!
—Será una broma ¿no? —Niega con la cabeza. —A ver, no me puedo quejar porque me he estado acostando con Ian, pero ¿novia? ¿Tan pronto?
—Ya te dije que no era de fiar. —Me levanto de la cama y empiezo a dar vueltas por la habitación.
—A ver Lore, una cosa es que folles sin sentimientos y otra cosa es que tengas una puta novia. —Me paro enfrente de ella. —Dos cosas. O no me quería o me ha olvidado muy pronto.
—Vale, vale, ya está. Por eso no te lo quería contar. Abel me dijo que no te contara nada porque te pondrías así. —Me señala. —Anda, acabemos con todo esto. Es hora de volver a casa.
Sinceramente, estoy fatal. Amo a Iván aunque me haya arruinado la vida pero cada vez que intento olvidarle acostándome con Ian, me viene su cara, su cuerpo, la manera de besarme y mirarme. No se parecen en nada pero no puedo evitarlo. Y ahora encima, tiene novia. Solo espero hacerle daño y que se entere de que yo he estado con otra persona carnalmente. Sé que eso le joderá muchísimo. Sin que se dé cuenta, cojo mi móvil que estaba entre sus cosas y voy al baño. Tengo muchísimos mensajes. Corriendo voy a la conversación de Iván y empiezo a subir los mensajes. Madre mía. Menudo capullo.
En fin, acabamos de hacer las maletas y salimos del apartamento para reunirnos con los chicos. Nos llevarán al aeropuerto y una vez allí, nos tendremos que despedir. Ian se acerca corriendo a mi para abrazarme muy fuerte.
—Sé que dijimos cero dramas, pero te he cogido cariño. Como una amiga claro. —Nos reímos y le devuelvo el abrazo. Este chico me tiene ganada.
—Anda tonto, vamos o perderemos el avión.
Metemos las maletas con su ayuda en el maletero y ponemos rumbo al aeropuerto. Una vez allí, decidimos desayunar algo para no hacer la típica despedida tan fría. Lore desde que nos hemos sentado no le quita ojo al móvil. ¿Habrá pasado algo? Le doy un manotazo y lo guarda corriendo. Pido un café bien caliente, me encanta quemarme la lengua.
—Venga chicos, vamos a inmortalizar este momento. —Cameron se levanta y hace un selfie. —Ahora os la envío.
—Os iremos a visitar que lo sepáis. —Dice Ian. —Bueno, al menos yo. —Me guiña un ojo.
—Cállate que yo también quiero ir. Nunca he ido a Barcelona y me parece una ciudad preciosa. —Añade Patricia.
—Os echaremos de menos. —Lore coge la mano de Patricia para apretarla fuerte.
—Hace poco más de una semana que nos conocemos y os he cogido demasiado cariño. —Digo mirando a Ian. A él sobre todo.
Una, dos horas.
—Viajeros con destino a Barcelona. Diríjanse a la puerta de embarque.
Ya es la hora. Nos levantamos de la mesa para abrazarnos por última vez. Acabo de abrazar a Cameron y a Patri e Ian ya está preparado con los brazos abiertos. Me lanzo encima de él y le doy besos por toda la cara.
—Ven a verme algún día. —Susurro en sus labios.
—Antes de que te lo esperes. —Pega sus labios junto a los míos. Nunca antes nuestros amigos nos habían visto besarnos, siempre lo hacíamos en privado.
Nos despedimos con la mano mientras nos dirigimos a nuestra puerta de embarque. Este será un viaje muy pero que muy largo.
...
Salimos por la puerta después de recoger las maletas de la cinta y vemos a Tomás que ya está fuera esperándonos.
—¡Tomás! —Menuda zorra. Me ha dejado sorda. Sale corriendo y Tomás la coge en el aire. Se empiezan a besar. Esto ya es demasiado, quiero volver a casa.
Hostia, qué casa. Tendré que volver con mis tíos, no me queda otra.
—Te he echado de menos.
—Yo también cariño. —Ya está bien. Carraspeo. —Hola Deni. —Se acerca para abrazarme. —Me alegro de verte.
Nos subimos en su coche y pone rumbo a casa de mis tíos. No quiero molestar a Lore, querrá privacidad con Tomás y no quiero que se canse de mi. Más tarde o ya mañana, tendré que ir a su casa a por mis cosas. Llegamos. ¿Y qué les digo? Pico a la puerta y para mi sorpresa abre Shaina.
—¿Deni? ¿Qué haces aquí? —Su voz suena calmada. Que raro en ella.
—¿Están tus padres? —Asiente con la cabeza y se mete dentro de la casa para ir a buscarlos. Al momento salen ellos. —Hola. —Sonrío tímidamente.
—Cielo. —Mi tía me abraza con fuerza. —Sabía que algún día volverías.
—Deni, nos alegramos de verte. —Añade mi tío.
—¿Me puedo quedar aquí? —Se miran entre ellos para después asentir con la cabeza. —Solo será hasta que encuentre algo.
—Claro que sí. —Mi tío me ayuda a sacar la maleta del coche de Tomás para meterla dentro de casa. Me despido de mis amigos y vuelvo dentro con ellos. Algo ha cambiado en esta casa. No sé si son los muebles o el color de la pared pero me siento extraña.
Entro en mi antigua habitación y noto que aquí todo sigue igual. Igual que como la dejé. Guardo la ropa en el armario y la sucia la echo al cesto. Por fin puedo relajarme un rato asolas. Vaya viaje más bonito que he tenido junto a Lore. Tenemos que hacerlo más veces.
Después de un rato tumbada en la cama, bajo al salón donde se encuentran mis tíos para darles unos regalos que les he traído. No podía presentarme en esta casa con las manos vacías.
—Os he traído un pequeño regalo de Londres. —Con cuidado lo abren en silencio. Sus caras parecen sorprendidas. A mi tía le he regalado unos zapatos preciosos y a mi tío un souvenir de la tienda de Sherlock, es muy fan de esa serie.
—Me encanta Deni. —Mi tío se acerca a darme un beso. Sonrío satisfecha.
—Esto es para Shaina. Dádselo por favor.
Dicho esto, salgo de casa con un nuevo destino. La casa de Iván. No estoy loca, solo que le he comprado un regalo a su madre. Me fui de allí sin ni siquiera despedirme. Antes de picar, me mentalizo por si por alguna casualidad pudiera encontrármelo. Respiro hondo y pico. Menos mal, su madre me abraza con una sonrisa enorme en su cara.
—¡Denise! Que alegría de verte. ¿Dónde has estado?
—¿Su hijo no le ha contado nada? —Niega con la cabeza.
—Entra y me lo cuentas.
—No puedo. —Antes de acabar de hablar me coge de la mano para adentrarme. Nos sentamos en el sofá y miro alrededor. Que nostalgia estar aquí y sin Iván. —Te he traído un regalo de Londres.
—Anda Denise, no hacía falta. —Lo comienza a abrir lentamente. Estoy tan impaciente por irme de aquí. Ha sido una tontería enorme. —Es precioso. —Me da un abrazo muy fuerte. —¿Me vas a contar que os ha pasado? —Niego con la cabeza.
—Te lo tiene que contar él. —Comienza a sonar el manillar de la puerta. Mis nervios aumentan cada segundo que pasa. Es él con una chica, suenan risas.
Al verme se calla de golpe. Le dice a la chica algo en el oído y sale medio corriendo hacia el piso de arriba. Mis lágrimas inundan mis ojos. No sabía que nada más verlo me sentiría así, tan débil.
—Me tengo que ir. —Corriendo paso por su lado para dirigirme a la calle. No puedo verlo así, llamadme egoísta pero no puedo verle así de feliz con una chica. Cierro la puerta detrás de mi y las lágrimas salen sin parar.
Esto ha sido demasiado doloroso.
Editado el 24/09/2020
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Yo ballet y tú hip hop
Novela JuvenilElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...