Me despierto algo cansada. Giro mi cabeza y ahí está él, perfecto como siempre. Me abrazo más a él. Pensé que todo esto nunca volvería a suceder, estar así de bien y juntos. Con cuidado de no despertarlo lo separo de mi y me dirijo al baño, necesito una ducha. Salgo con tan solo una toalla envolviendo mi cuerpo para volver a la habitación. Rebusco en una de las bolsas que Lore dejó en la habitación y cojo unos tejanos largos y una camiseta de manga corta además de mi ropa íntima. Me cambió y despierto a Iván con besos por toda la cara.
—Hm... —Abre los ojos poco a poco y sonríe dejando ver sus preciosos dientes blancos. —Buenos días. —Me atrae hacia él y deposita un beso en mis labios.
—Buenos días. —Sonrío igual. —Es hora de desayunar. —Asiente con la cabeza y se viste con el traje de ayer. Al no saber que nos quedaríamos aquí a dormir, él no se trajo ropa para cambiarse.
Bajamos y están todos ya preparados desayunando. Sus primos esbozan una sonrisa al vernos.
—Buenos días pareja. —Dice Joe. Me siento a su lado e Iván enfrente mío.
—Buenos días. —Digo sonriente. ¿Por qué estar triste si estoy con la persona que amo? —Lore, ¿Cómo estás? —Me da una sonrisa cálida. Es lo que estaba buscando.
—Muy bien Deni.
Acabamos de desayunar y recogemos todo para poner rumbo a casa. Iván deja la última bolsa en su maletero y lo cierra. Se acerca a mi para abrazarme. No me cansaré nunca de su olor.
—¿Dónde vamos? —Le miro a los ojos.
—A casa de Abel.
...
Me ducho de nuevo y recojo todo para ir al estudio a dar clase. Antes de salir por la puerta me dirijo a Abel.
—Tenemos que hablar. —Se pasa una mano por la cabeza asintiendo con la cabeza.
—Me comporté como un imbécil, lo sé. —No dudo en abrazarle fuertemente a lo que él me responde igual.
—Lo siento mucho Abel. Sé que lo habéis pasado mal por mi y sobre todo tú, que tampoco ha sido fácil tenerme aquí. —Asiente con la cabeza.
—Lo siento yo Deni. Te comprendo perfectamente, yo volvería una y mil veces más a por ti. —Susurra triste. —En fin, ¿qué harás ahora?
—Si tú quieres, me quedaré un tiempo más aquí.
Nos fundimos en un tierno abrazo y salgo hacia el estudio de ballet.
Después de acabar la clase con las niñas me dirijo al vestuario para cambiarme. ¿Pero qué coño? Tengo ganas de dar una vuelta con mi tutú puesto. No es lo más correcto ahora que soy profesora pero no puedo evitarlo. Salgo con la bolsa a cuestas y sin cambiarme. Todas las personas que pasan por mi lado se quedan observándome. Lo único que hago es correr y reír como una loca. Me dirijo a una estación abandonada la cual me trae supongo que buenos recuerdos. Hace ya unos años que no venía aquí, ahora está mucho más destrozando que entonces.
Coloco mi móvil en el suelo y le doy al play a mi lista de reproducción de Spotify. Empiezo con el calentamiento para no hacerme daño y luego prosigo con la coreografía.Al acabar de bailar, me siento en el suelo por el fuerte dolor de pies. Estoy agotada. Miro a mi alrededor y solo puedo acordarme de él.
<Flashback>
Como cada tarde, Hugo y yo siempre decidíamos después de las largas clases de ballet ir a pasear por la ciudad con nuestros trajes puestos y una vez dimos con este magnífico lugar abandonado. Era y sigue siendo perfecto para desconectar y bailar.
Un día me dijo todo lo que me amaba y yo como una tonta no dudé en creerlo en fin, estaba enamorada de él. Me hizo levantarme del sitio y prometerle una cosa. Que siempre vendríamos a este lugar para recordar todos los buenos momentos que habíamos pasado juntos.
Estúpida.
Un día, salimos del estudio y como siempre paramos en esta estación, pero me dijo que no me pusiera muy cómoda porque nos iríamos a otro lugar. Sorprendida me cambié de ropa a una de más cómoda y me cogió de la mano para correr por la ciudad hasta llegar a la playa. En ese momento ya lo entendí todo, era mi cumpleaños y me había preparado una sorpresa con todos sus amigos, mi prima e incluida Lore. Al verme todos al unísono gritaron "Felicidades", la verdad es que me hizo muchísima ilusión, otra cosa no pero Hugo era todo un romántico y le encantaba sorprenderme. Claro, sin contar que no sabía que todo era una apuesta. Eso sí que fue una gran sorpresa.
Todos empezaron a desnudarse quedando en solo ropa interior para meterse en el agua, nadie sabía que iríamos a la playa por eso nadie llevaba ropa de baño. Me lo pasaba tan bien con ellos. Corrimos al agua y empezamos a salpicarnos. Hugo me cogía por los aires en cada momento, menos en aquel preciso momento que vino una ola y él estaba jugando con sus amigos, el único que estaba por ahí cerca era Iván no dudé ni un solo instante en agarrarme de su cuello para no hundirme con la gran ola que venía a arrollarnos.
Ahora me puedo acordar perfectamente esos ojos al mirarme mientras me medio hundía, ya que no pudo agarrarme bien del todo. Se le veía tan preocupado pero al momento empezamos a reírnos y al final volví con Hugo que me devoraba la boca cada cinco segundos.
Ese fue sin duda hasta este pasado cumpleaños el mejor de mi vida.
<Fin del Flashback>
Toda esta situación con Iván acabará conmigo algún día. Bueno, ahora soy la mujer más feliz del mundo. Estoy con el amor de mi vida después de todo y mis amigos no me han mandado a la mierda. Genial.
Decido llamar a Iván y a mis amigos para poder hablar con más tranquilidad sin tanta gente opinando. Quedamos en el McDonald's para cenar.
Iván quería venir a buscarme pero se lo negué, estoy a tan solo quince minutos. Sin cambiarme y sin nada pongo rumbo al restaurante de comida rápida.
Cuando llego los veo a todos sentados ya esperándome. Abel como siempre con esa cara de pocos amigos, al menos está sentado al lado de Lore y a su lado su hermano. Al ser tan pequeño no quiere abusar de dejárselo a la vecina y me parece bien. Y en frente de ellos se encuentran Tomás e Iván sentados. Iván se puede ver a kilómetros que está ansioso de que llegue, se le nota tan nervioso e incómodo de estar en una mesa que no es bienvenido. Al verme sonríe y se levanta corriendo para darme un beso en los labios.
—¿Qué haces así vestida? —Me río. Todos ellos me están mirando igual de confusos que Iván.
—Pasé por un viejo lugar a bailar y no quería cambiarme de ropa. —Me encojo de hombros. —Por cierto. —Miro a Lore. —¿Habéis pedido ya? —Asiente con la cabeza.
—Tranquila que me he encargado personalmente de pedirte tu comida señora marquesa. —Nos reímos. Es la única que sabe lo que me gusta. Un buen Big Mac con patatas normales y coca cola cero y sin olvidarnos de mi McFlurry de oreo con chocolate.
A los diez minutos viene un chico muy simpático a dejarnos la comida.
—¿Cómo estáis? —Decido romper el hielo mirando directamente a Lore.
—Mejor que ayer la verdad. —Mira fijamente a Iván. —Quería deciros que no me meteré en vuestra relación para nada pero solo quiero decirte, ahora que estamos más tranquilos, que no te quitaré el ojo, estaré vigilándote día y noche.
—Eso es meterte en nuestra relación. —Me río a lo que Lore me maldice con la mirada.
—No quiero verte sufrir de nuevo. —Asiento con la cabeza. Miro a Abel.
—Como te dije esta mañana, respetaré tu decisión pero obviamente no quiero tener nada que ver con él. —Eso es cierto, no le ha dirigido la mirada ni una sola vez.
Iván solo traga en silencio. Tal vez no haya sido tan buena idea reunirlos a todos después de todo.
2 meses después
Han pasado ya dos meses. Dos meses increíbles llenos de buenos momentos. Creo que no puedo estar en el mejor momento de mi vida, sobre todo con Iván. Las cosas han salido rodando justo como yo esperaba, sin más mentiras, sin más secretos.
En Barcelona ya empieza a hacer frío, bastante para mi gusto. Normal claro, estamos a mediados de noviembre. Y no sé si es por el frío, pero como más de la cuenta y ya he engordado tres kilos. Debería de dejar de comer tanta comida basura.
De momento sigo en casa de Abel, no me atrevo a dar un paso con Iván y volver a su casa, creo que aunque sepa que todo va bien dentro de mi hay algo que me dice que espere. Pienso que si vuelvo a su casa todo se torcerá, entonces de momento sigo con Abel. Ni Iván ni Abel tienen ningún problema, al contrario Abel está encantado con que pase tiempo con él y sobre todo con su hermano. Cuando no lo cuida él lo cuido yo. Daniel es como mi hermano pequeño y no me importa nada.
Al final me matriculé en el conservatorio de Barcelona para especializarme como profesional en danza clásica. Con mi alto recorrido entré sin dificultad, el problema es pagarlo. Obviamente ya he solicitado una beca y estoy a la espera de a ver si la aceptan. Seis años para conseguirlo y con los años que llevo se me hará más fácil sin embargo tengo que aprender otros estilos e introducirme en el mundo del teatro y de la historia de la música. No me puedo quejar, me encanta todo esto.
Todas las mañanas voy al conservatorio y por las tardes sigo trabajando en el estudio de ballet haciendo clases a las mismas niñas que se apuntaron en verano. Son tan bonitas. Al menos me sirve para ir pagando las clases, las clases de conducir y a Abel por dejar quedarme en su casa.
Esta tarde después del trabajo he decido ir a casa de mis tíos para visitarlos y hablar con ellos. Al final no se están portando tan mal conmigo. Al menos una vez a la semana nos vemos y charlamos durante un rato.
Decido enviarle un mensaje a Lore. Hace dos semanas que no la veo, ya que está muy liada con sus estudios. Está estudiando medicina en la universidad y no da abasto. La echo de menos.
Lore necesito verte ya, no puedo estar ni un solo día más sin saber de ti. Te quiero mucho.
Entro en casa de mis tíos y como siempre tienen preparada la merienda y un café.
—¿Cómo estáis! —Les doy un beso a casa uno y me siento en el sillón de la sala de estar.
—Muy bien cariño, trabajando mucho como siempre. —Toma un sorbo del café para luego hablar de nuevo. —¿Tú todo bien? —Asiento con la cabeza.
—No pueden irme mejor las cosas.
La tarde pasa entre risas y recuerdos. Decido que es el momento de irme cuando pican a la puerta. La relación con Shaina está estancada como siempre y no le agrada que venga a visitarlos es por eso que lo hago cuando ella no está. Abro la puerta para y para mi gran sorpresa es Shaina pero con Hugo.
¿Qué hacen estos dos juntos?
Editado el 22/07/2021
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Yo ballet y tú hip hop
Novela JuvenilElla una profesional del ballet. Él un aficionado al hip hop. Ballet y hip hop, dos tipos de bailes muy diferentes pero a la vez muy iguales. ¿Qué pasaría si su prima estuviera metida en el asunto? ¿Qué pasaría si su ex volviese con ganas de acabar...