Capítulo 41

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Despierto algo aturdida. Estoy en la habitación del hospital que me asignaron cuando llegué. Lore, Abel y Daniel están sentados en el pequeño sofá bajo el ventanal. Al verme despierta Abel sale corriendo de la habitación para llamar a la doctora.

—¿Cómo estás Deni? —Lore se levanta del sofá y viene hacia mi para cogerme la mano.

—Muy cansada. —Al momento llega la doctora.

—Hola Denise, ahora en un momento te traen a tu hijo, mientras vamos a hacerte unas pruebas para ver que todo va bien.

Después de las pruebas la comadrona se asoma por la puerta de la habitación con mi hijo. Se acerca a mi y me lo tumba encima mío con mucho cuidado. Es tan bonito.

—Hola Alec. —Le acaricio su carita y beso su cabeza peludita. Al escuchar mi voz se acurruca más a mi para acomodarse mejor.

Echo un vistazo a la habitación y no hay rastro de Iván. Frunzo el ceño y miro a Abel.

—¿Dónde está?

—Se ha ido Deni. —Y otra vez, todo lo que me dijo de nuevo me patalea el corazón. Estoy harta de él. Miro de nuevo a Alec y le acaricio de nuevo su cara.

—Mamá está aquí contigo cariño. —Sonrío nostálgica. Alec será lo único que me recuerde y ate a Iván.

—Intentamos pararle, pero ya se había subido al coche y no pudimos alcanzarle. —Asiento sin darle importancia.

Los tres se colocan a mi alrededor para observar mejor a Alec. Daniel se acerca tímidamente y coge su pequeña mano.

—Es muy pequeño. —Dice. —Seguro que nos haremos amigos.

—Ya verás que sí. —Hago una pausa mirando a Abel. —Seremos una familia preciosa. —Las lágrimas inundan mis ojos.

Todo el día lo pasamos en el hospital, ya que tenían que hacerle pruebas a Alec por ser un poco prematuro. A la mañana siguiente nos dieron el alta y pudimos irnos a casa.

Sigo pensando en qué le pudo pasar por la cabeza a Iván para volverse a ir. No entiendo por qué se le vio tan feliz en las ecografías o incluso en el parto antes de desmayarme, si realmente no quería tener un hijo, no al menos ahora.

Lo que tengo claro es que criaré a mi hijo yo sola, bueno con la ayuda de Abel y Lore pero lo que quiero decir es que intentaré ser la mejor madre del mundo para que mi hijo no eche en falta a su verdadero padre.

...

Han pasado seis meses y Alec está enorme. Siempre quiere comer y salir a la calle para jugar con la arena. Lo toca todo y lo que no le gusta lo tira al suelo. Pero tiene una cara tan bonita, me recuerda tanto a él, son tan parecidos que me da hasta rabia.

Ahora, hace un poco de frío al estar ya en noviembre, las calles cada día son más solitarias al oscurecer más temprano, pero eso sí, nosotros siempre estamos en el parque jugando y riendo. Abel es como un padre para él, al final siempre estamos juntos y Alec le tiene mucho cariño.

Tengo claro que cuando Alec haga un año volveré a trabajar y me reengancharé al conservatorio, al final es mi sueño y mi futuro. No quiero tirar toda mi vida a la basura, si no continuo habré fracasado para siempre como profesional.

En cuanto a Iván, al principio lo llamaba cada día, tenía la esperanza de que me diera una explicación y de que volviese. Sin embargo, al mes cuando me iba a rendir, cogió la llamada.

<Flashback>

—¿Iván?

—¿Quién eres? —Dice una chica al otro lado de la llamada.

—Eso ahora no importa, puedes pasarme con él es urgente. —Digo lo más rápido posible. Se escucha como le llama y como poco a poco se acerca al móvil.

—¿Sí?

—¿Cómo has podido Iván? —Le reprocho. Antes de poder continuar cuelga la llamada.

<Fin del flashback>

Y eso fue todo lo que pasó. No he vuelto a ponerme en contacto con él, no vale la pena.

Como cada día, nos encontramos en el parque Abel, Daniel, Alec y yo.

—Dani, no le pierdas de vista. —Dice Abel a su hermano. Estaban en la arena jugando a hacer castillos, aunque Alec al ser tan pequeño solo quiere destrozarlo todo.

Miro mi móvil y tengo un audio de Ian. Ay Ian. Qué fue de él. Pues al final al contarle todo, que estaba empezando una relación con Abel no quiso venirse a vivir a Barcelona, lo que me temía y por mi mucho mejor. Pero hace un mes vino a visitarnos y conoció al pequeñín. Últimamente estamos en contacto, no quiere que pasemos tanto tiempo sin vernos y sin hablarnos y dice que quiere ser el tío de Alec por lo que muy a menudo le paso vídeos y fotos de él.

Abel me saca del trance y guardo el móvil, luego lo escucharé. Se acerca a mi para besarme.

—¿Estás feliz? —Miro a Alec para después mirar a Abel.

—Muy feliz. —Deposito un beso en sus labios. —Enserio, no puedo ser más feliz ahora mismo. —Hago una pausa. —Estoy enamorada de un chico guapísimo con unos ojazos preciosos y además tengo un hijo precioso.

—Tenemos un hijo increíble. —Asiento con la cabeza. Abel desde el primer momento quiso formar parte de Alec, como su padre. No se lo negué pero en el fondo al principio me causó mucho dolor que Iván ya no fuese a formar parte de él.

Nos sentamos en el banco para poder vigilar mejor a los niños y al final del parque veo a un chico muy parecido a Iván de la mano de una chica morena. Para salir de dudas me levanto sin pensarlo dos veces y me dirijo a ellos.

Pues sí que es Iván, mierda.

Al verme delante suyo se detiene en seco y mira a todas partes para querer salir de esta incómoda situación.

—Iván. —Digo sin más.

—Deni. —Se suelta corriendo de la mano de la chica y disimula pasándosela por la cabeza.

—¿Cómo puedes ser tan cabrón de presentarte por aquí después de todo? —Abel al vernos quiere venir pero con una mirada le prohíbo que venga.

—Deja que te lo explique.

—¡¿Qué me expliques?! —Hago una pausa para calmarme. —Han pasado seis meses Iván. Ya no hay nada que explicar.

Quiere volver a decirme algo pero aprovecho para darle una hostia en la cara. Dios que dolor. Al ver la situación la chica decide hablar.

—¡¿Pero qué haces loca?! —Dice tocándole la cara a Iván.

—¿Iván no te ha contado nada? —Niega con la cabeza.

—Deni para. —Dice corriendo.

—Tu novia debe de saber quien soy yo Iván. —Hago una pausa y miro a la chica a los ojos. —Soy la madre de su hijo, el cual abandonó el día de su nacimiento. —Atónita y sin querer creérselo se aleja de Iván para mirarle seriamente.

—¿Es eso cierto? —Le dice. Iván a duras penas asiente con la cabeza. —Eres un asqueroso. ¡No vuelvas a llamarme! —Dice para después irse medio corriendo.

—¿Contenta? —Añade a regaña dientes.

—Eres un hijo de puta Iván y no mereces a nadie. —Escucho llorar a Alec al fondo y Abel se dirige corriendo a él para cogerlo. Iván siguiendo mi mirada le ve.

—¿Es él?

—No te importa Iván. —Me detiene cogiéndome de la mano.

—¿Cómo se llama? —Dice sin dejar de mirarle.

—Alec. —Asiente con la cabeza.

—¿Puedo ir a conocerle? —Me río sin gracia.

—¿Hablas en serio? —Me giro a mirarle. —¡Nos abandonaste otra vez Iván!

—Pero he vuelto Deni.

—No has vuelto Iván, te he encontrado por casualidad. Si es por ti nunca hubieras aparecido de nuevo en nuestras vidas.

Abel sin querer se acerca a nosotros con Alec en las manos. Le fulmino con la mirada.

—Lo siento cariño, pero no deja de llorar. —Me da a Alec y le acurruco en mi pecho.

—Ya está mi amor, mamá ahora te dará de comer. —Sin alejarse lo más mínimo Abel de nosotros, Iván aprovecha para tocarle la espalda. Alec al tacto de Iván se gira lentamente dejando de llorar.

—Deni tiene tus ojos. —Susurra sin dejar de mirarle.

—No le toques. —Me alejo un poco de él para que no vuelva a tocarle. —Nunca volverás a acercarte a él Iván, nunca te dejaré.

Me alejo de Iván a toda prisa y Abel como puede coge a su hermano para irnos de allí.

Miro de nuevo a Alec y beso su pequeña cabeza.

—Te amo cariño.

...

Y este es nuestro fin.

Mi hijo y yo estaremos juntos hasta el final de nuestros días. No necesita un padre como él, un chico compulsivo, egoísta y sobre todo estúpido.

Podremos formar una familia feliz los cuatro juntos, ahora que por fin nuestros lazos se han cortado para siempre.

Alec me ha hecho fuerte y no volveré a caer en ningún engaño más sea quién sea.


Editado el 06/08/2021

Yo ballet y tú hip hopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora