Capítulo 6

14.1K 726 6
                                    


Asomo mi cabeza por la ventana de mi habitación, el cielo está raso, sin ninguna nube, ocasión para ponerme la nueva falda tejana que me regaló Lore hace unos meses. Abro el armario y empiezo a buscarla, debería de hacer limpieza, no encuentro nunca nada. La cojo y me la pongo junto con una camiseta blanca de manga corta y unas Converse blancas altas.

Bajo las escaleras con cuidado asegurándome de que no haya nadie, como se enteren mis tíos que me estoy saltando clase me matan, no no, me matan y luego me descuartizan. Perfecto, no están. Preparo unas tostadas con aguacate y las envuelvo para comerlas de camino a casa de Lore, que por cierto voy tarde. Cojo mi mochilita y salgo medio corriendo.

Pico a su puerta.

—Llegas tarde. —Se ríe. —Anda pasa. Nos abrazamos con fuerza, se nota que nos necesitamos. Nos sentamos en su sofá, mientras yo me como mis tostadas ella bebe su zumo de naranja, me atrevo a hablar.

—¿Dónde has estado? Tú no sabes lo preocupada que he estado por ti. La próxima vez que te vayas así llamaré a la policía, tú verás. —Le doy un suave codazo por lo que ríe.

—Ya lo sé, perdona. —Se pasa una mano por la cara intentando aguantarse las lágrimas. —Mi abuelo a muerto, y tuvimos que irnos al pueblo. No te dije nada porque con las prisas me dejé el móvil aquí y bueno, ya daba igual, lo único que me importaba era estar con mi familia.

Dejo lo que me queda de tostada encima de la mesa y la abrazo con fuerza, noto sus lágrimas cayendo en mi hombro. Pobrecita, no pensé que sería nada así, no se merece esto. Nos separamos y con la manga de su chaqueta se seca las lágrimas con cuidado de no retirarse el maquillaje. Me tiene una sonrisa tímida a lo que le paso un brazo por encima de sus hombros para que sepa que siempre estaré aquí con ella.

—Te quiero Lore, lo siento mucho. Sabes que siempre puedes contar conmigo, para lo que sea ya lo sabes. ¿Cómo está tu madre?

—Te quiero mucho. —Aprieta mi mano y a continuación prosigue. —Está como todos yo creo. Aunque siendo su padre podría decir que ella está un poco peor que todos. Le queríamos mucho. Bueno, vamos a cambiar de tema, no quiero tirarme todo el día llorando. ¿A ti que te pasa?

—Eso, pues, me van a operar. —Se separa de golpe y me mira perpleja.

—¿Cómo? ¿Cuándo? ¡No me has dicho nada!

—Como quieres que te lo dijera si no estabas. —Dejo caer en un susurro. —Da igual, pues será dentro de unos días. Estoy muy nerviosa Lore, muchísimo.

—Normal Deni, sabes que te apoyaremos mucho y que estaremos a tu lado. Por cierto, como vas con Iván. —Mucho que contar, no se si es el momento pero algún día se lo tendré que decir.

Le explico todo, nuestros jueguecitos, nuestras charlas, acerca de su comportamiento conmigo. A todo esto, Lore está perpleja con la boca abierta, no se cree nada.

—¿Vas a decir algo?

—Y tanto. Esto que tenéis no es muy sano que se diga. Coño Deni, si os gustáis porque no os dejáis de tonterías. —Me levanto del sofá de un salto.

—No me gusta.

—Ja, eso no te lo crees ni tú guapa. Pero mírate, como te pones cada vez que hablas de él, lo único que tienes es miedo. Miedo de que sea como Hugo, pero tendrías que arriesgarte un poco y soltarte. Deni, a mi no me trae muy buena espina, pero no seré yo quien te impida a sentir algo por él. —Se levanta para colocarse a mi lado y cogerme la mano. —Arriésgate amiga.

...

Arriésgate. Esa palabra retumba en mi cabeza desde que Lore me la dijo por lo menos cinco o seis veces durante toda la mañana. ¿Qué me arriesgue? Pero si no sé que hacer con mi vida, imagínate con Iván. Está todo tan confuso desde que me dice que soy importante para él. Pero Lore tiene razón, creo que me gusta, al menos un poco. Cuando estuvimos en mi sofá, madre mía, para no ponerme ya sabes, casi me dejo llevar sin pensar en que tenía que parar pero algo en mi mente me decía que no lo hiciera. Me ruborizo tan solo de pensarlo.

Llegamos al estudio de ballet después de pasar todo el día juntas. Nos cambiamos rápidamente y entramos al salón, me parece raro porque no hay nadie. A no ser de que se haya cancelado la clase de hoy, pero creo que habrían avisado. Ponemos la música para calentar, para luego enseñarnos nuestras coreografías para las batallas.

El día de hoy está siendo tan completo pero a la vez muy cansado, me molesta bastante el pie por lo que le digo a Lore de descansar un poco. Nos sentamos apoyadas en el espejo.

—Te echaba mucho de menos. —La miro y le doy un beso para luego apoyar mi cabeza en su hombro.

—Yo también.

...

—¡Deni para! ¡Me haces cosquillas! —Se retuerce en el suelo del estudio.

—Pues devuélveme mi vestido.

Han pasado dos días, dos días muy relajantes por así decirlo. Habían dado fiesta por alguna razón en las clases de ballet, pero las aulas han estado abiertas por si se quería ensayar y eso. Los dos días no me he separado de Lore, pegadas como un chicle y con Iván, nos hemos estado ignorando mutuamente por los pasillos del instituto, creo que sé el porqué pero no quiero que sea verdad.

—Vale, ya está. Me tengo que ir que hoy viene mis tíos y mis primos a cenar a casa. ¿Te quieres venir? —Apago la música para luego recoger las cosas que habíamos cogido.

—Que va, tranquila. Tendré que ir a casa algún día. —Nos reímos y deposita un beso en mi mejilla.

—Vale, ten cuidado.

Desaparece por la puerta y en su lugar se asoma Iván para ver si sigo aquí. Ruedo los ojos y acabo de recoger lo que queda. Guardo las esterillas en su sitio y empujo las barandillas hacia un extremo. Se acerca a mí y me abraza por la espalda. Dejo caer mi cabeza hacia atrás para apoyarla en su pecho mientras él apoya la suya en mi hombro. 

Yo ballet y tú hip hopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora