19 años después de la batalla de Hogwarts. 19 años después de que Harry y Leanne se pusieran de novios, como también Ron y Hermione.
Ya eran adultos, los cuales cada pareja vivía en su casa, con nuevas metas y diferentes destinos. Pero aún juntos, como se debe.
El Primero de Septiembre, Leanne y Harry fueron junto con sus dos hijos hacia la estación de King's Cross, ya para dejar ir a su hijo mayor.
Al llegar, Leanne iba de la mano con la pequeña Potter, la cual aún le faltaba un año para llegar a Hogwarts. Pasaron a la estación 9 3/4 y la gente junto con sus niños andaban por todos lados. Despidiéndose, abrazándose, todo como se debía.
Continuaron su camino, Harry al lado de Fred, quien llevaba el carrito con su lechuza y todas sus cosas, listo para abordar al Expreso de Hogwarts.
—Mamá, ¿cuando lograre subir allí?— Pregunto la niña, tirando del brazo de su madre.
—Lily, en un año llegarás a subirte al Expreso de Hogwarts, y llegarás al mejor lugar.— Le dio un besito sobre su frente y se quedaron quietos cuando vieron a Draco Malfoy con su mujer, Astoria, despidiéndose de su hijo Scorpius.
Leanne le regaló una sonrisa, y Draco asintió con su cabeza, también con una sonrisa. Las cosas entre ellos se fueron aclarando con el pasar de los años, y ahora sólo quedaron como amigos y ex compañeros de escuela. Siendo parte de la adolescencia de cada uno.
—Fred.— Leanne se arrodilló frente a su hijo mayor y sonrió al ver las pecas del menor, era igual a su padre.
—¿Que pasó ma?—
—Cuando entres al Gran Comedor, quiero que busques al fantasma de Gryffindor; Fred Weasley. Dile quiénes son tus padres y mándales saludos de mi parte.— Apretó sus labios, con sus ojos cristalizados y una sonrisa forzada. —¿Me lo prometes?—
—Te lo prometo mamá, al fin conoceré a mi tío.— Fred la abrazó y Harry los miraba, de la mano con la pequeña Lily Potter.
Leanne se levantó y al mirar hacia delante, Hermione corría hacia ella, ya toda una adulta y preciosa, como siempre lo había estado. Atrás, venía Ron, sosteniendo entre sus brazos al pequeño Weasley, y la más grande, Rosie, ya estaba dentro del Expreso, esperando a Fred.
—¡Te extrañe Her!— Leanne la abrazó muy fuerte, como cuando volvió a Hogwarts.
—Nosotros a vos.— Sonrió y se separó, para darle un besito a Lily y luego a Fred.
—Un gusto verlos, no tenemos que separarnos más.— Harry sonrió dejando ir a Fred, abrazando de costado a Leanne con su mano libre.
Fred los saludo a todos y se subió al Expreso de Hogwarts, sentándose al lado de Scorpius y Rosie, los cuales cada uno saludaba a sus padres con una sonrisa de oreja a oreja, como las de ellos cuando iban por primera vez.
—Te extrañé tío.— La pequeña Potter abrazó las piernas de Ron, y este acariciaba su cabello.
—No tanto como yo, cielo.— Le contesto y Todos miraban la situación encantados.
Nadie se atrevía a preguntar, pero Leanne busco a su al rededor y no vio a George por ninguna parte. Claramente no era fácil para uno venir a un lugar donde ibas con tu hermano gemelo, al lugar donde lo perdiste, pero de alguna manera, esperaba verlo de nuevo después de tantos años.
—¿Y George?— Leanne pregunto y Ron soltó una risa.
—En el negocio que abrió con Fred, no para un segundo. Angelina ha traído a su pequeño, el no para y creo que tampoco quiere salir de ahí.—
—Deberíamos pasar a verlo, aunque sea un rato.— Harry tiró la idea y todos sonrieron.
Los cuatro se saludaron y cada uno partió a su casa, con su familia. Leanne no podía dejar de imaginarse que su hijo conocería a la persona por la cual tiene ese nombre, conocería al rey de las bromas, y de los mejores abrazos que alguna vez tuvo. Alguna vez iría a Hogwarts para verlo, pero iba a ser muy difícil y no estaba lista, no aún.
Harry y Leanne almorzaron juntos y Harry la noto triste. Se levantó de la mesa y la abrazó, estaban ambos muy enamorados como para no darse amor todo el tiempo.
Leanne le dejo un pequeño beso sobre sus labios, y el búho de la familia, dejo caer un cacho de pergamino sobre la mesa.
—¿Esperabas algo?— Pregunto Harry, sentándose en su lugar nuevamente.
—No, ¿y tu?— Preguntó mientras lo abría. —Proviene de Hogwarts.—
—No, por eso, fíjate que dice y me decís.— Tomo un poco de Soda.
Leanne Wallas:
Le estoy dictando esto a tu pequeño Fred, porque el Fred que te esta diciendo esto, es un fantasma.
Mi querida Lean, ¡cuánto tiempo! y cuánto me alegra y me llena de orgullo que le hayas puesto
mi nombre a uno de tus hijos. Soy incapaz de describir con palabras que estoy sintiendo ahora.
No soy muy bueno con esto, pero quiero que sepas que te amo y extraño mucho. Siempre recuerdo lo que hacíamos juntos, ¡hasta el momento que llegaste de sorpresa! nunca tuve tanta emoción.
Jamás dejes de soñar, Leanne, jamás. Y si alguna vez necesitas hablar con alguien, no dudes en venir a Hogwarts. Soy un fantasma, pero aún sigo siendo tu Fred.
PD: ¡Sabía que te casarías con Harry! mándale saludos de mi parte, también a tu pequeña Lily. (Me contaron que tiene tus ojos ¡que suertuda!)
Atentamente: Fred Weasley, tu fantasma.
A Leanne se le cristalizaron los ojos, cerró el pergamino y se lo pegó en el pecho. Sus mejillas estaban inundadas de lagrimas, su nariz rojita y por poco podía hablar.
Harry se levantó, la abrazó y se quedaron así hasta que el sol se escondió.¡FIN DE LA HISTORIA!
Wow, un gran camino. Desde Septiembre que vengo con esta historia en mi mente y al fin llego
a su tan menos esperado fin.
Gracias por la lectura, comentarios, y el apoyo que me dieron. ¡No es la última que voy a hacer!
Nos vemos pronto con una nueva historia.
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¿Puro sueño?
FanfictionAcompaña a Leanne Wallas, a su nueva vida en Hogwarts, con amores, aprendizajes y amistades nuevas. ¿Todo es real?