Capitulo 22.

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   No fui a dormir porque ya había amanecido. Entre con Luna al gran comedor y nos separamos para que cada una váyase con su casa. Me senté al lado de Draco, quien me rodeó con sus brazos y me puso una flor verde sobre mi oreja, con un suave besito en mi mejilla.
—Buenos días cielo.— Dijo en tono suave.
—Buenos días.— Trague mi llanto y lo volví a abrazar.
   Hermione y Harry se dieron vuelta y me miraron algo preocupados. Claro está que nada de lo que estaba sucediendo era normal. No venía durmiendo muy bien, me la pasaba todas las noches tratando de recolectar pistas y Hermione solo sabía lo que le había contado la otra vez. Harry y Ron, en cambio, no estaban enterados de nada y eso los estresaba por completo.
  Termine de desayunar y llego el correo de cada familia, de la mía, llego una carta de mis padres. La parte de atrás decía que la leyera sola, que me tomara mi tiempo si era necesario, pero que era importante que la leyera.
  Agarre mi carta y me fui al techo, miré al cielo y apreté mis ojos, no sabía lo que estaba pasando, mi corazón latía fuerte, y mi estómago se sentía horrible. Mis nervios hacían que todo lo que mis manos tomaran, temblaran, como si tuviera frío.
  Abrí la carta y decía lo siguiente;

   Leanne, mi querida.. Nuestra, querida hija. Creo que ya te estás enterando de a poco la verdad, aunque seguro al principio estés más confundida de lo que sueles estarlo. No dejes que tus nervios y ansiedad te ganen, obtendrás respuestas lo más rápido posible, pero tómatelo con calma.
   Estamos seguros de que no volverás a vernos, por eso te queremos agradecer que los catorce años en los que estuviste con nosotros, fueron los más hermosos. Nos hiciste reír siempre, enojar, llorar, extrañarte.. pero creo que siempre llega un momento de despedida. ¿No crees? pues, ese es el momento.
   Nuestro amor por ti es inmenso, no alcanzan las palabras para demostrártelo y aunque me dieran miles de hojas, sería totalmente imposible. Tu padre y yo queremos decirte que nunca dejes de soñar, eres nuestra pequeña aventurera, nuestra pequeña princesa. En otra vida, nos reencontraremos y podramos  darte este abrazo que tanto deseamos darte ahora mismo.
          Te amamos, papá y mamá.
PD: Dentro del sobre esta la cadenita mía, de tu mamá, quédatela, siempre me la robabas de pequeña..
                                 Cuídate mucho.

    Apoye la carta sobre mi pecho y lloraba todo un océano. Tenía el corazón echo pedazos y no encontraba maneras de poder repararlo. ¿Ellos sabían la verdad y yo no? ¿Me habrían ocultado todo esto durante toda mi vida? ¿Por que debo irme? ¿Por que no pude verlos por última vez?
   No pude despedirme de ellos como lo hubiese deseado, no pude decirles que los amaba y que les agradecía por todo. No les di un último abrazo, ninguna caricia, no me dejaron ni siquiera su aroma.
 

¿Puro sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora