¿Puro sueño?

Capitulo 3.

Durante el verano recibí cartas de los tres, contándome lo que hacían o recordando algunas anécdotas del año pasado. Como cuando Ron cayó de la escoba en la primer clase de vuelo, o cuando yo casi exploto todo en clases de pociones.
Tome mis cosas y emprendí mi camino hacia la estación 9 3/4. Traspase la pared y me encontré con Harry. Nos abrazamos y subimos al tren, encontrándonos con Hermione y Ron.
—¡LEANNE!— Gritó Hermione y saltó arriba mío.
—Ya dejen de gritar, pájaros locos.— Se quejó Draco al pasar por donde estábamos.
—Ya comenzamos de nuevo.— Suspiro Ron y Harry cerró la puerta.
—Creció bastante como para unas simples vacaciones.— Dije mirando hacia la ventana, que se veía el reflejo de Draco.
—Tú también cambiaste, ósea mírate. Tu cabello negro está súper brilloso y lacio, estás más alta y flaca.. y..— Hermione me miro de cerca, al igual que Harry.
—¿Y.. qué?— Pregunté confundida.
—Tus pecas.. se triplicaron.— Susurró Harry cerca de mí y se alejó al escuchar la roa falsa de Ron.
—Sí, aparecieron más.— Lleve una de mis manos hacia mi mejilla, tocándola suavemente. — Todos ustedes se ven geniales, de verdad, lo están.— Sonreí tiernamente.
Llegamos a Hogwarts y lo primero que hice fue recostarme en el sofá de la sala común, mientras nuevamente me escondía en la llama del fuego. No sentía nada, solo frio y los brazos fríos de mi mamá, quienes se hacían presentes cada vez que me extrañaba o viceversa.
—Segundo año consecutivo que vienes a la madrugada aquí.— Se acercó Draco, quitándose su capa.
—Me gusta estar aquí y SOLA.— Remarque el "sola" y el soltó una pequeña risa.
—Somos de la misma cada Wallas, debemos llevarnos bien.— Se sentó a mi lado y su cabello platinado se veía más brilloso de lo normal.
—Uno, me llamo Leanne, dos, no gracias.— Achine mis ojos, alejándome mas, este ver si habían cambiado muchas partes de mi cuerpo y me daba vergüenza que me vean de cerca.
—Que difícil eres, tienes suerte de no ser una sangre sucia.—
—¿Y eso que tiene que ver, Malfoy? estoy bien sola.— Me abrace a mi misma y el me recorrió con su mirada.
—No se que tienes contra mí, pero no me caes bien tampoco.— Me fulmino con su mirada y se levantó serio, caminado hacia la habitación de chicos.