Capitulo 27.

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   Harry iba riendo y me llevó a donde estaba Hadrig. Entramos a su casa y ahí estaban Hermione con Ron, jugando al ajedrez con Hadrig.
—Oh, Leanne, te estábamos esperando.— Hadrig sonrió y yo lo imité.
—Ven, estamos jugando al ajedrez.— Ron golpeó a una silla que estaba su lado a su lado para que yo me sentase.
   Me senté y ahí comenzamos a jugar, tomamos té y hablamos un poco de cada uno. Reímos sin parar y Hadrig nos contó un poco sobre el bosque prohibido.
—Eso es todo, los niños deben ir a dormir.— Entro Lupin a la casa y nos dejo ir, pero antes, cerro la puerta antes de que yo saliera.
—¿Que sucede?— Pregunté.
—Nada nuevo señorita, pero me temo que mañana es su ante último día aquí en Hogwarts. Le recomiendo a que falte a clases, los profesores sabemos de usted y lo que pasará. Por lo tanto, sus compañeros también podrán faltar.— Terminó de contar y rápidamente salte a abrazarlo.
—Gracias por tanto.— Sonrei y salí corriendo detrás de los chicos.
     Entre a la sala común y ahí estaba Draco, sentado en el sofá, jugando al crucigrama con Goyle y Crabbe.
—¿Interrumpo algo?— Dije acercándome.
—Para nada, estaba haciendo tiempo para que aparezcas.— Dejo el papel sobre la mesa y bajo los pies del sofá para que yo pudiera sentarme.
—Mañana pasemos todo el día juntos, por favor.— Hice un leve puchero y él asintió.
—Sus deseos son órdenes.— Soltó una risa y me recosté sobre su regazo.
—Todo esto empezó muy mal. ¿Lo recuerdas?— Levante la mirada y el sonrio.
—Trate de ser amigable y me rechazaste de un segundo al otro.— Dijo y yo solté una leve risa. —Siempre trate de hacer que no me llamabas la atención, pero me tenías y tienes loco de remate.— Comenzó a acariciar mi cabello y mi panza hacía muchas cosquillas.
—Trate de ocultarlo pero era obvio, Hermione ya lo sabía. Pero lo confirmo cuando me hizo oler amortentia.— Deje salir una risa y el me acompañó con la risa.
—Ambos caímos, fuimos dos imbeciles.— Reímos a carcajadas y así estuvimos toda la noche.
   Nos quedamos hablando todo lo que pudimos, pero el sueño nos venció a ambos. Así que a los veinte minutos cada uno estaba en su cama. Quizás el ya durmiendo, pero yo ya sabía que cada vez el final se acercaba, estaba mucho más cerca. No lo podía creer. ¿Cómo se los explicaría a los chicos?

¿Puro sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora