Capitulo 29.

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    Desperté con mucha angustia, era el día de mi vuelta. Guarde el cuadro de mis padres en una mochila pequeña, junto con la bufanda y la cajita de Luna, que aún no había abierto. En mano tenía la cadenita que me había dejado mi madre. Las cosas de Draco las tenía puesta, pero el papel lo tenía también en la mochila pequeña.
   Tome aire y salí de la sala común, dirigiéndome a l gran comedor. En el cual, me acerqué a Dumbledore con mi mirada perdida y con mis manos temblando.
—Tú solo dime cuando es que tengo que desapareces, así me alejo de mis amigos.— Dije y el asintió.
   Me senté en la mesa de slytherin y Draco lucia igual de contento y enamorado que siempre, me rodeo con sus brazos y me llenó de besos. Lo único que me salió fue sonreírle, dentro de poco ya no tendría nada de eso.
  Terminamos de desayunar y nos acercamos a la mesa de Gryffindor, me senté al lado de Hermione y enfrente estaban Harry con Ron. Fred y George aparecieron del otro lado mío, levantando mis mechones de cabello negro por todos lados.
—Mañana es el comienzo del partido.— Dijo Fred, tratando de que riera, pero no lo logro.
—¿Que sucede?— Preguntó Harry al ver cómo me caían lagrimas soñé mis mejillas.
—Es que, es emocionante todo esto.— Me seque las lagrimas y Hermione me miro seria.
—¿Es hoy... no?— Lo dijo y me levanté, yéndome al pasillo, Hermione me siguió y me dio vuelta.
—Sí, hoy me iré.— Comencé a llorar y apreté en mi mano la cadenita de mi madre.
—Dios santo Leanne.— Hermione comenzó a llorar y me abrazó.
     Harry, Ron, Fred, George y Draco nos encontraron, nos miraron sin entender que es lo que sucedía y por qué ambas llorábamos.
—¿Que sucede?— Preguntó Harry algo alterado.
    Antes de contestar, vi a Dumbledore en una de las puertas, bajo la cabeza y apareció un reloj sobre mi mano izquierda. Marcaba un temporizador de veinte segundos. Mi corazón comenzó a salir y comencé a llorar más fuerte.
—Debo irme.— Le susurré a Harry.
—¿No hay nada que podamos hacer?— Pregunto Hermione entre lágrimas.
—No.. Lo siento, debo volver.— Dije mirándola, sintiendo como el corazón de Draco se rompía.
—Te extrañaremos Leanne, demasiado.— Dijo Ron y yo mire a Draco.
—Draco..— Mire mi reloj y quedaban diez segundos, en los cuales me acerqué a él y acaricié su mejilla. —En otra vida, yo seré tu chica.—
—¡Leanne Yo Te Am..— Draco no termino la palabra que yo ya había desaparecido de allí.
     Hermione gritó "NOOO" y de tiro al piso a llorar, Haryy se agachó junto con Ron para agarrarla. Fred y George se miraron entre sí son lagrimas en los ojos. Draco se quedó quieto, llevando su mano donde la había dejado por última vez.
—Se fué.— Dijo y olió mi bufanda, la cual se había caído de mi mochila. —Ya es tarde.— Se dio media vuelta desapareció entre el pasillo.
    Los demás estudiantes se acercaron a ver la escena. Hermione seguía en el piso llorando, lo cual le rompió el alma a Lupin, quien se bajó y la abrazó, para llevarla al gran comedor y darle agua.
Mcgonagall se llegó a Harry y a Ron a su despacho, para explicarles la escena. Snape busco a Draco con la mirada pero fue imposible.
   Fred pateo lo primero que vio y se sentó en un escalón a llorar, tapándose la cara. George se sentó a su lado y Apoyó su frente en su hombro, tratando de que los demás no vean esto.
—Es suficiente, cada estudiante a su habitación.— Dijo Snape y miró a Fred y a George, a los cuales negó a que se vayan cuando se levantaron.
  Hermione estaba rota, no podía hablar, pero se había quedado dormida en los brazos de Lupin. El también estaba triste, se había agarrado confianza conmigo después de todo.
   Luna entró corriendo al gran comedor y miró a Lupin, el solo le asintió con la cabeza y Luna comenzó a llorar en silencio. Se sentó en una mesa y maldijo todo lo que se encontraba.

   Todo Hogwarts estaba en silencio, algunos no hablaban porque no entendían, otros porque no sabían que decir o los que estaban desbastados y no les salía ni una sola palabra. Los profesores, en cambio, sabían disimularlo así que Dumbledore les pidió a todos que vuelvan a sus dormitorios, menos a; Hermione, Harry, Ron, Draco, Cedric, Fred, George y a Luna.

--Es un gusto que hayan aceptado reunirse con nosotros.-- Dijo con cautela el director, viendo como los estudiantes tomaban asiento frente a Dumbledore y a Snape.

--¿Van a explicarlo o simplemente nos dirán que lo lamentan?-- Harry levanto el tono de la voz y Snape le clavo la mirada.

--Les explicaremos lo sucedido, pero me temo que no lo entenderán muy fácilmente.-- Respondió Dumbledore con su leve sonrisa.

--¿La volveremos a ver?-- Se apresuro Cedric a preguntarlo, Draco lo fulmino con la mirada. En la sala había mucha tensión.

--Ya llegaremos a eso Diggory, pero me temo que esa pregunta no se puede responder.-- Dijo Snape, dirigiendo la mirada hacia Dumbledore, quien se sentaba frente a ellos.

--Leanne Wallas, la estudiante que todos conocían, no es mas que otra viajera de realidades.-- Dumbledore vio cada reacción en la cara de los chicos. Todos estaban con el ceño fruncido y se miraban entre si.

--¿Cómo es posible eso? ¿A donde se fue?-- Pregunto Draco, tenia ganas de aprender a viajar entre realidades para ir a buscarla.

--Eso no lo sabemos, pero ella volvió a su casa, donde pertenece.-- Contesto Albus.

--Ella pertenece a este lugar, no es mas que otra  hechicera y si existe la posibilidad de que vuelva. Solo que ustedes no se quieren arriesgar a ayudarla a volver.-- Hermione se levanto y se fue del Gran comedor directo a la biblioteca.

--Mañana hablaremos mejor, pero me temo que no les tengo permitido hablar sobre esto con alguien mas. Pueden ir a dormir.-- Albus asintió y los estudiantes salieron en silencio. 



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