Leanne.
La pequeña joven morocha, despertó en su cuarto de siempre, y no en el de Hogwarts. Prendió su velador de al lado y no pudo evitar que lágrimas cayeran sobre su rostro. Todo era distinto, ya no tenía a su novio, ni a sus amigos, tampoco tenía magia, estaba de nuevo en su realidad.
Se tomó unos segundos para pensar en todo lo que había vivido, y en tratar de concentrarse en esa realidad. Como los efectos siempre estaban, se levantó con dolor de panza y cabeza, asi que decidió ir directo a la cocina, encontrándose con su hermano mayor.
—Buenos días, loquita.— Dijo el mayor, sirviéndole agua y mirándola a los ojos.
—Buenos días.— conteste con mala gana y me senté en la mesa, mirando a la nada.
—¿Sabes que anda pasando? el clima está raro y andan búhos por todos lados.— Dijo el mayor, prendiendo la tele y señalando con la cabeza para que mirara.
Y era cierto, miles de búhos revoloteaban por toda la cuidad de Londres, lo cual era raro. Sentí una sensación rara, como si todavía estuviese conectada a mi realidad deseada, pero era imposible, ya estaba en lo que podía llamarlo "casa."
Vivo solo con mi hermano mayor, el cual mucha importancia no me da. Solo está en casa cuando no debe trabajar, me paga el colegio nada más, luego, yo hago mi historia. Mis padres, por otro lado, murieron en un accidente cuando yo tenía tres años, yo por suerte estaba con quien ahora es mi tutor, mi hermano.
Volví a mi habitación y me hundí en la cama, era un día horrible, hacía frío y estaba lloviendo. Era el clima perfecto para hacer maratón de Harry Potter y no salir de la cama por siglos, y eso iba a hacer.
*Mientras tanto en Hogwarts*
Hermione se había pasado la noche leyendo sobre distintas realidades y maneras para poder viajar. Pero había obtenido respuestas para saber cómo
comunicarse con Leanne, era todo muy difícil.
En cambio Harry y Ron, se acostaron y pensaron toda la noche. Se podían escuchar algunas lagrimas, pero ninguno se levantaba para ver cómo estaban, ya que les avergonzaba verse llorando.
Cedric, durmió abrazado a un cuadro con una doto de ambos. Esa foto se la habían tomado cuando eran pareja, y la extrañaba por completo.
Draco fue el que peor la estaba pasando. Estuvo de mal humor toda la noche y ocultaba sus ganas de llorar, solo las dejaba salir cuando estaba solo o simplemente se las guardaba y lloraba en silencio.
En la mañana siguiente Hermione encontró un libro y lo llevó corriendo al Gran Comedor, para sentarse con sus dos mejores amigos, los cuales no tenían la mejor cara.
—¿Por que tan feliz Hermione? ¿No recuerdas que sucedió ayer?— Dijo Ron sirviéndose un poco de té.
—Encontré algo que nos puede ayudar a encontrarla, para así traerla de nuevo.— Dijo Hermione con expresión de haber ganado millones de galeones. Levantó por debajo de la mesa, un libro titulado "Personas a través de las realidades y cómo hablarles."
—¿Y eso...?— Preguntó Harry, comiendo un poco de su avena, no tenía mucho apetito.
—Esto que ven aquí, nos enseñará cómo hablar con Leanne.— Hermione soltó un pequeño chillido de felicidad y volvió a esconder el libro. —Ya estuve leyendo, y lo vamos a hacer mediante búhos.—
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¿Puro sueño?
FanfictionAcompaña a Leanne Wallas, a su nueva vida en Hogwarts, con amores, aprendizajes y amistades nuevas. ¿Todo es real?