Capítulo III

1.2K 84 15
                                    


Olivia no aguantó más y se derrumbó, lloró lo más suave que pudo sentada en su escritorio. Luego de unos minutos, se secó las lágrimas y se arregló, recuperó los pensamientos correspondientes a su trabajo y continúo. No podía dejar que alguien la viera así, no ahora, era lo último que quería.

Mientras todo esto pasaba en la oficina de Olivia; Alex y Fin tenían otros problemas.

10 minutos antes

Luego de que Olivia y Elliot entraran a su oficina, ellos siguieron hablando.

—... y Alex, dime ¿qué pasó?

—Bueno, luego de pasar 3 años en el Congo, me toco un caso muy complicado en el que tuve que arriesgar mi puesto ahí, y mis jefes me trasladaron...

—¿Y porque no pediste tu traslado a aquí? ¿No querías...?

—Sí, pero no iba de parte mía, un traslado a un lugar diferente fue el castigo que me dieron mis jefes y, por si no quedo claro, no podía elegir.

—Espera. Perdón, ¿tú trabajaste aquí? —preguntó Amanda.

—Sí, hace siete años, estuve unos?... ¿qué? siete u ocho años, no recuerdo, pero conocí a estos fastidiosos detectives—bromeó, riendo con el resto.

—¿Y a donde te trasladaron? —curioso Kat.

—Me trasladaron a San Francisco—soltó un suspiro al decirlo.

—¡¿San Francisco?! —dijeron los detectives al unísono.

—Ajam —balbuceo sin poder evitar reírse por el coro, ellos tampoco pudieron aguantarse.

—¿Con Elliot? —preguntó atrevido, Carisi.

—Al llegar a San Francisco, Elliot ya estaba allí y fue muy confuso, pero fue muy bueno también.

—¿Hace cuánto que estás en San Francisco?

—Perdón, ¿no quieren pasar a la sale de interrogatorios y continuar desde allí mejor?

Rieron, en parte incómodos por lo indiscretos que eran y por otra parte uy cómodos por como se sentían, casi parecían un grupo de amigos que retomaban charla después de un tiempo sin verse.

—Discúlpanos, Alex. Es sólo que con una bomba como está la imaginación fluye y... —rió.

—Pero creo que aquí es más cómodo qu--

—Que una sala de interrogatorios—completó —. Me caes muy bien, Tamín.

—Gracias, igualmente—sonrió tímida.

—En San Francisco estoy hace tres años o más, no sé muy bien la fecha.

Mientras la amena conversación seguía su curso, Olivia y Elliot tenían un ambiente completamente opuesto y mientras Alex explicaba su vida luego del Congo, se escuchó abrirse la puerta de la oficina de Olivia y las sonrisas se borraron.

—Ellos llegan pronto—informó Elliot.

—Perfecto, gracias —contestó Alex.

Apenas él cruzó la puerta del ascensor, todos se miraron y la tensión en el ambiente era palpable.

—Chicos, creo que me tengo que ir.

—Sí, no te preocupes.

—¿Te veremos luego? —anheló Sonny.

—Claro, luego seguimos con el interrogatorio—asistieron riendo.

—Te veo luego Alex —dijo Fin cuando la vio entrar al ascensor.

𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora