𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)

Capítulo XX

Elliot esperaba una respuesta de parte de Olivia. Espero un tiempo buscando la manera de obligarla, sin obligarla, a responderle.

E: Ya puedes hablar -alentó.

O: ¿Qué quieres que diga?

E: ¿Algo?

O: Algo. ¿Feliz?

E: No... bueno que tengas buen día.

O: Acepto. -Elliot sonrió. -Ya vete -apresuró entre pequeñas risas. Elliot no dijo nada y salió sonriendo.

[...]

E: ¿Estás lista?

O: Sí, te lo acabo de decir Elliot.

E: Te sientes bien, ¿verdad?

O: Elliot, no hagas que me enoje contigo.

E: Lo siento, pero si se te abren los puntos y, y, y si te da una infección-

O: Gracias por los buenos deseos compañero -burló.

E: Ya. Entendí, me callo.

O: Calladito te ves más bonito -sonrieron.

Olivia había sido dada de alta, después de 4 días más en el hospital ya se iría a casa y como ella y Elliot acordaron, el cuidaría de ella.

Elliot ya había regresado al trabajo, su psicólogo le dio la autorización, aún así no dejo de asistir a las citas. Se dio cuenta de que lo necesitaba. Se lo comentó a Olivia el día anterior, no fue una sorpresa para ella pero le alegraba que compartiera eso con ella, sabia lo incómodo que se podría sentir.

En los 4 días que estuvieron hablando, en medio de una tregua, todo iba bien, su relación era buena, pero Elliot decidió no hablar del trabajo o temas del caso con Olivia. Después de ser interrogada, asuntos internos cerró la investigación, y a Emily le dieron 5 años de prisión por secuestro y agresión, casi asesinato, de una oficial. Definitivamente no era el mejor tema para hablar con Olivia y ella agradecía que sus amigos lo evitaran pero cuando regresara al trabajo, por lo que esta emocionada, lo tendría que afrontar.

Ya en el auto después de salir del hospital, se encontraban en un cómodo silencio pero había una pregunta: ¿A dónde van?
Si bien abordaron que él cuidaría de ella, no dijeron cómo ni en qué casa si planearon nada así que, ahora o nunca, tienen que planear.

E: ¿Quieres ir a comer y luego a tu casa?

O: Claro, claro. A mi casa o a la tuya, porque-

E: No, no sé, pero si te sientes más cómoda ahí es mejor ¿no?

O: Claro. Es verdad. ¿Y tú?

E: Yo lo arreglo. ¿China o Tai?

O: ¿Comes comida tailandesa?-río sorprendida.

E: Sí, pero si no quieres-

O: ¿Quién dijo eso? ¡Vamos!, enséñame tu comida "tai"- alentó con risas. Elliot condujo al mejor restaurante de comida tailandesa que conocía.

Megan fue la primera en mostrarle que existía la comida tai, ahora el disfruta mucho de esa comida y la remplaza por muchas otras. Megan lo llevo a un restaurante en NY al que se dirigía con Olivia.

O: Wow... esto si que es increíble. ¡Es deliciosa! -Elliot sonrió tiernamente-. ¿Por qué no me trajiste antes? Dios sabe tan bien.

E: ¡Tranquila, aventurera! Respira y disfruta.

O: Gracias -contestó bajando un poco su emoción y sonriendo.

Eran como antes y eso estaba seguro. No habían discusiones, ni malos entendidos, solo buenos almuerzos con increíbles charlas y risas. Ellos de verdad lo necesitaban. Un descanso del resto para re-encontrarse.

O: Bueno señor dígame que hacemos en un hotel. ¿No me diga que tiene más secretos que me quiere mostrar?

E: Bien y te gustó. Y es mi apartamento, vivo aquí desde que llegamos.

O: Sigues sin responder.

E: Necesito ropa. Solo quédate aquí. Voy a hacer una pequeña maleta y regreso.

O: ¡A la orden, señor! -dijo eufórica imitando el hablar de los militares. Elliot río y bajo del auto para hacer lo que le dijo.

O: Se siente bien. Wow, se siente correcto. Como si siempre debimos ser así. Pero ¿lo es verdad? Es tan correcto como pienso o solo es mi imaginación. Casi no sé nada de él, después de mudarse a San Francisco. ¡Ay no! Y si tiene novia y no me a dicho. Dios, en que líos te metes Olivia -Pensó.

E: ¡Olivia!

O: ¿Qué pasa?

E: ¿Estás bien? Se te ve preocupada.

O: Estoy bien... gracias.

E: Si lo dices... Olivia.

O: ¿Qué?

E: ¿Cuál es tu dirección?

O: Ah.-Olivia lo guio hasta su dirección y justo cuando llegaron se dio cuenta que Elliot dormiría en su casa. No era la primera vez que pasaban un noche juntos pero Olivia se mudó unos años después de que Elliot se fuera.

E: La llave-pidió y Olivia se la alcanzó a la mano, el abrió y pasaron-Bienvenida a casa, Olivia.

Olivia sonrió, volteó para verlo y corrió a abrazarlo.

O: Gracias por estar aquí conmigo.

E: Nunca te dejé Olivia. Siempre estaré contigo- susurró al oído de ella mientras se aferraban al cuerpo del otro, sientiendo ese calor y sensación de seguridad que solo ellos se podían dar: oliendo los penetrantes perfumes del otro, cerrando los ojos para memorizarlo en su cabeza.

Alejaron el rostro lentamente y pusieron sus cabezas frente a frente con los ojos cerrados. Algunas lagrimas de Olivia cayeron sin aviso y cuando Elliot supo eso, subió la mano y acarició su rostro limpiando esas lágrimas que había causado. Ella se estremeció, pero no lo detuvo, la mano de él, después de secar las lágrimas regresó a la cintura de ella y la acercó a su cuerpo, diciéndole que "no la quería lejos nunca más".

Olivia abrió lo ojos y lo vió. No necesitaba la vista para reconocerlo, tenía cada parte de él memorizada en ella, su olor, su sabor, su sonrisa, sus ojos y la forma en la que el la acaricia o rosa, hacia un ligero cortocircuito en ella y él es el único que podía hacerlo.

O: Mírame...- susurró. Él obedeció y pudo ver esos ojos azules que tanto amaba-. Elliot, tu sabes mejor que yo lo que pasa por nuestra cabeza y la necesidad que tenemos, y te aseguro que la tengo, pero han pasado cinco años. ¡Dios! Sabes que sigo sintiendo lo mismo, Elliot, y eso me encanta, pero yo ya no sé nada de tí, aunque en el fondo te conozco como nadie.

Olivia tomó las manos de él apartandolas lentamente de su cintura y juntandolas en su pecho.

O: Algún día, si el destino quiere, seremos todo lo que queramos ser y lo sabes, pero tenemos cosas que arreglar antes.-Olivia lo miro, se acerco a su rostro y le dio un beso en la mejilla-. Me siento muy cansada, voy a mi dormitorio. Gracias, Elliot, por todo.

E: No agradeszcas. Te ayudo.- Elliot ayudó a Olivia a entrar a la pieza y luego se retiró. Apoyo la espalda en la pared continua y se deslizó hasta caer sentado en el piso.