Capítulo XXXVIII

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-¿Que pasa si yo te necesito? -un «no te vayas, quédate a mi lado» resonaba en su cabeza.

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Algo en el cerebro de los dos dejó de funcionar. ¿Era un sueño? Si lo era los dos pedían no despertar nunca de el. Obviamente el pensamiento no fue expresado por ninguno.

Debería... ¿Retractarme? Maldita sea, que hice, por dios -los pensamientos de Olivia cayeron en cadena pero la voz de Elliot los interrumpió.

-¿Qué dijiste? -Olivia qué había estado mirando en dirección a su escritorio levantó la vista para ver el rostro de Elliot mucho más cerca de lo que recordaba, dio un paso hacia atrás por la cercanía y se dejó procesar la información.

-Oíste muy bien lo que dije. -A pesar de todo ella seguía retándolo.

-No puede ser Olivia. ¿Por qué haces esto? -abatido por los últimos sucesos dejó que su tono sonara desesperado.

-¿Hacer qué? -realmente no lo sabía. Intentaba entenderlo pero no lo lograba.

-Arruinarme, irte y luego regresar y pretender que todo está bien. No otra vez.

-Yo nunca me he ido. No fui yo la que dejó la ciudad.

-¿De verdad quieres hablar de eso?

-Tú empezaste el tema. No te atrevaz a cortarlo.

-Mira, este no es el momento, ni mucho menos el lugar. -habló luego de unos minutos mirándola a los ojos. Tomó un post-it del escritorio y cuando lo acomodó cogió un bolígrafo. -Te veo esta noche, aquí a las 10 p.m. -le entregó el post-it con el lugar escrito.

-¿Qué planeas?

-Terminar con todo de una vez.

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-¿Sólo eso te dijo? -dijo la rubia, mientras terminaba de masticar su carne.

-Supongo que irás ¿Verdad? -la otra rubia hizo su aparición. Las gafas no ayudaban a aligerar la mirada curiosa que tenía y a vista de Olivia ya era muy intimidante.

-Obvio que va a ir. -le aseguró a Alex.

-¡Amanda!

Las tres amigas se habían reunido en un restaurante para almorzar, luego de que Olivia les comentara y las pusiera al tanto sobre su situación con Elliot, era de esperarse que exijirían una reunión.

Su amistad con la abogada había estado en el limbo durante los últimos meses. Pero ellas arreglaron las diferencias un día después de que regresara de protección a testigos. Alex había sido avisada por ser abogada en el caso y después de haber vivido una experiencia en protección a testigos, rogó durante días que le dejaran ver a Olivia, sólo quería ir a verla, saber cómo estaba y apoyarla. Tras cinco días de ruegos lo logró, le brindaron el número de teléfono que Olivia tenía a disposición y esa misma tarde la llamó. Conversaron de todo y nada, alguna que otra pregunta relacionada con su estadía en protección pero nada realmente importante, lo importante fue que al final de esa llamada acordaron que se verían apenas regresara, Alex tomaría un vuelo a Nueva York y la ayudaría.

Así fue. Decidieron escoger el café favorito de Alex, un poco alejado del centro, para tener una conversación íntima y tranquila. Después de que les llegara la noche hablando de una cosa u otra, llevaron la charla hasta el apartamento de Olivia; ahí fue donde conversaron con honestidad.

𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora