𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)

Capítulo IX (+18)

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(...)

Él no había pisado la unidad en días y ella estaba harta de llamarlo y solo escuchar un "Elliot Stabler, si es urgente llamé a mi unidad" o un "Deje un mensaje de voz después de la señal". Si él no quería entrar a la unidad después de haber matado a esa chica, lo entendía, pero que la ignorara por completo, la apartara y la evitara, no, eso no lo entendía y tarde o temprano hablarían.

Más temprano que tarde. Olivia se dirigía a su apartamento. Elliot había firmado el divorcio con Kathy, según sabía, y ya no vivía en Queens. Apenas acabo la jornada de trabajo recogió sus cosas y salió directo. Ahora estaba a 3 minutos de llegar y nada la iba a detener.

Toco incansables veces, intentando que él le abriera para no invadir su privacidad, pero llevaba 10 minutos esperando y se estaba preocupando.

Como último intento y plan B, uso la llave que tenía, "solo por seguridad y si es muy urgente", con esa condición se la entregó. Esto era urgente y punto, usaría la maldita llave.

Abrió y apenas entró encontró un desastre ambiental increíble. Ella había pisado el apartamento antes y este no parecía serlo; evitó todo lo botado y roto que estaba en el piso y empezó a buscar a Elliot. Después de haber recorrido cada estúpido rincón de ese apartamento, concluyó en que él no se encontraba ahí, las llaves de su carro estaban, su ropa también y el jabón estaba mojado, el estuvo ahí hace menos de 24 horas.

Decidió esperar, pero con botellas de alcohol abiertas, muebles votados y puertas rotas, no había donde. Fue su campo de guerra, pensó.

Empezó a recoger todo, a dejar el lugar lo más decente que podía. Saco bolsas de basura gigantes y empezó a botar todos los papeles que había en el suelo. Luego agrupó en el mostrador de la cocina todas las botellas vacías de whisky, tequila y vodka. Parecía que había pasado una fiesta universitaria en ese casa. Abrió todas las ventanas y luego recogió los vidrios del piso. Continuó con el dormitorio de Elliot. La cama desatendida los cajones abiertos, el televisor en mute. La luz llegará cara este mes, pensó mientras apagaba el televisor. Odiaba hacer esto pero era ahora o nunca. Empezó a revisar sus cosas, sacudió y cambió las sábanas de la cama y la dejó decente. En en clóset encontró varias cajas negras y detuvo su limpieza para abrirlas. En una de ellas están muchas, (por no decir todas), fotos de Elliot y su familia. Encontró una familiar.

—Se ve tan lindo disfrazado de zanahoria— rió. Otra foto con Kathy, de su boda, de los nacimientos de sus hijos y paseos familiares.

Luego abrió la otra caja después de dejar en su lugar la pasada. A diferencia, en está habían fotos con ella, con la unidad y cuando estuvo en la Marina. Había muchas fotos con ella, fotos que no sabia que existían.

Se río cuando vio la foto en donde el estaba sujetando la cola de su vestido negro con rosa, ella traía el cabello corto y ondulado y él, el peinado de siempre con un traje negro.

—Recuerdo esto. Fue la primera gala de la policía a la que fuimos. No sé en qué pensaba cuando me pinté los ojos de morado. Dios que desastre— Rió. Muchos más recuerdo se asomaron cuando siguió viendo fotos. Había cosas que había olvidado hasta ese momento.

De repente suena el seguro de la puerta abrirse y Olivia hace todo lo posible por guardar las fotos rápido y dejarlas en su lugar, pero ve una carta con su nombre y se queda helada. La mantiene en su mano y deja el resto en su lugar. Guarda la carta en su saco y corre al otro extremo del cuarto para fingir que ordena.

Elliot llega de la licorería y al abrir la puerta ve todo ordenado y limpió, no como lo había dejado. Alguien entró a su casa. Camino lento y recorrió la casa en busca de alguien. Ya no tenía su arma así que se las ingenió al estilo de Rapunzel cogió una sartén que estaba en su cocina.