—Bueno, yo me tengo que ir, es muy tarde y... —Señaló los papeles en su brazo— tengo mucho que revisar.
—Claro, perdón. —Elliot bajó la mirada. —Nos vemos mañana, supongo—. Dio la vuelta para irse.
—¿Perdón por qué? —habló lo más rápido que pudo, para que la oyera antes de que se vaya. Otra vez.
—Lo sabes —. Chasqueo la lengua, aún sin verla a la cara.
—No lo sé y si no eres claro me voy a molestar —. Elliot rió un poco.
—Escucha. Hoy vine de un mal humor, no lo sé, me puse a la defensiva y lo reconozco, pero es difícil para mí regresar y fingir que todo está bien o que estoy molesto o que te odio porque no es así, no te odió, no estoy molesto y tampoco estoy bien o feliz. Lo que paso hace años es difícil de ignorar. Y no puedo hacer como si nada hubiera pasado. Se que no parece o parecía cuando hable contigo en tú oficina, pero de algo de lo que estoy seguro... es que estoy dolido, Olivia, ese dolor que sentí sigue aquí y parece no irse. Yo aprendí a vivir con el y posiblemente a superarlo, pero ahora estoy aquí... y tu igual y es difícil para mí ver que una herida que pensé que se había cerrado se volvió a abrir—. Sus ojos estaban llorosos, seguía dándole la espalda, no podía mirarla y decirle lo que le acababa de decir sin romperse—. Que descanses, Olivia —. Siguió caminando y subió al ascensor. Las puertas se cerraron y él ya no estaba.
Olivia no tuvo tiempo de reaccionar a todo lo que le había dicho. Era tan cierto y algo tan nuevo para ella verlo decir todo eso, afrontando sus problemas y de alguna manera hablando con ella sobre el pasado. Esa era la versión de Elliot Stabler que no había conocido. Siempre se lo guardaba y terminaba siendo ira reprimida. Nunca sinceridad y afronte. Ella no pudo evitar que sus ojos votaran lágrimas con todo lo que dijo. Tenía razón, nada estaba bien, pero tampoco mal y tendrían que aprender a sobrevivir con eso.
Ella se quedó ahí de pie un momento y luego recorrió el mismo camino que Elliot había recorrido hace unos minutos. Ella llegó a su casa, luego de que en todo el viaje pensará en las palabras de Ell y no pudo concentrarse en el papeleo. Después de leer la misma línea diez veces y no encontrarle el sentido se fue a duchar para luego dormir. Ni siquiera se dio cuenta que no había cenado.
Camino hasta su dormitorio. "Hoy vine de un mal humor..."
Entro al baño. "Regresar y fingir que todo está bien..."
Abrió la llave y la tina se empezó a llenar. "Pero de algo de lo que estoy seguro... es que estoy dolido..."
Se quitó la ropa. "Y posiblemente a superarlo..."
Entró en la tina. "Ver que una herida que pensé que se había cerrado se volvió a abrir..."
Se sumergió por completo en el agua. "Que descanses, Olivia."
Elliot camino por horas en la calle, no quería dormir y estaba a punto de llorar, si veía a alguien conocido no lo soportaría. Se sentía tan débil. Tan mal. Tan triste. De alguna manera llegó a un parque, había estado ahí antes, lo reconocía, pero no recordó exactamente cómo o si estaba con alguien.
Se sentó en una de las sillas y miró el cielo. Cerró los ojos poco a poco y por su cabeza empezó a pasar todo lo bueno que había vivido aquí. En New York. Conocer a Liv, a la madre de sus hijos, el nacimiento de cada uno de ellos, las fiestas en el precinto y de repente se vio en un avión y estaba en San Francisco, conoció a Meg, subió de puesto, hizo nuevos amigos, mejoró sentimental, mental y emocionalmente, se convirtió en un mejor papá. Tenía vida en los dos lugares, sentía algo especial por cada uno de ellos, pero después de 5 años y haber regresado a New York, ya no sabía que quería en realidad.
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𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)
FanfictionOlivia Benson y Elliot Stabler. Ella capitana de la UVE en New York City. Él capitán de la UVE en San Francisco. Un caso muy importante de tráfico los une luego de más de 5 años sin hablarse. El inesperado reencuentro vendrá disfrazado de uno de sus...