Capítulo XXXI

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O: (...) Llegando a San Francisco es donde deben haber problemas, no saliendo de Nueva York. Nos dará tiempo y si se ponen escándalosos, mejor, deja que hagan su show y tendremos más tiempo.

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E: Estoy de acuerdo. Sería algo menos sospechoso.

Me: Voy a tratar de tenerlo todo listo para mañana pero no prometo nada. Muy buen aporte detective.

O: Por algo soy capitana, detective. —resaltó la palabra 'capitana' , del resto.

Olivia estaba harta de que le dijera detective cuando ella tenía un puesto superior que el de Megan.

Megan no dijo nada y Elliot solo miró al piso.

E: Te llamamos si hay problemas—cortó. — ¿Todavía quieres ir a comprar?

Olivia estaba perdida y las palabras llegaron tarde a su cabeza. Apenas tuvo sentido, respondió.

O: Claro.

E: Alquilé un coche. Esto de ir en Uber es de lo peor.

Rieron.

O: Eres horrible. Oye, si haces todo esto para que me disculpe o algo por el estilo, no lo esperes porque no va a pasar.

E: No quiero que te disculpes. Mantener la fiesta en paz es lo único que deseo. Sabes que todo esto va a terminar -— aunque no quiera que sea así, pensó.

O: Que bueno. Solo quiero que acabe. — necesito sacarte de mi cabeza, se recordó.

¿Alguna vez pensaste amar a alguien y que luego de que te rompieran el corazón, y pasen muchos años sin verse, sigas sintiendo lo mismo?
No.

La respuesta siempre sería 'no'. Un no, rotundo, porque uno nadie espera que el amor sea tan indestructible. Siempre te hablan del príncipe azul y el amor de tu vida o tu alma gemela, pero apostaba a que muchas personas no la conocían aún después de estar casados con las personas que aman. Encontrar a esa persona indicada en tu vida es un simple golpe de suerte, golpe al corazón y los sentimientos.

Todavía podían recordar el inicio de su relación cuando negaban ser algo serio y lo etiquetaron como una distracción. Recordaban que después de haber pasado la primera noche juntos no querían a nadie más durmiendo con ellos que ellos dos, que cuando no estaba el otro no podían dormir y se preguntaban si era bueno lo que hacían. Recordaban el roce de sus manos en sus cuerpos, lo torpes que eran al tocarse pero la pasión y necesidad que tenían por sentirse de esa forma íntima que no todos tienen el poder de probar. Recordaban comparar sus sentimientos y sensaciones con las de sus relaciones pasadas callendo en la conclusión de que lo que sentían era único y siempre lo sería.

Luego de subirse al coche, cantar un par de canciónes del playlist de Elliot, que terminaron siendo favoritas de Liv, estacionaron y bajaron en el mall más cercano. Pasaron por varias tiendas, ninguna de prendas para vestir, hasta que se toparon con una tienda de H&M y decidieron entrar, luego acordaron separarse para que cada uno busque ropa y se verían en el probador. Así fue una media hora más tarde.

—Llevo 10 minutos esperando, Olivia.

—Es que no encontraba esto—señaló un saco negro y largo.

—Esta bien. ¿Te vas a probar algo?

—Sip. Solo 2 cosas, no te estréses. Anda y busca más ropa.

—Como digas.

Olivia entró al probador e hizo lo que tenía que hacer. Se probó un vestido de gala, que sorprendentemente le gustó, para la fiesta del viernes, que era pasado mañana y un par de pantalones, afortunadamente todo le quedó bien.

𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora