𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)

Capítulo XL

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E: Y Olivia, Megan y yo terminamos. - cuando ella volteó él ya estaba muy lejos.

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6 meses después

-Hola, amor -contestó. - ¿Qué pasa? ¿Porqué llamas? -preguntó curiosa y un poco preocupada.

-¿Ahora no puedo llamar a mi novia? Mira que si no quieres hablar pues cuelgo ¿eh? -bromeó y Olivia rió.

-Elliot. Claro que puedes, pero no en horarios de trabajo, lo sabes bien.

-Bueno, culpa mía no es. Debería ser delito trabajar un domingo y más ESTE domingo -rió, Olivia ya se había dado cuenta de la ansiedad de su novio por este domingo en particular. Llevaba días raro y sabía que ocultaba algo, su cabeza ya se había puesto en marcha y tenía algunas ideas en la cabeza, sobre todo cuando en la mañana, al despertar, encontró el lado de la cama en el que dormía Elliot frío y en remplazo de él se encontraba un sobre con su nombre.

"Buenos días, presiosa. Me hubiera gustado despertar contigo, pero tuve que irme temprano, luego te diré por qué. Mientras hasme un favor, mira la mesa de noche y abre el sobre que está encima."

Una gran sonrisa se situó en el rostro de Olivia y después de leer por segunda vez la carta fue en busca del segundo sobre. Al verlo casi suelta una gran carcajada, todo este teatro le estaba fasinando.

"Tengo dos hipótesis, uno: estás muy molesta por toda esta intriga. O, dos: estás muy feliz. Ruego por que sea la segunda y no la primera.
Entonces a este punto ya habrás podido notar el ticket de reservación en tu parque favorito. ¿Puedes creer que no se puede reservar un parque? Pues sí, fue casi imposible así que cuando termines de trabajar necesito que estés ahí. Si es posible a las nueve en punto. Te espero, amor. Apura que debes ir a trabajar y ya dile al molesto de tu jefe que te deje de llamar los domingos, por favor."

Olivia estaba tan contenta, ya tenía el ticket en la mano, y ahora pegaba la carta junto con los boletos a su pecho, mirando hacía el techo tratando de no llorar al mismo tiempo que reía. Estos últimos meses se habían vuelto un sueño total, un sueño del que no quería despertar por nada del mundo, era tan feliz que sentía que explotaría.

Hace poco más de cuatro meses su relación con Elliot había evolucionado con una rapidez preocupante, pero emocionante. pasaron por muchas cosas en esos meses y necesitaban sanar algunas heridas pero de a poquitos todo se había puesto en su lugar y el rompecabezas ya tenía forma.

Juntos pasaron por muchos procesos, unos de ellos fue afrontar que Megan ya no era parte de la vida de Elliot. Así cómo Elliot le había comentado, la relación con Megan era hermosa pero semanas antes, cuando supo que vendría a Nueva York, de su reencuentro, la relación ya daba alertas de derrumbe. La gota que rebasó el vaso fue la decisión de Elliot de quedarse en Nueva York. Megan era una santa y tenía paciencia, pero era hora de saber que pasaba por la cabeza de Elliot y dio un ultimátum: San Francisco para siempre o Nueva York para siempre. Ambos sabían que no sólo era una decisión de dónde sería su nueva dirección y la respuesta, ahora, es más que obvia. Megan dejo Nueva York muy dólida pero en el fondo sabía que terminaría perdiendo.

-Desde el principio supe dónde me metía, Elliot. No imaginé acabar así pero tampoco esperaba un buen final, pero quiero pedirte. Perdón por el mal rato que te hice pasar y agradezco todo lo que pasó. eres una gran persona y espero encontrar un amigo en ti, porq aquí tienes una, algo lejos pero una al fin y al cabo. por ahora quiero distancia.