𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐕𝐚𝐲𝐚𝐬 (𝐐𝐮é𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐀 𝐌𝐢 𝐋𝐚𝐝𝐨)

Capítulo XXVI (+18)

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—El vuelo hacía allá sale en 4 horas.

—¡¿Qué dices?! ¿Y me estás haciendo perder el tiempo hablando contigo?

—Olivia, estamos en camino al aeropuerto—informó.

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—Eres un idiota.

Elliot intentó ocultar su risa apartando la mirada.

—¿Tenemos ropa o algo?—se quejó ella.— Por que no sé si te has dado cuenta de que estoy en pijama ¿no?

—Algo ví. Y sí, se supone que hay 2 maletas en la puerta del aeropuerto, con un auto esperando para saber que llegamos. Te puedes cambiar en el baño del aeropuerto, pero la ropa no es tan... como la tuya.

Olivia se quedó callada y siguió caminando. Entendía que iban de encubierto y hasta el uso de la ropa cambia con respecto a la persona que iban a fingir que eran.

Y como lo dijo Elliot, un par de minutos después, ya habían llegado al aeropuerto y dos policías les entregaron sus cosas, junto con unos folders con todo su perfil de encubierto.

Cuándo Olivia fue a cambiarse, en la maleta la mayoría de prendas eran vestidos, joyas y tacones. Con suerte encontró un Jean y botas. Y se quedaría con la misma camiseta que traía, más el saco que ya tenía puesto.

Encontró a Elliot afuera, y se sentaron a esperar a que su vuelo saliera.

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Un día de esos de septiembre de hace unos 5 años.

Después de haber estado parte de la noche juntos. Fueron a la habitación de Olivia en donde se quedarían a dormir. Elliot se encontraba en la cama con el televisor prendido buscando algo interesante entre los canales. Olivia cerró la puerta del baño detrás de ella y se acercó a la cama destendiendo el lado del cubre cama que le correspondía. Se acercó lentamente a Elliot buscando calor entre sus brazos. Ella se acostó en su pecho. Él la rodeó por el pecho, mientras la cabeza de Olivia permanecía en el hueco entre su cuello y el hombro. Dejo tiernos besos en su cabello y siguió con lo que hacía.

De repente un canal le llamó la atención. Minutos después el programa fue a comerciales. Olivia y Elliot permanecían mudos, ella sintiendo el latido del corazón de Elliot y el disfrutando el olor del perfume de ella que seguía en su piel. Era cómodo y perfecto. No tenían que hablar para saber que se mimaban el uno al otro con pequeñas caricias al rozar sus manos o dejar besos en el brazo de él.

Un comercial sobre viajes a distintos destinos vacacionales apareció en el televisor. Aparentemente, los pasajes tenían un mejor presio que el usual.

— Mira eso. ¿Te gustaría?— preguntó él mirándola desde su ángulo esperando una respuesta.

— ¿Qué? ¿Ir se vacaciones?— el asintió— Pues sí, ¿a quién no?, pero creo que en nuestro trabajo nunca nos van a dejar alejarnos más de una semana y menos los dos.

—Buen punto.

—Pero admito—volteó para verlo—que algún día me gustaría mucho viajar contigo. A donde sea. Estoy segura de que sería fantástico.