CAPITULO SESENTA.

255 16 0
                                    

-  Acaso eres ciego imbécil.

-  Lo siento iba distraído...

Aquel chico de cabellos azabaches lo miraba asustado y el como el imbécil que era iba a golpearlo. Luego a los pocos días de aquello en la cafetería  por primera vez se dió cuenta que la blanca piel del omega tenía tintes violetas, esa vez en la cafetería se dió cuenta que la sonrisa y amabilidad del azabache, escondía un gran dolor que muy pocos podían ver.

Pero era impulsivo y su lobo se había enojado tomando con brusquedad el rostro del omega logrando asustarlo, jamás había sentido cariño por alguien que no fuera su madre y su mejor amigo, el no sabía cómo ser cariñoso con alguien que sabía estaba roto porque los demás se encargaron de dañarlo.

No mires, no me mires, perdón, perdóname, no sabes cuánto lo siento, yo no quería, pero el me golpeó y sus amigos me inmobilizaron, de verdad yo no quería.

Sintió su garganta seca, un gran dolor se instalo en su corazón y todo a su alrededor desapareció sus ojos quedando atentos ante la imagen de su omega marcado por la fuerza.

Diferentes momentos llegaron a él, como lo cuido cuando el lazo de aquel alfa se estaba rompiendo, como discutieron en el bar, como la madre del azabache lo golpeaba en su cumpleaños, luego aquella canción que le dedicó en la noche, el cortejo y las rosas qué siempre le daba en medio de este. La vez que lo habían alejado de sus brazos y que cuando llegó nuevamente a su lado su omega ya no lo volvería a ver jamás gracias a su perdida de visión, su primer celo juntos, cuando se encontraron a aquel perrito saliendo del cementerio, las lágrimas de su omega cuando estaba hablando con su difunto abuelo.

Aquel disparo que recibió cuando salían del restaurante, luego el azabache se despedía de él en el hospital para después pasar meses sin poder verlo y cuando por fin lo había encontrado, sintío rabia consigo mismo de ver lo maltratado qué su omega se encontraba, aquellas heridas en su piel no eran ni la mitad de las que habían en su corazón y se odio por no poder cuidarlo.

Los accidentes en la oficina producto de los celos de una beta y su desesperación porque alguien la mirara con cariño y no con deseo, su viaje a Hawaii y aquella leyenda que se grabó en su mente y que con miedo recordaba cada noche.

Miedo, eso era lo que sentía cada vez que abrazaba a su omega en las noches, miedo fue lo que sintió cuando encontró a su azabache con un niño en brazos en aquel callejón luego de que la heladería fuera atacada y que las balas fueran disparadas. Miedo era lo que sentía todo el tiempo, miedo de perder a su familia, miedo de perder esa sensación tan hermosa que lo inundaba cada que se despertaba en las mañanas y cada que se acostaba en las noches.

Miedo de que jamás en su vida creyó que iba a ser merecedor de una familia, de un omega tan hermoso, con un corazón tan grande capaz de cargar con el peso de los demás y el propio, jamás creyó que él iba a encontrar a alguien para amar y que esa persona lo amara de regreso. Jamás creyó que iba a tener dos dulces pares de labios, uno que lo llamaba alfa y el otro que lo llamaba papi Tae.

Vivió con miedo, vivió con el pánico de que su familia se acabará que no se dió cuenta que aquel miedo que sentía por poco le cobra la vida de su pareja, así como en sus vidas pasadas, fue el miedo el que no dejo que se amaran, no fue el destino, no fue el tiempo y tampoco fue la luna. Fue el mismo y su miedo el que no lo dejaba vivir, el que no lo dejaba amar, el que estaba matando lo que por siglos sus lobos han intento forjar y es el miedo lo que consume nuestra parte humana hasta dejarla destruida, irreconocible y dolida.

Es el miedo lo que por años a habitado en los corazones de todos, solo se necesita estar vivo para sentir miedo y solo se necesita un poco de dolor para abandonar aquel sentimiento. Taehyung lo supo, él por fin había entendido que si su omega no hubiera estado al borde de la muerte el no hubiera sido capaz de alejar el temor que albergaba su corazón para salvarlo.

Sentimiento oprimido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora