Sentimiento oprimido.

CAPITULO CUARENTA Y DOS.

Jungkook se consideraba alguien débil desde niño había tenido situaciones difíciles los golpes siendo su mayor miedo de pequeño, el maltrato físico y psicológico siguiéndolo como el peor monstruo de sus pesadillas. Su familia no siendo la base que debieron ser para él, más su abuelo siempre fue aquel lugar seguro al que podía recurrir, Jungkook sabía que sin importar los golpes que recibiera su abuelo con toda la dulzura del mundo curaría sus heridas y luego besaría su frente mientras le decía lo orgulloso que se sentía por tener un nieto tan fuerte.

El no pensaba que fuera alguien fuerte, el solo soportaba los golpes y los comentarios hirientes dejando que algo dentro suyo se rompieran por dentro, o así lo sentía, una sensación en su pecho, un dolor que sentía que le atravesaba su corazón, mientras derramaba lágrimas. Más su abuelo le repetía que las personas fuertes son las que lloran, aquellas que aceptan sus sentimientos y los expresan de alguna manera, las lágrimas siendo la manera más sincera de expresarnos.

"Los fuertes lloran, las almas rotas siempre callarán su llanto, nunca lo calles, nunca te silencies, no te rompas tu mismo de manera cruel. Muchas veces las lágrimas son aquella enmendadura que el corazón necesita, muchas veces es la mejor manera de sanar, así que no te calles"

Esas fueron las palabras de su abuelo y sentía que le había fallado, porque muchas veces prefirió callarse su llanto y fingir por medio de una sonrisa que todo estaba bien, mientras por dentro se moría porque los problemas lo sobrepasaban de alguna manera. Desde que su abuelo murió lloro muy pocas veces, cuando estaba al límite se permitía llorar en los brazos de Jimin, su garganta desgarrándose por el dolor que su corazón y alma cargaban.

De niño lloraba en los brazos de su abuelo cuando el se fue, lloraba en los brazos de Jimin, después llegó Taehyung y el alfa siempre lo cuido mientras él dejaba que sus ojos se llenarán de lágrimas. Ahora Beomgyu también lo dejaba llorar en su hombro a pesar de ser un cachorro, estaba agradecido, después de todo siempre había alguien a su lado que le ofrecía su compañía en esos momentos en dónde dejaba que las cosas lo sobrepasarán.

No era fuerte, pero empezaba a creer que tampoco era débil se dió cuenta que su manera de manejar el dolor y los pesares era diferente.

Y estaba bien o eso creía varias cargas se habían ido de sus hombros para llegar otras nuevas, podía soportarlo, eso se decía cada noche antes de cerras sus ojos. De verdad estaba haciendo todo lo posible para soportarlo, pero había algo diferente ya no se trataba de soportar golpes, tampoco de cargar con una empresa grande, estaba llevando una perdida y le dolía mucho más que la de su abuelo.

Porque sabía que su abuelo había muerto, que su corazón se había detenido y no volvería a latir, le dolió, le dolió por varios años y aún le seguía doliendo pero no con la misma intensidad. En cambio el sabía que Taehyung estaba vivo, sabía que su separación se debió a una roptura en sus recuerdos y le dolía saber que su alfa estaría lejos de él, se odiaba por volverse dependiente de alguien, le enojaba la sensación de vacío que sentía cada que estaba en la habitación y el alfa no estaba a su lado.

Se sintió solo una gran parte de su vida, pero la soledad que sintió en aquel tiempo no se compara con la soledad que siente en este momento al no tener a Taehyung cerca suyo. Muchas noches soñaba con el alfa, en aquellos sueños Taehyung siempre le acariciaba el vientre, en aquello sueños Taehyung cuidaba de su embarazo.
Y tal vez estaba siendo dramático, pero amaría tanto que Taehyung estuviera con el, sus hormonas alteradas hacían que sus cambios de humor fueran fuertes y solo quería que alguien lo abrazara mientras le daba mimos. Solo quería que su alfa estuviera a su lado, nunca pensó que la lejanía de Taehyung le abrumaria tanto, en estos momentos solo quería que su alfa se recostara a su lado y cuidara de todas las pesadillas que tenía por las noches.