CAPITULO VEINTIOCHO.

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Jungkook sintió frío el lado derecho de la cama, se sintió vacío cuando notó que los brazos en los que había quedado dormido ya no lo sostenían, su lobo se sentía abandonado y la parte racional del azabache le decía que está siendo patético, pero la marca recién echa lo ponía sensible y le hacía dependiente del alfa, lo quería con él, a su lado, amándolo.

Ámame.

Se escondió en el desordenado nido de su cama, frotándose y perdiéndose en el aroma suyo y del alfa mezclados y dejo de hacer lo que estaba haciendo cuando escucho pisadas que le indicaban que alguien subía las escaleras, su lobo se revolcó contento de saber quién se acercaba. Los pasos se detuvieron y escuchó como la perilla de la puerta era girada, cuándo está se abrió sonrió pero se mantuvo escondido en el nido solo dejando ver sus ojitos y nariz, ojitos que estaban puestos encima del alfa a pesar de no distinguirlo con claridad.

Ojitos que el alfa adoro ver, sintió el dolor de su pecho y el miedo del omega al pensar que lo había abandonado, su lobo le pedía avanzar y arrullar al omega escondido en el nido, pero el lucho contra su parte animal solo para admirar esos ojitos que se posaban en él, sabiendo que ya no podían verlo con claridad, pero que eso no los hacía menos brillantes, pues una galaxia se podía ver en esos luceros que se posaban en su cuerpo.

Pequeño mío.

Y Jungkook ronroneó al escuchar tan divino apodó por medio del lazo, el alfa avanzo y se recostó en la cama, el omega saliendo de su escondite con un enorme puchero para esconderse en el cuello de su castaño.

Ámame.

Lo hago como no tienes idea cariño.

Y esas palabras era lo que Jungkook necesitaba para que su lobo y el mismo se calmarán, alzo su rostro y beso los labios del alfa, los belfos de ambos se atraían como imanes y las vista era innecesaria para que ambos se encontrarán. Taehyung acarició la cintura del azabache y siguió ese beso tan lleno de magia, de amor, de vida, de ambos, ese beso estaba lleno de ambos, de sus más grandes sentimientos y sus más pecaminosos deseos.

-  Dónde estabas- Y el alfa beso el hermoso puchero que su omega le regalaba, así mismo acarició su ceño fruncido para relajarlo.

-  Estaba en mi estudio, te tome unas fotos y las estaba dejando en un álbum, también estaba comprando unos boletos de avión, mañana iremos a un lugar que te encantará- Definitivamente todo llamo la atención de Jungkook pero quedó perdido en las palabras foto y álbum.

-  Me tomaste fotos, desnudo y tienes un álbum con ellas, alfa pervertido- se ganó un ataque de cosquillas en su estómago por molestar a su alfa.

-  Solo le tomo fotos a la mejor obra de arte que pudieron crear los dioses- y vio a su omega torcer los ojos mientras el soltaba una risa suponiendo lo qué diría a continuación.

-  Coqueto- beso su nariz y luego beso la marca que él había dejado en el cuello blanco de su azabache.

-  Solo contigo cielo- Y si Jungkook definitivamente se había enlazado con un ángel uno muy hermoso.
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El omega se había subido a regañadientes al avión, el alfa no le había dicho a dónde irían diciendo que era sorpresa, se sentó con sus brazos cruzados, haciéndose el enojado y es que la inyección que se había puesto en la mañana con ayuda de Jisoo, le alteraba sus hormonas y le cambiaba el ánimo. El alfa anudó en el y a pesar de que no era posible que tuviera un cachorro porque su ciclo de reproducción estaba frenado por los embarazos perdidos, no quería arriesgarse, no aún cuando todavía se le dificultaba estar cerca de un bebé, no quería que su lobo rechazará un cachorro solo porque no era alguno de los que ya estaban lejos de él. Si iba a formar una  familia con el alfa lo haría bien, lo haría cuando su lobo y el mismo sanarán de sus amargos recuerdos.

Sentimiento oprimido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora