Sentimiento oprimido.

CAPITULO VEINTISÉIS.

Un mes había pasado desde la llegada de Jungkook a Corea, un mes en el que avanzaba pero también recaía, Taehyung decidió renunciar a su puesto en el periódico para cuidar de azabache, el omega le iba a refutar pero el alfa lo calló con sus palabras

"La fotografía es algo que amo, pero jamás la lograré amar tanto como te amo a ti, tu eres mi mayor prioridad y eso no cambiará jamás"

Y Jungkook pudo confirmar que se había enamorado de un ángel, lloró en los brazos del alfa por varios minutos diciéndole lo agradecido que estaba y lo mucho que lo amaba. Ambos no habían dejado el nido que Jungkook había formado, de vez en cuando Taehyung sacaba ropa para lavarla y poder ponérsela, claro mientras el omega lo miraba con su ceño fruncido y un gran puchero en los labios "te odio" le decía el azabache al castaño "te amo" le respondía el alfa.

Jungkook recordaba todos esos momentos que había pasado con el alfa en el último mes, habían estado demasiado unidos al otro, cuando acarició el rostro del alfa se había dado cuenta de lo mucho que había bajado de peso, se encargaba de que el alfa comiera y estuviera bien, así mismo como Taehyung hacía con él. Se sorprendió no estaban unidos por la marca pero sus estados anímicos sin la compañía del otro les había confirmado que había un lazo mucho más grande entre ellos, mucho más grande que la marca física, su lazo era algo que ninguno de los dos comprendía en su totalidad, pero que apreciaban con su corazón y alma.

Jungkook está perdido en la oscuridad y luz que sus ojos podían distinguir escasamente, tenía a Yeotan en su regazo y ambos se encontraban en el patio trasero de la casa, dejando que los rayos del sol tocaran suavemente su piel. El alfa lo miraba desde el ventanal de cristal de la casa, no queriendo dañar la paz que su omega transmitía, pero tenía que ir, el tenía que estar presente para la sentencia de su familia, se acercó y quedó sentado al lado de Jungkook colocó su rostro en el hombro del omega y este acomodó su cabeza en la del alfa, soltando un gran suspiro suponiendo que ya era hora.

- Eres fuerte lo sabías- Jungkook buscó la mano del alfa y las enlazó buscando un pequeño apoyo.

- No se si soy fuerte o simplemente ya me resigne a qué mi vida tendrá muchas desgracias- Y Taehyung entendía como se sentía, si el pasará por lo mismo muy seguramente pensaría igual- Sabes a veces siento como si tuviera una maldición, pero no sé cuándo acabará o si cargaré con ella el resto de mi vida.

- Cargaremos, no te dejare sólo, ambos estamos juntos en ésto- Jungkook lo sabía, sabía que su alfa lo acompañaría por el camino que el destino le haya impuesto y así mismo el acompañaría a su alfa.

- Sabes, a veces pienso que todo lo que me ha pasado es el precio a pagar por tenerte a mi lado- Taehyung frunció su ceño a él no le agradaba ese precio, pero Jungkook continúo- Es algo así como que todo lo que me sucede, pasa por el echo de que no estoy solo, de que tu estás conmigo y me ayudarás en el proceso. Como si me dijeran puedes cargar con esto porqué no estarás solo y gracias a ti se que podré con cualquier cosa, así me derrumbe, así tenga recaídas sé que podré salir adelante.

El alfa admiraba demasiado la fuerza de su omega, con lágrimas traviesas intentando asomarse en sus ojos beso el rostro de su omega, juntó sus narices y encima de sus labios le susurró un "te amo".
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Jungkook se encontraba entrando al juzgado, apretaba la mano que lo sostenía y sentía a su cuerpo entero temblar, el alfa lo tomo de la cintura evitando que cayera al suelo producto de los nervios y emociones que llevaba encima.

Sintió el olor de sus amigos, se sintió culpable no los había visto desde hace un mes y se sentía estúpido por eso, pero le reconfortó demasiado sentir que ellos a pesar de su actitud seguían estando para él. Tomo asiento y sus oídos captaron que la sentencia iba a ser dictada, así no viera, sabía dónde se encontraba su madre, el vínculo que crearon es débil pero ahí está y podía sentir la presencia de su progenitora, una presencia que le dolía.