CAPITULO CINCUENTA Y CUATRO.

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Jungkook ya no podía llorar su propio miedo le había obligado a tragarse sus lágrimas, encerrado en el baño junto con Minho se empezó a formular demasiados escenarios en su cabeza y ninguno era favorable, estaban atrapados en el baño si Jennie rompía la puerta estaban perdidos. Mutar sería su única salida pero no sabía que problemas traería aquello para los cachorros.

-  Estaremos bien, los alfas ya vienen, intenta no preocuparte.

-  Hyung alguna vez sintió que la muerte lo perseguía, alguna vez sintió que el tener una linda familia, y unos buenos amigos era la recompensa o el precio justo que la vida le paga por quitarle la oportunidad de seguir al lado de todos ellos.

-  Kook no es momento de pensar en eso.

-  Es en lo único que puedo pensar.

Y dicho se escuchó un disparo para luego oír como la puerta era azotada, Minho se puso enfrente de Jungkook y rogaba en su interior porque esa loca no disparará al seguro del baño.

-  Sabes porque me gustan las armas, son hermosas, también son incomprendidas, todos creen que son malas, que solo fueron creadas para acabar con la vida de los demás. Pero adivina qué, yo voy a usar esta arma para acabar con tu vida y recuperar la mía, las armas son vida por vida, pero muy pocos logran ver eso.

Vida por vida, el enojo de Jennie hacía Jungkook era producto no solo de sus celos sino también de su soledad, ella quería estar en el lugar de Jungkook, ella quería despertar con el alfa a su lado, quería que los ojos del alfa la mirarán como si fuera el amanecer o atardecer más bello, pero no era así, todo eso, todas esas miradas, todas esa caricias que ella creyó merecer en algún momento ahora las recibía otra persona. Las recibía alguien que según ella no merecia tener a Taehyung, alguien que durante toda su vida los demás se habían encargado de romperlo, porque Jungkook para Jennie siempre es y será un muñeco con el que podrá jugar hasta romperlo, su propia familia lo trato de esa manera, entonces porque Taehyung no lo trataba igual, porque Taehyung solo tenía ojos para ese omega, porque el tenía que estar esperando los hijos de Taehyung y no ella.

-  No sabes cuánto te aborrezco, te odio, me hubiera encantado que todos aquellos intentos de tu madre y tu padrastro al menos uno hubiera tenido éxito.

Jungkook nunca creyó llegar a este punto de su vida, y no lo decía porque tal vez estaba a punto de perderla, lo decía por el simple hecho de que jamás creyó que alguien lo amaría como Taehyung lo ama, jamás pensó que tendría la oportunidad de sentir como dos vidas crecían en su interior, el jamás creyó que podía llegar a ser amado y feliz. No quería perder todos estos momentos no quería sentir como la vida se le escapa de las manos en este momento, quería luchar por seguir al lado de su alfa, quería vivir, quería ver a sus dos pequeños, quería ver el crecimiento de Gyu, quería hacer y sentir demasiadas cosas pero no sabía si sería capaz de llegar hasta cada uno de esos momentos.

-  Despídete omega, por qué de esta no sales con vida.

Un disparo se oyó y luego la puerta fue bruscamente abierta, pero Jungkook había logrado mutar y había saltado hacia la beta logrando tumbarla  al suelo.

-  ¡Eres un maldito imbécil!
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Taehyung  llegó a su casa junto con Jae vieron la puerta principal abierta y ambos sabían que habían llegado tarde, los refuerzos que Bogum había enviado todavía no llegaban y Taehyung no iba a esperarlos.

-  Quédate aquí afuera escondido en el jardín de al frente con los niños, voy a entrar.

-  Te acompañó.

-  No, necesito que te quedes con los niños por si algo llega a salir mal.

Beomgyu se aferró al pantalón de su padre y Taehyung se arrodilló a la altura del cachorro aferrando el pequeño cuerpo entre sus brazos.

Sentimiento oprimido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora