CAPITULO TREINTA.

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Llevaban tres días en Hawaii, tres días en los que un omega corria de un lugar a otro encantado por el sonido que el mar hacia al chocar con la arena o con las rocas. El alfa disfrutaba encantando la hermosa imagen de su azabache encantado por los sonidos que podía percibir, un pequeño cachorro se les había unido en su último día de aventura, pequeño que se estaba llevando toda la atención de Jungkook.

-  Bonito, tío Kookie bonito- Y Taehyung quería hacer berrinche por la falta de atención de Jungkook pero la sonrisa que le regalaba al pequeño Kai lo detenía.

Pequeño mío.

Y Jungkook se giró hacia su alfa dejando un beso en su mejilla y recargando su nariz en el cuello del alfa para después besar la marca que él había echo y con eso Taehyung se sintió completo, contentó, enamorado.

Te amo alfa.

Cayendo el sol ellos habían llegado al lugar donde se hospedan con un cachorro dormido en los brazos del alfa, más nunca soltando la mano de Jungkook aún entre sueños. Llegaron y Taehyung pudo divisar a lo lejos como su tío avanzaba para después cargar a su hijo, Minho avanzó detrás.

-  Les tenemos una cena de despedida, espero que nos visiten más seguido.

-  Lo haremos, haré que Tae me traiga de nuevo no te preocupes hyung- Y si Jungkook había logrado formar una buena relación con el omega de Jae.

Todos avanzaron hasta la casa donde vivía la familia sintiendo el olor de una familia, el fuerte del alfa acompañado con el suave del omega  y un tenue olor a leche. Ese dulce aroma arropando los con demasiada ternura y calidez, se sentaron en la mesa y esperaron a que Jae llegará de acostar al pequeño en su habitación.

-  Cómo está tu madre.

-  Está muy bien Minho, se que vino a visitarlos en sus vacaciones.

-  Fue una agradable visita, Jae la aprecia como una hermana a pesar de no compartir la misma sangre- Y Taehyung pudo recordar cómo su tío lo acogió en un tierno abrazo una vez que habían visitado el lugar, el alfa siempre protegiendo a su madre y diciéndole a él que debía protegerla de cualquier cosa, pero también teniendo cuidado de no lastimarse.

Jae llegó a la mesa e iniciaron la cena, hablando de diferentes momentos de la infancia de Taehyung, el pequeño niño de cabello castaño siempre pasaba sus vacaciones en la dulce playa, muchas veces para protegerlo de los maltratos de su padre, pero dejando a su madre atrás, sabiendo muy bien que al llegar a casa está tendría nuevos tintes púrpuras en su cuerpo.

-  Jungkook espero cuides bien de mi sobrino, es un cabeza hueca y muchas veces actúa como un imbécil pero tiene un gran corazón.

-  Lo se, yo mismo supe lo cabeza hueca que podía llegar a ser una vez que me choque con el- Y Taehyung pego una patada por debajo de la mesa pensando que se la había dado a Jungkook mas el quejido salió de Minho que lo miro de manera asesina no gustandole mucho la forma de como este enterraba el tenedor en la carne, estaba muerto eso era seguro.

Tonto.

Su omega se burlaba de él en sus narices pero el se contuvo de hacer algo al respecto después se vengaria.

-  Yo quiero saber cómo fue ese encuentro- y supo que estaba perdido cuando Minho dijo aquellas palabras, queriendo huir de la mesa.

Jungkook contó la historia con cada detalle, fecha, hora, todo, le faltó decir el noticiero de ese día. A medida que la historia avanzaba el se escondía en su asiento viendo cómo Minho y su tío lo asesinaban con la mirada, cuando el omega termino de contar se ganó un golpe en su cabeza por el alfa mayor.

Sentimiento oprimido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora