Cuando desperté, en seguida noté que no estaba recostada en el suelo como siempre pasaba, sino que estaba maniatada a una silla. Apreté los ojos y lentamente comencé a abrirlos, viendo de primer momento a Zayn y a Harry a unos metros de mí, mirándome fijamente. Miré hacia mis pies: Jeff parecía estar desatando los nudos que iban alrededor de mis tobillos.
—¿Qué pasa? —pregunté con voz ronca—. ¿Qué me van a hacer?
Jeff levantó su vista delante de mí y sonrió.
—¡Oh, alguien ha despertado!
—Me quiero ir.
—Todos queremos tantas cosas, querida Scarlett... —suspiró, aún con la vista puesta en las sogas de mis tobillos—. Yo, por ejemplo, quiero el dinero de tus padres, pero eso tampoco va a pasar.
—Quiero verlos.
—Descuida —me miró—. Lo harás pronto.
—¿Dónde están? —esta vez exclamé, ya bastante desesperada por todos los rodeos que Jeff le daba a la situación.
—Sólo te diré una cosa —su puso de pie y me miró desde su altura; pude sentir mis pies libres de la presión de las cuerdas—: Por lo que parece, no te aman lo suficiente como para rescatarte. Ha pasado una semana y no he visto ninguna jodida moneda de su parte —lentamente, sus pasos terminaron detrás de mí y susurró justo en mi oído—. Adivina quién pagará por ellos.
Sus manos comenzaron a pasar por mi cuello, repugnante y despaciosamente, mientras que su carcajada se hacía más fuerte. Era el único en la habitación riendo y yo era la única en la habitación llorando.
—Jeff, sabes que me debes una —esta vez fue la voz de Harry, quien mostraba una sucia sonrisa—. ¿Por qué no me dejas jugar con ella antes de que la mates?
Mi corazón se aceleró incluso un poco más. La mirada oscura de Harry que no anunciaba más que peligro estaba conectada en mí con toda su energía. Esa sonrisa de medio lado y esos puños apretados me causaban más miedo que cualquier otra cosa en el universo, incluso más que Jeff y toda esta situación.
—¡Qué gran idea! —exclamó Jeff—. A ver si esta putita se va contenta al infierno. Ayúdame.
Ambos Jeff y Harry volvieron a acercarse a mí desde atrás. Cerré los ojos por impulso y sentí unas manos cargarse sobre mis hombros y otras desatar las sogas de mis muñecas con nada de cuidado. Una vez que estaba libre, Jeff me levantó con fuerza y me puso delante de él, inmovilizando mis brazos en mi espalda. Comencé a retorcerme, a chillar y llorar, pero, una vez más, nada estaba dando resultado. Harry se puso frente a mí y desabrochó mi blusa. Sus manos estaban sobre todo mi cuerpo: en mis pechos, mi trasero e incluso lo sentí debajo de mis bragas. Me sentía asqueada, indefensa y lastimada como nunca me había sentido. No podía pensar en nada más que patalear e intentar alejarme de Harry y sus repugnantes manos, sin embargo era en vano.
Y un estruendo lo detuvo todo.
Abrí los ojos. Harry estaba en el suelo y Zayn sostenía en alto la silla, con la respiración agitada y ojos endemoniados.
—¡Abusar de ella no estaba en los planes! —fue su grito desgarrador.
Y en el siguiente momento, Jeff me lanzó hacia un lado. Si no hubiese sido por mis manos, mi rostro hubiera llevado un gran impacto. Alcé la vista. Sus cuerpos forcejeando, empujándose y golpeándose. No era capaz de notar demasiado, pues sus acciones iban rápido, sin detenerse en ningún momento. Yo no sabía qué hacer, así que me decidí por quedarme en una esquina, acomodando mi ropa y llorando en silencio, temiendo lo peor para Zayn.
De repente, Jeff sacó una pistola de su chaqueta. Zayn se quedó quieto, con ojos fijos en él, hasta que también sacó un arma de sus jeans. Parecieron siglos en que ambos se quedaron apuntándose, dudosos a apretar el gatillo. Hasta que ocurrió. Cerré los ojos con el impacto y no fui capaz de observar quién disparó a quién. Un momento después, unas manos me pusieron de pie. Zayn me miraba con alarma en todo su rostro. Sin pensarlo dos veces, le seguí hasta la salida. Miré hacia atrás por última vez: Harry, aún inconsciente en el suelo; Jeff, gritando y apretando su brazo ensangrentado contra su cuerpo.
Sin soltar mi mano de la de Zayn, nos dirigimos por un oscuro pasillo hasta las escaleras. Mis pies apenas podían correr, pero era como si todo mi peso fuera cargado por Zayn, que se aferraba a mí con más fuerza que nunca. Bajamos y bajamos un infinito número de escalones, sin embargo, unos minutos después, ya nos encontrábamos cruzando las puertas del edificio. Nos detuvimos un momento para recuperar aire. Alcé la vista. ¡Dios, estaba libre! El viento golpeaba mi rostro y yo seguía viva. No obstante no tuve más tiempo de expresar mi felicidad cuando Zayn volvió a tomar mi mano y corrimos hacia un auto. Se encargó de dejarme en el asiento de copiloto y rápidamente se introdujo él. Un segundo después, ya estábamos arrancando lejos de la maldad que habitaba dentro de ese edificio. Cerré mis ojos, sintiéndome completamente exhausta por todo lo que había pasado recientemente.
—No te duermas —la voz de Zayn logró abrir mis ojos.
Mis pesados ojos se posaron en él y le di una débil sonrisa.
—Me salvaste —susurré.
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¡HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Volví por un momento pequeño, así que no me pude resistir, jiji. Les voy a contar un poquito de mis vacaciones: fui a Algarrobo con mi mami, después me fui una semanita a Santiago a ver a mis amigas (viví allá hasta junio del año pasado, jeje) y cuando volví a mi casa, nos fuimos al otro día a Coquimbo, wohoo, pero me dio gastritis sdkjfh. Y en unas semanitas más vuelvo a Coquimbo, oh yeh.
Bien, díganme, ¿qué opinan de lo que hizo Zayn? ¿Dónde creen que la llevará?
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Undercover |malik/styles|
Fanfiction"¿Por qué yo?" preguntó con voz débil. "¿Acaso no lo sabes?" rió con ironía, y sin esperar una respuesta, continuó: "Es por tus padres". "¿Mis padres?" "Considéralo una especie de trueque: ellos me dan lo que quiero y yo les devuelvo a su hija sana...