Capítulo 39.

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Zayn Malik.

El hecho de tan sólo alzar mi vista ante el hospital que se encontraba delante de mí me angustiaba. Scarlett estaba ahí desde aquella noche, según lo que Emma me había dicho hace un rato por teléfono. Conseguir su número no fue una tarea difícil. Ya era el momento en que supiera qué es lo que había llevado a Scar a ese lugar. 

En cuanto a mí, sólo duré en la cárcel tres meses. Me liberaron luego de convencerlos de que se debía a homicidio en defensa propia -o más bien de Scarlett-. No fueron muchas las explicaciones que tuve que dar; estaban más ocupados en el caso de Jeff, quien obtuvo cadena perpetua por secuestro, tráfico e intento de abuso sexual. Y no volví a ver el cuerpo de Harry. Y este era el primer lugar al que me dirigía luego de haber salido de aquel horrible lugar, y mi corazón jamás había estado tan acelerado.

Entré rápidamente antes de que alguna reacción estúpida me hiciese salir corriendo del lugar. Caminé un par de metros hasta que llegué a la sala de espera, en donde debía encontrarme con Emma. Y ahí estaba, sentada en uno de los asientos del final, mordiéndose las uñas. Su cabello rojizo estaba hecho un desastre y desde el lugar en que me encontraba, sus ojos parecían no haberse cerrado en unas semanas. Éstos me encontraron justo en aquel segundo y se puso de pie rápidamente para caminar hacia mí. Ya no parecía tener la misma gracia desde la última vez que la vi; ni siquiera parecía preocuparse por la ropa que estaba trayendo. Me dio un fugaz abrazo y bajó la vista rápidamente. Miré hacia todos lados, sin saber si este era el lugar correcto para empezar a confesar todo lo que había ocurrido hace tres meses.

—¿Quieres que vayamos afuera? —preguntó.

—Sí, claro.

Cruzamos la sala de espera y salimos al patio a través del ventanal. Éramos los únicos en éste, así que suspiré a ojos cerrados, esperando a que alguno de los dos dijese algo.

—¿Cómo está Scarlett? —fui yo el que habló; no pude evitarlo.

Bajó su vista y puso un mechón de cabello detrás de su oreja. Sus actos me pusieron nervioso de inmediato. Comencé a imaginarme en seguida lo peor.

—Está en coma, Zayn. 

Fue como si de repente comenzara a quedarme sin oxígeno. Escucharlo de esa forma, tan directa y dolorosa, me partió el alma. No quería creerlo. ¿Cómo es que mi Scar está en coma?

—¿En coma? —las palabras apenas salieron de mi amarga garganta.

—Sí. Hace unos tres meses que no despierta. La doctora dijo que la causa fue una intoxicación enógena de drogas, o algo así, pero no pueden averiguar aún qué es lo que la llevó a eso —hizo una pausa para suspirar y negar con la cabeza y luego continuó—. No lo entiendo. Scarlett no consumía nada, y no sé qué es lo que la pudo llevar a eso. Sigo sin creerme que esto esté pasando. Un día la veo entre clases, y al otro desaparece por completo del mapa para llegar a mi casa una semana después a las cinco de la mañana a desmayarse. Es tan... —su voz comenzó a quebrarse. No fui capaz de hacer nada para reconfortarla—. ¡Es tan extraño todo!

Cubrió su boca con ambas manos para evitar que sus sollozos aumentaran. Entre cada parpadeo, dos pequeñas lágrimas caían por sus mejillas. Volví a suspirar. Era momento de decir todo exactamente como había sido.

—No estuve trabajando con mi tío afuera de la ciudad, como te dije por teléfono —confesé.

La miré, esperando por su reacción, la cual fue exactamente la que me esperé. Frunció el ceño y abrió sus labios ligeramente. Sorbió su nariz y secó sus lágrimas antes de decir:

—¿Y... y... dónde estuviste?

—En la cárcel. Estuve tres meses en prisión.

Emma seguía sin decir nada; parecía en estado de shock. Sus ojos me observaban como sin querer creerlo y estaba seguro de que mi mirada no expresaba más que vergüenza y arrepentimiento. Continué con lo que ya había comenzado.

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