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Capítulo 13.

Me observé en el espejo una vez más, con mi traje de pirata y el maquillaje puesto, antes de escuchar a mi papá llamar desde el primer piso.

—¡Tu cita ha llegado!

Dios, no había dicho eso en voz alta, fue lo primero y único que pensé antes de guardar mi celular en un pequeño bolsillo de mi falda, esponjar un poco mi cabello y bajar casi corriendo. Podía sentir las traviesas cosquillas de mi estómago ocasionando que mis nervios aumentaran y me pusiera el triple de histérica. Antes de pasar directamente a la puerta principal, me detuve frente a mis padres, sentados en el sofá, y sonreí.

—Llegaré a las tres y algo.

—¿Tres y algo? —preguntó papá alzando una ceja—. ¿Es eso una hora siquiera?

Mamá simplemente negó con la cabeza, sonrió y entrelazó su mano con la de papá, todo al mismo tiempo.

—Está bien —dijo luego—. Cuídate, ¿sí?

No pude hacer nada más que asentir, pues ya estaba sintiendo como si Harry hubiera estado aguardando por dos años. Estaba ansiosa por verlo a él y al traje que llevaría puesto. Corrí a la puerta y la abrí rápidamente. Sólo vi unos preciosos ojos verdes que me observaban de pies a cabeza por detrás de aquel negro antifaz. Su sonrisa se ensanchó y sentí el rubor correr hacia mis mejillas. Sonreí yo también al verlo en aquel vestuario, completo de negro, con una capa, un sombrero y una espada de juguete colgando en su cinturón. Una perfecta reencarnación de El Zorro.

—¡Estás increíblemente guapa! —dijo.

—Tú también —no fui capaz de mirar otra cosa que no fueran mis botas.

Se acercó unos pasos a mí para inclinarse y darme un cálido beso en los labios. Me ofreció su mano, la cual entrelacé de inmediato. Aquella noche me sentía tan ligera, tan llena, tan feliz. Sería una velada excelente junto a un excelente chico.

*

Harry estacionó su auto en la acera frente a la casa de Emma, en donde se podía apreciar que la fiesta ya había iniciado. Desde el antejardín se veía cómo llegaba una Sirenita, Tarzán, Betty Boop y Superman. Todos se veían increíbles; cada uno resaltaba más que el anterior. Por un momento me sentí patética al venir de una manera tan simple, mostrando tan poco... Sin embargo, el sentir la mano de Harry brindando calor a la mía al posarse en ésta, me hizo aterrizar. Le miré.

—¿Todo bien? —preguntó.

—Sí, sí —me apresuré a decir—. ¿Por qué lo preguntas?

—No pareces muy emocionada por la fiesta de tu mejor amiga.

—¡Claro que lo estoy! —le di mi mejor sonrisa sincera—. Deberíamos entrar antes de que Emma piense que no he venido.

Me contempló un momento antes de asentir y bajar del auto. Le seguí mostrándome más confiada de lo que realmente me sentía. Tomé su mano y nos dirigimos a la entrada, donde toqué el timbre. Emma apareció unos momentos después, con una de sus manos entralazada a la de Liam, y la otra sosteniendo una taza de lo que parecía cerveza. Ambos, Liam y Emma, hacían una excelente pareja de lo que parecían unos sensuales Jessie y Woody.