Esa misma noche de viernes mis padres me llamaron para avisarme que se quedarían en casa de unos colegas para celebrar el compromiso de una pareja o algo por el estilo. Yo ya estaba acostumbrada a quedarme sola en casa, pero esta vez sería totalmente diferente; normalmente solía llamar a Emma para que se quedara a ver películas y comer chatarra conmigo toda la noche, pero ahora ya no estaba. Yo me encontraba completamente sola un viernes por la noche y sin nada que hacer. Podría llamar a Zayn, sólo que me había quedado sin saldo en el celular. Todo iba perfectamente en mi contra.
Estaba tendida en mi cama leyendo un libro sobre cazadores de demonios, a la luz de la lámpara y ya en pijama, cuando sentí como si algo se cayese en el patio trasero. Levanté la vista y agudicé el oído. Otro ruido. Esta vez me resalté y cerré el libro. Como la ventana de mi habitación no daba al patio trasero, me vi en la obligación de salir a observar desde otro punto de la casa. Descalza y en completo silencio, bajé las escaleras. Los ruidos continuaban, esta vez los sentía con más volumen y claridad. No tenía idea de dónde estaba sacando tanta valentía como para ir a averiguar tan de cerca. Al pasar por la sala, tomé el florero de la mesa de centro, dejé las flores en la mesa con cautela y seguí avanzando hacia el ventanal. Justo en ese momento, todo lo que escuchaba era el acelerado latido de mi corazón.
De repente sentí algo parecido a un gruñido. Me detuve un instante, casi dispuesta a salir corriendo y llamar a la policía, pero me di las fuerzas suficientes para avanzar. Tragué saliva con dificultad antes de deslizar el ventanal y poner un pie sobre el frío césped del patio.
Y alguien cubrió mi boca y me acorraló en la pared. Solté el jarrón con tanta rapidez que lo sentí hacerse trizas a un lado de mis pies. Cerré los ojos con fuerza y comencé a gritar a través de la mano que se presionaba en mis labios, sin embargo la voz que escuché a continuación calló mis sollozos.
—Scar —susurró.
Abrí lentamente los ojos. Sólo parecían haber dos cuencas oscuras reemplazando su mirada. Sentí el aroma de su aliento: alcohol.
—¡Zayn! —murmuré con su mano aún en mi boca.
—Scar, no te voy a dejar sola. Me quedaré aquí si es necesario —estaba arrastrando las palabras, pero parecía en serio angustiado—. No quiero que estés cerca de Harry. Confía en mí. Él no es una buena persona, ¿entendiste? Harry. No. Es. Quien. Tú. Crees —habló pausadamente mientras ponía sus manos en mis mejillas sin tener delicadeza alguna—. No quiero que sufras.
—¿Todo esto es por Harry? —resoplé mientras tomaba sus manos entre las mías—. Zayn, eres tú quien debe confiar en mí. Yo no voy a dejar de quererte sólo porque Harry quiere volver a ser mi amigo. Voy a estar bien; sé cuidarme sola, ¿sí?
—No, no lo entiendes... —noté cómo unas lágrimas caían por sus mejillas.
—Zayn, por favor —esta vez fui yo quien tomó su rostro entre mis manos—. No me va a pasar nada. Harry es sólo un amigo, y está arrepentido de lo que hizo. Te darás cuenta mañana cuando llegue de nuestra salida. Confía en mí.
—Scar, por favor, no... —sollozaba.
—Ven adentro conmigo, ¿está bien? Te prepararé un café, nos iremos a dormir y mañana te irás en la madrugada antes de que lleguen mis padres, ¿okay? Sólo estás algo... mareado.
No me contestó. Sus manos estaban posadas encima de las mías, apretándolas con fuerza, sin dejarlas libres. Estaba comenzando a preocuparme de la actitud de Zayn. No era normal verlo de aquella forma, tan ebrio y exasperado. Le di una sonrisa de ánimo y le guié hasta la cocina. Una vez que lo dejé sentado, me di vuelta para prepararle el café. Ambos estábamos en silencio. La verdad era que yo no sabía qué decirle. Me ponía nerviosa que hablara así de su mejor amigo; me hacía no querer salir de la cama a la mañana siguiente, pero le prometí a Harry que le vería. Le iba a dar una segunda oportunidad. No podía estar engañándome por las cosas que un Zayn bebido me estaba asegurando. Sin embargo, no podía negar que comenzaba a temer.
—¿Cuántas de azúcar, Zayn? —pregunté, aún concentrada en el café.
Pero no me contestó. El sonido de un portazo fue todo lo que quedó. Me la vuelta y noté que Zayn no estaba. Rápidamente corrí a la entrada prinicipal, en donde sólo vi cómo su auto arrancaba veloz de la acera. Me quedé helada, boquiabierta, sin entender nada en absoluto.
Zayn se había ido.
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Lo sé, es muy corto xd, pero ¡YA VIENE LA ACCIÓN! Oh, dios, debo admitir que escribir estos capítulos me emocionan bastante, sobre todo ahora que he descubierto nuevos playlists en 8tracks para escribir suspenso y acción, muajaja. Ojalá comenten mucho y voten muchísimo<3. Las quiero<3.
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Undercover |malik/styles|
Fanfiction"¿Por qué yo?" preguntó con voz débil. "¿Acaso no lo sabes?" rió con ironía, y sin esperar una respuesta, continuó: "Es por tus padres". "¿Mis padres?" "Considéralo una especie de trueque: ellos me dan lo que quiero y yo les devuelvo a su hija sana...